El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no es solo un asunto de niños: en México se estima que al menos 5% de la población adulta, es decir, 4.3 millones de personas, tiene esta condición que se caracteriza por problemas de concentración e impulsividad, que impactan al individuo en las relaciones personales, sociales y laborales.
El TDAH es un trastorno neurobiológico y en la etapa adulta se identifica cuando las personas son impacientes, buscan tener muchas actividades, se frustran con facilidad, son explosivas y en ocasiones hasta violentas.
“Toman decisiones impulsivamente, por corazonadas o de acuerdo a cómo se sientan; son inquietos; interrumpen las charlas; con baja autoestima y con problemas para relacionarse con los demás”, describe Matilde Ruiz, miembro de la Academia Mexicana de Neurología (AMN).
De igual forma, Eduardo Barragán, jefe del Departamento de Neurología del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), menciona que esta condición repercute en múltiples áreas de la vida: “Tienen dificultades con la pareja, problemas emocionales que los llevan al abuso en el uso de sustancias como el tabaco y alcohol”, pero esta situación puede cambiar si acuden con un especialista, quien le ofrecerá el tratamiento adecuado a cada caso.
También Lino Palacios, miembro de la Liga Latinoamericana para el Estudio del TDAH, comenta que es frecuente pensar que este trastorno es sobrediagnosticado, pero la evidencia científica indica lo contrario: en México solo 10% de los adultos que presentaron síntomas de TDAH desde la infancia fueron atendidos por esta condición.
Este trastorno tiene origen genético, por lo que cuando se diagnostica a un niño o un adultos, seguramente alguno de los padres u otro familiar tiene la misma condición. Por ello es importante que los médicos que identifiquen los síntomas refieran al paciente con el especialista adecuado para un diagnóstico y tratamiento oportuno.