Realizar ejercicio tres o cuatro veces a la semana, por espacio de 30 minutos, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, mejora el metabolismo y disminuye el estrés.
Puede ser una rutina tan sencilla como caminar 20 o 30 minutos al día, con ropa y calzado cómodos, o una combinación de ejercicios como trote, bicicleta fija o natación, de acuerdo a las posibilidades de las personas.
Practicar actividad física de forma rutinaria hace posible que niños, jóvenes, adultos y adultos mayores tengan un buen metabolismo, gocen de salud cardiaca, disminuyan su peso corporal, además de mejorar su presión arterial y lograr gran elasticidad en las articulaciones.
En el caso de los bebés, el mejor estímulo para un buen desarrollo es dejarlos jugar, pues no requieren una metodología, aconseja el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El ejercicio y la convivencia con otros niños y con sus padres es importante para adquirir las habilidades que deben desarrollar de acuerdo con su edad.
Las personas de la tercera edad pueden hacer ejercicio levantando los brazos de manera uniforme, auxiliados de un bastón, cuerdas o palos de escoba que ayudan a realizar el movimiento uniformemente. Los riesgos por no ejercitarse incluyen lesiones musculo esqueléticas, por hacerlo de manera intempestiva.
Las personas con sobrepeso además de que pueden sufrir las complicaciones metabólicas y vasculares que son comunes en este estadio clínico, también pueden tener problemas degenerativos en columna vertebral, cadera, rodillas y tobillos.
Al hacer ejercicio también se disminuye el estrés y se producen endorfinas, sustancia química que produce el cerebro y que provoca una sensación de satisfacción y ayuda a aliviar el dolor.