¿Es cierto que acabarán los robots con los trabajos?

Robots dan paso a un mercado laboral 4.0

Redacción
Todo menos politica
Trabajo por robots
Notimex

Las empresas más importantes del sector afinan cada día sus sistemas de inteligencia artificial. Ahí están las victorias de Google Deep Mind en ajedrez y las aplicaciones médicas de Watson IBM. Mientras, por otro lado, las universidades ponen a prueba sus estudios de investigación en el mercado laboral. Prueba de ello es la investigación de Benedikt Frey y Michael Osborne, profesores de Oxford que aseguran que la probabilidad de ser reemplazado por un robot en el caso de los teleoperadores será de 99% en los próximos 20 años; 92% en los vendedores y la mitad en el caso de los pilotos. Pero ¿es cierto que acabarán los robots con los trabajos?

La llamada Revolución Industrial 4.0 ha aterrizado en la industria global y también en la española. “Muchas empresas aún tienen entre sus deberes la adaptación a la digitalización y superar la resistencia al cambio. Algunos sectores se irán adaptando más rápidamente y en otros será más lento”, apunta David Ruiz de Olano, director de programas de la Deusto Business School.

De acuerdo con un estudio de Randstad, la transformación laboral que ya se está experimentando va a tener como consecuencia la creación en España de un millón 250 mil empleos netos en los próximos cinco años. Sin embargo, el propio estudio de la empresa de trabajo temporal alerta de que en 2020 faltarán 1.9 millones de trabajadores calificados en España.

Sustitución

La aparición de los robots “supondrá no tanto la desaparición en sí misma de los puestos de trabajo, sino una sustitución de los trabajadores que hasta ahora venían desempeñando determinados puestos de trabajo por robots. Se trata de un cambio de roles”, señala Ruiz de Olano.

Una teoría que en 1930 ya plasmó el economista John Maynard Keynes: “Gracias al desarrollo tecnológico acabaremos trabajando solo 15 horas a la semana”.

Hollywood lo llamó La rebelión de las máquinas y es uno de los tópicos más utilizados en la gran pantalla. Sin embargo, más allá de la ficción, la tecnología es una aliada en la sociedad actual y lo que ha provocado es “una redefinición en los puestos de trabajo y la transformación de los procesos de negocio”, explica Esther López Marín, directora de la Fundación Ametic, la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales.

“Los robots solo serán vistos como una amenaza si no existe una adecuada regulación. Algo que, aunque todavía de manera incipiente, ya se está comenzando a abordar”, añade Ruiz de Olano. Sin embargo, “es importante analizar todos los posibles escenarios y sus consecuencias” sobre la viabilidad de los sistemas de seguridad social. Por lo tanto, Mady Delvaux, eurodiputada luxemburguesa, explica: “Necesitamos iniciar un debate inclusivo sobre los nuevos modelos de empleo y sobre la sostenibilidad de nuestros sistemas tributarios y sociales, garantizando que haya ingresos suficientes para apoyarlos”.

Luz verde

Precisamente, en febrero el Parlamento Europeo dio luz verde, con 396 votos a favor, 123 en contra y 85 abstenciones, a una resolución que invita a la Comisión Europea (CE) a preparar una propuesta legislativa que dedique especial atención a “la seguridad, la privacidad, la integridad, la dignidad, la autonomía y la propiedad de los datos”.

Los políticos europeos han impulsado el informe redactado por la europarlamentaria de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. Los firmantes de la propuesta consideran urgente establecer normas que garanticen la seguridad, la privacidad, la integridad, la dignidad y la autonomía de las personas en su interacción con los robots.

El texto redactado tiene una máxima: “Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos”. Esta es una de las Tres Leyes de la Robótica de Isaac Asimov y por ello los europarlamentarios proponen “la incorporación de un interruptor de emergencia que garantice que cualquiera puede desconectarlos si causan daños”.

“Los robots son máquinas, que están destinadas a servir a los seres humanos y ayudarles con tareas difíciles”, expresa Mady Delvaux.

Entre los temas más delicados, el Parlamento Europeo plantea la posibilidad de aplicar impuestos y cotizaciones sociales a los robots (o a las empresas que los utilicen) para compensar la pérdida de puestos de trabajo que ocasionen. “Un impuesto que pague el empresario se acabaría convirtiendo en un impuesto a la innovación y ello terminará consiguiendo desincentivar al empresario y al emprendedor para que no innoven”, puntualiza el director de Programas de Deusto.

Sin embargo, también han vigilado los derechos de los que quizá puedan ser sus futuros compañeros de escaño y han planteado a la CE una profunda reflexión sobre los derechos y las obligaciones de los robots.

Oportunidad

Por su parte, Thomas Frey, director ejecutivo del DaVinci Institute y uno de los futurólogos preferidos de Google, apunta que en 2030 desaparecerán más de dos mil millones de puestos de trabajo, aunque en su lista de profesiones del futuro ve una oportunidad en la llegada de la tecnología al mercado laboral.

Los sectores con mayores oportunidades son el internet de las cosas, el Big Data y también la impresión 3D. El experto del DaVinci Institute apunta a arquitectos de realidad aumentada y expertos que regulen las relaciones con los avatares. Frey señala que el interés de los hombres por este campo va a provocar la necesidad de “gestionar y limitar las relaciones peligrosas con los avatares”.

En el futuro, la mentalidad del ser humano empezará a preocuparse por la viabilidad del planeta debido a la escasez de recursos y aparecerán las figuras del cosechador de agua atmosférica, agentes de contención del miedo, gastrónomos moleculares y agricultores humanos.

En su opinión, se crearán nuevas industrias, sectores y técnicas que ha recogido en el artículo Catorce habilidades y 162 apuestas de futuros empleos. Frey va más allá: “En el futuro serán necesarios contextualistas, para entender cada nueva tecnología y saber aplicarla”.