UN LUSTRO ELECTRIZANDO A LA CAPITAL

Ser un serial sustentable y buscar acciones que respalden este ideal.

Alejandro Zárate
Todo menos politica
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Foto: Especial
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Sorpresa y entretenimiento: es la mejor manera en que se describe a la Fórmula E, el serial de autos monoplaza totalmente eléctricos que el pasado 15 de febrero celebró su quinta versión en suelo mexicano.

Pocos eventos deportivos a nivel internacional pueden presumir de cumplir un lustro de existencia en una ciudad como la capital del país, llena de opciones de entretenimiento cada fin de semana y donde mantener la atención del aficionado es todo un reto.

El E-Prix de la Ciudad de México ha encontrado en las familias y la joven afición un nicho que gusta de este evento. El hecho de que la carrera esté llena de atracciones para menores y se tengan a artistas musicales de renombre lo convierte en un festival, más que en una mera carrera de autos.

En esta versión 2020 se contó con la presencia del grupo colombiano Piso 21, áreas más amplias de simuladores, zonas de descanso y se mantuvo la exhibición de rampas para el espectáculo de acrobacia con patinadores y bicicletas BMX. El precio es mucho más accesible que otro tipo de eventos como la Fórmula 1, en otro gran acierto. De igual manera ayuda que todo se lleve a cabo en un mismo día.

Al interior de la pista, el núcleo medular del evento, están los factores opuestos a la Gran Carpa: aquí nadie sabe quién va a ganar. Como muestra van cuatro carreras de la temporada 2019-2020 y no se ha repetido a ningún ganador: Sam Bird ganó en Arabia Saudita en la primera carrera, Alexander Sims triunfó en Arabia Saudita en la carrera dos, Maximilian Gunther en Chile y ahora fue el turno de Mitch Evans en México.

Desde el primer año que se presentó la Fórmula E también ha habido una evolución en los equipos participantes. Ahora son doce equipos, con marcas de renombre como Audi, Nissan, BMW y Jaguar, entre otros. Este año la afición capitalina vio por primera ocasión competir a dos nuevos equipos con Porsche y Mercedes.

Transición

Ni la F1 ni mucho menos la WEC (Campeonato Mundial de Resistencia) o el WRC (Campeonato Mundial de Rally) cuentan con tantas firmas automotrices involucradas en un mismo serial. Porsche, por ejemplo, se salió de la WEC para canalizar su presupuesto automovilístico al campeonato mundial más verde en la actualidad.

Iniciativas como el Fanboost, donde la afición puede votar por su piloto favorito para que reciba energía extra durante la carrera, dan oportunidad para que las personas participen y tengan injerencia en el resultado de la carrera.

Las marcas, el motor de todo serial, no solo se quedan con experimentar sus desarrollos tecnológicos en las monoplazas de competencia sino que también aprovechan el aforo de los eprixes para montar stands y realizar eventos que impulsen a sus vehículos eléctricos de calle.

El mensaje de ser un serial sustentable y buscar acciones que respalden este ideal es otra de sus fortalezas.

El principal punto de mejora seguramente es la difusión de la Fórmula E a lo largo del año para crear una base de aficionados que sigan con detalle el desarrollo del campeonato y no se quede solo como un evento anual novedoso que se olvida con el paso de las semanas. Esa transición es un paso complejo pero que otras franquicias deportivas han logrado alcanzar.