Uno de los lugares en la Ciudad de México en los cuales el uso de la bicicleta forma parte de la vida cotidiana es Ciudad Universitaria. Desde hace 14 años cuenta con Bicipuma, un servicio de préstamo de bicicletas que transporta a estudiantes, académicos y trabajadores de un lugar a otro al interior de sus instalaciones.
“Contamos con 14 estaciones, ocho kilómetros de ciclopista (que no conviven con transporte motorizado) y poco más de mil bicicletas, aunque este número es aproximado porque las unidades tienen un periodo de vida útil de aproximadamente 18 meses; esta temporalidad se debe al uso intenso que tienen”, señala en entrevista Ernesto García Almaraz, coordinador del Sistema Bicipuma.
Tan solo en 2018, indica, se rompió la marca de servicios: “Llegamos a registrar más de seis mil préstamos en algunos días, lo que nunca antes había ocurrido en nuestra historia”.
Para hacerle frente a esta demanda se presentaron 400 nuevas bicicletas que, de acuerdo con García Almaraz, son el mejor modelo que ha rodado por el campus. “Con ella se refrenda el liderazgo que tiene el primer sistema de préstamo de bicicleta pública en México y en instituciones educativas”.
Pumas sobre ruedas
Bicipuma tuvo su antecedente en 2004 con Pumas sobre ruedas, una prueba piloto entre el estacionamiento del Estadio Olímpico y la Facultad de Medicina (FM). “Al principio eran 200 bicicletas y el programa tenía fines lúdicos recreativos; poco a poco la universidad se dio cuenta de que podía ser un medio de transporte eficiente para la comunidad”.
Fue en 2005 cuando nació oficialmente como Bicipuma. Tenía dos cicloestaciones que iban de la FM al Estadio Olímpico; para poder utilizarlas se llenaban papeletas y se avisaba por radio qué número de bicicleta iba en ruta; era un sistema muy rudimentario.
Posteriormente se invirtió y se le dio mayor crecimiento. “Entonces, mediante una base de datos que escaneaba un código de barras de la credencial de estudiante, con el código de barras de la bicicleta, se creó un vínculo de responsabilidad para usuarios”, dice.
En 2007 se inauguró el Bicicentro, edificio que tiene las condiciones para el manejo de bicicletas al contar con taller mecánico, patio de maniobras, área de lavado de bicicletas y área administrativa. Se ubica saliendo del Metro CU, donde a través de puentes conecta con un sistema de ciclovías, fungiendo así como una opción internodal.
“En 2015 se inauguró la Dirección de Servicios Generales y Movilidad, que trabaja con Pumabús, estacionamientos controlados y Bicipuma. Fue entonces cuando se consolidó como un medio de transporte. La bicicleta con la que operan actualmente nació gracias a la colaboración con el Centro de Innovación y Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura”, explica.
Actualmente, indica, se trabaja con huella digital: el usuario tiene que registrarse, le pedimos una identificación, que generalmente es su credencial de la UNAM, que contiene fotografía y número de cuenta en código de barras; registramos su huella y posteriormente con solo esta puede solicitar el préstamo.
“Bicipuma es el primer sistema de bicicleta pública en una universidad, incluso nació antes que Ecobici. Y ha sido ejemplo para otros sistemas de bicicleta, como la propia Ecobici, y de universidades como el IPN; las universidades autónomas Metropolitana y de San Luis Potosí; el Colegio de Postgraduados de Chapingo, y a nivel internacional las universidades Nacional de Colombia y de São Paulo, así como la Pontificia Universidad Católica de Chile”, comenta.
Ruedas felinas
Con base en un proyecto del Centro de Investigación de Diseño Industrial (CIDI) de esta casa de estudios la nueva bicicleta robusteció su cuadro en media pulgada más y el refuerzo de apoyo. Su canastilla ahora es con una malla, que evita que se caigan los objetos a transportar.
Cuenta con rines aerodinámicos, de doble pared, reforzados; los rayos son de mayor resistencia y el sistema de frenado posee un opresor tipo Allen que permite un mejor ajuste; además cuenta con un asiento más cómodo, tipo italiano, y bajo este un reflejante de seguridad; también se agregó la clásica campanita para alertar a los peatones, las llantas y cámaras son de mejor calidad.
“Todo esto se logró gracias a la retroalimentación con nuestros usuarios; ellos nos compartieron su opinión. Mejoramos el diseño tomando en cuenta la experiencia y las peticiones de los ciclistas”, expresa.
Agrega que a partir de 2019 el préstamo, que se hacía mediante una credencial, ahora será con un nip de cuatro dígitos que los mismos usuarios generarán, con un registro de única vez con número de cuenta de alumno o número de trabajador UNAM, para mayor seguridad de los usuarios.
Usos y beneficios
Para García Almaraz las ciudades más modernas y democráticas del mundo están dando una promoción muy fuerte al uso de la bicicleta. “Nos gustaría que nuestra universidad siga haciéndolo. Desde hace 14 años Bicipuma confirma que la bicicleta es un medio de transporte eficiente, sustentable y saludable versus un automotor”.
Así también piensa Mariana Muñoz, estudiante de tercer semestre de la Facultad de Arquitectura, quien indica que desde hace un año usa de tres a cuatro veces por semana este sistema. Explica que es más rápido ya que a veces encontrar un lugar de estacionamiento es complicado, sobre todo por las mañanas, además de que los camiones tardan en pasar.
“Me siento bien, más ligera y despierta; pasa que llego a mis clases con más y mejor energía para iniciar mi día”, señala.
En este sentido García Almaraz indica que Bicipuma también democratiza a los usuarios, es decir, los pone en las mismas condiciones. “Las personas que disfrutan de la bicicleta ya no regresarán al camión o al taxi: se acostumbran al uso de la bici al constatar sus beneficios, que no solo son en salud y medio ambiente sino en eficiencia y rapidez”.
En el tema ambiental comenta que tan solo en 2018, a lo largo de sus ocho mil metros de ciclopista, se han dejado de emitir 900 toneladas de dióxido de carbono al ambiente.