El impacto de la pandemia por el COVID-19 en la política cultural mexicana aún está por verse. No se cuenta todavía con un índice que cuantifique su injerencia en la economía del sector. Por el momento solo se tienen cancelaciones de festivales, espectáculos y ferias.
La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana emitió apenas un comunicado donde exhorta a las autoridades federales a diferir “el cobro del ISR y la declaración anual de las personas físicas y morales”. Solicita, además, simplificar y acelerar la devolución del IVA a las empresas que tienen saldos a favor.
Pide también“créditos a largo plazo y a tasas reducidas, como se ofrecen en otros países, así como la eliminación temporal del impuesto sobre nómina”.
Hasta ahora la respuesta por parte de las autoridades de la Secretaría de Cultura ante la emergencia sanitaria ha sido un acuerdo entre la dependencia que encabeza Alejandra Frausto Guerrero y los titulares de las dependencias e institutos de los 32 estados, y el compromiso para que las actividades artísticas y culturales no se detengan ante la presencia del COVID-19 en México.
Tras una reunión virtual realizada el lunes 23 de marzo los implicados acordaron aprovechar los contenidos que cada estado tiene en línea y sumarlos a la plataforma digital Contigo en la distancia, con el fin de que la población tenga acceso “al patrimonio cultural de México y pueda seguir ejerciendo sus derechos culturales”.
Además Frausto Guerrero instó a los funcionarios locales a sumarse al “banco de funciones” a fin de garantizar el pago a los artistas que estaban contratados entre el 20 de marzo y 20 de abril, sin importar la fecha en la que lleven a cabo sus presentaciones o bien las realicen a distancia. Instruyó también que se destine hasta un millón de pesos del Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura para la contingencia.
Redignificar contratos
Especialista en comunicación y política cultural Carlos Lara sostiene que el sector cultural, junto con el turístico, son de los más perjudicados con la pandemia ocasionada por el coronavirus. “La caída de festivales, ferias, conciertos, obras de teatro y presentaciones editoriales golpean fuerte, pero a la vez abren una ventana de oportunidad” para que artistas, gestores y creadores sean escuchados, dice.
El autor de los libros La reforma cultural, el pendiente de la transición democrática y la alternancia política y El patrimonio cultural en México, un recurso estratégico para el desarrolloasegura en entrevista que estamos en una coyuntura importante para poner sobre la mesa temas como la seguridad social para los artistas y para erradicar las políticas de outsourcing que se practican al interior del gobierno federal.
“Estamos en posibilidad de buscar que se dignifique el trabajo de los artistas, promotores y demás involucrados”, apunta. Y añade que la Secretaría de Cultura debe “de una vez por todas” erradicar las llamadas McReglas que implican ausencias de cláusulas por cancelación o el envío a casa sin goce de sueldo ante contingencias como las que enfrentamos en estos momentos.
El especialista propone aprovechar el régimen de incorporación voluntaria para otorgar protección médica a los trabajadores del sector, siempre que se ajusten pendientes como la continuidad laboral. Reitera: “Urge dignificar los contratos laborales”.
Hasta el momento el eje de la política cultural del gobierno ha sido la cultura comunitaria. Para Carlos Lara el problema de la estrategia federal es que no “han sabido sustentar el proyecto. No hay una directriz y se han dedicado a jolgorizar su propuesta”.
Lamenta que la dependencia que encabeza Alejandra Frausto no presente un estudio sobre el impacto de la emergencia sanitaria en su área.
En China datos de la Universidad Normal de Pekín informan que de las dos mil 136 empresas culturales de la ciudad 78% cerró por el brote de coronavirus, mientras que 72% reconoció daños severos en su economía. En respuesta instituciones financieras aumentaron las facilidades para obtener créditos y redujeron los costos de financiación para negocios vinculados con la cultura y el turismo. Asimismo se aprovecha la ocasión para digitalizar redes artísticas y de museos.
En Alemania el Ministerio de Cultura, a fin de amortiguar el impacto del virus en el ramo, destinó 120 millones de euros para sostener los empleos y garantizar la subsistencia de compañías y emprendedores culturales e incluyeron al sector en el lote de bienes de primera necesidad.
Lara considera que la Secretaría de Cultura debería exhortar al presidente para que emita un decreto de emergencia para el sector. “No puedo creer que envíen a los trabajadores del Capítulo 3000 a casa y sin cobrar: ellos por la naturaleza de su contratación podrían cobrar perfectamente”.
Ubica en la informalidad laboral uno de los mayores problemas para articular apoyos como los que se otorgan en China o Alemania. “Aquí ni tenemos un censo o control. No tenemos una red ni un sistema: nada. Muchos de los trabajadores dedicados a la cultura se encuentran en la informalidad porque no se les ha querido articular a través de una política fiscal. En México solo tenemos parches, como son los estímulos Eficine, Efiteatro o Efiartes”.
El analista concluye que la coyuntura está dada para, por lo menos, diseñar contratos laborales dignos y con las garantías que ofrece la Ley Federal del Trabajo. “Si la Secretaría de Cultura no es la primera en poner orden en asuntos como el outsourcing no podemos esperar que un empleador privado lo haga. Desgraciadamente las autoridades no están a la altura de las circunstancias. No tiene caso presumir una reunión con los secretarios de cada entidad. Se necesita un programa de emergencia transversal que mire a las secretarías de Economía, Hacienda, Turismo y Sedesol”.