África de las zonas más peligrosas para andar en bicicleta

El transporte motorizado es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales de dióxido de carbono

Martha Mejía
Todo menos politica
Compartir
Andar en bici
Foto: spotmatikphoto

La falta de inversión en infraestructura segura para ir en bicicleta y caminar contribuye a la muerte de millones de personas y no permite aprovechar esta forma de desplazarse para contribuir a la lucha contra el cambio climático, de acuerdo un nuevo informe de ONU Ambiente.

En el Global Outlook on Walking and Cycling, ONU Ambiente insta a los países a invertir al menos 20% de sus presupuestos de transporte en infraestructura para peatones y ciclistas, con el fin de salvar vidas, revertir la contaminación y reducir las emisiones de carbono, que están aumentando en más de 10% al año.

“Las personas están arriesgando sus vidas cada vez que salen de sus casas”, señaló Erik Solheim, director ejecutivo de ONU Ambiente. “Pero no se trata sólo de accidentes. Diseñar sistemas de transporte centrados en los automóviles hace que haya más coches en la carretera, lo que conlleva un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la contaminación del aire. Debemos poner a las personas primero en los sistemas de transporte, no a los coches”.

El informe estudió el progreso alcanzado en infraestructura más segura para desplazarse a pie y en bicicleta en 20 países de bajos a medianos ingresos en África, Asia y América Latina, donde, en comparación con los países de altos ingresos, muere el doble de personas en accidentes de tránsito.

De los países analizados en el informe, cuatro africanos encabezan la lista de los más peligrosos para andar o ir en bicicleta. En Malawi, 66% de las muertes en carretera son de peatones y ciclistas; en Kenia, 61%; en Sudáfrica, 53%, y en Zambia y en Nepal, 49%.

Alrededor de 1.3 millones de personas mueren cada año en las carreteras y casi la mitad son peatones, ciclistas y motociclistas.

El transporte motorizado es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, CO2, y es el sector de más rápido crecimiento en emisiones de gases de efecto invernadero. De seguir la tendencia actual, este sector será el responsable de un tercio de las emisiones de CO2 para 2050.

Se estima que la mala calidad del aire, debida en parte a las emisiones de los vehículos, causa alrededor de siete millones de muertes prematuras cada año y está aumentando problemas de salud como la bronquitis, el asma, las enfermedades del corazón y los daños cerebrales.

Se prevé que la flota mundial de vehículos particulares se triplicará para el año 2050 y la mayor parte de este nuevo crecimiento vehicular tendrá lugar en los mismos países en desarrollo que ya son los más afectados por muertes y traumatismos relacionados con el tránsito.

Si esta tendencia no cambia, se producirá un fuerte aumento de la mortalidad en carretera a nivel mundial. Además, el incremento de los automóviles y, por ende, de las emisiones que producen, restringirá severamente la capacidad del mundo para limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 2°C.

“A menos que actuemos para hacer más seguras nuestras carreteras, se estima que en diez años morirán en ellas 13 millones de personas más, cifra que equivale a más de toda la población de Bélgica. El impacto humano es horroroso, pero el impacto en nuestra supervivencia general no debe ser ignorado”, añadió Solheim.