Por; Federico González
Giuseppe Zigaina. Temas y trenos de Pier Paolo Pasolini. Siglo XXI. Traducción de Maia Fernández Miret. 71 pp.
Pocos artistas tan complejos como Pier Paolo Pasolini (1922-1975): escritor, dibujante y director de cine, creó una obra polémica y en muchos sentidos revolucionaria.
En días en que el neorrealismo italiano tenía la voz mandante, trazó una ruta no solo estética sino política. Se desmarcó y fue más allá. Algunos lo llamaron “poeta civil”, otros “provocador”, y unos más “pretendiente de la muerte”.
Con ánimo de aclarar dudas y emparejar biografía y obra, el arquitecto y pintor Giuseppe Zigaina (Udine, Italia, 1944) presenta un ensayo que tiende un puente entre la poética y la vida del realizador de Salò o los 120 días de Sodoma.
“La libertad no puede manifestarse más que mediante un martirio grande o pequeño. Y cada mártir se martiriza a sí mismo a través del carnicero conservador”, escribió Pasolini respecto del instinto de conservación en el plano social y cultural. La cita permite a Zigaina dimensionar su proceso creativo y concluye: “El escritor afirma que la auténtica libertad del hombre es ‘la libertad de elegir la muerte’, ya que la naturaleza —escribe— ‘junto con el instinto de conservación nos ha dotado también del instinto opuesto, el deseo de morir’”.
Zigaina —uno de los mayores protagonistas del movimiento plástico conocido como Novecento— y Pasolini se conocieron en 1946 y no demoraron en entablar una profunda amistad. Colaboraron en una serie de dibujos y en filmes como Teorema o El Decamerón. Es decir, lo conoció bien. Por tanto sostiene la hipótesis de que el cineasta y poeta asumió su vida como parte de su proyecto artístico.
Alrededor de la muerte de Pasolini existen diversas versiones que van del asesinato pasional hasta el argumento de que fue en defensa propia, como sostuvo el homicida. El ensayista abre una puerta más y advierte que su muerte, si bien no fue algo planeado, sí era una obsesión. Sus instrumentos de análisis son los versos, la prosa y los filmes del artista.
“La muerte no está/ en el no poder comunicar/ sino en el ya no poder ser comprendido”, dijo el poeta. Zigaina aludiendo a la incomprensión que lo afectó en su tiempo. Sin caer en la figura retórica de “un hombre adelantado a su tiempo”, no escatima su carácter controvertido pero tampoco lo reduce a un creador romántico.
Completa el volumen una suerte de epílogo escrito por la crítica de arte Marisa Vescovo, quien retoma una cita más del propio Pasolini y parece abonar la tesis del libro: “Para mí la muerte es la cumbre de lo épico y de lo mítico. Cuando hablo de mi tendencia hacia lo sagrado y lo épico quiero decir que esta solo puede ser totalmente satisfecha en el acto de la muerte, que me parece el más mítico y épico que existe”.
Otros títulos de Giuseppe Zigaina son Trilogia della morte di Pasolini y Verso la laguna.