México a 28 de febrero. De acuerdo con el último informe de la Asociación de Internet.mx en México existen casi 80 millones de internautas, de los cuales, 90% se conecta a la red desde un smartphone o teléfono inteligente. Además, el tiempo que pasan en la web es cada vez mayor, ya que el promedio que un mexicano pasa diariamente conectado a internet es de ocho horas y 12 minutos.
Este panorama ha generado un fenómeno social al que la Master Coach, Alejandra Corona, ha denominado Huérfanos Digitales: “Se trata de aquellos niños que están desprovistos de la atención materna o paterna debido a que sus padres son adictos a la tecnología, específicamente al teléfono inteligente”.
¿Cómo se originó este problema? La especialista refiere que la raíz de esta primera generación de huérfanos digitales no fue causada, como podría pensarse, por la tecnología que ha inundado al mundo entero desde la década de los años 90 con la proliferación de las computadoras personales, los videojuegos e internet en los hogares. Todo apunta al teléfono inteligente.
“Cuando se lanzó el primer iPhone en 2007, Steve Jobs dijo que era un invento que revolucionaría al mundo, y así fue. La posibilidad de contar con un teléfono de pantalla táctil, con música y aplicaciones atractivas, volvió a ese dispositivo un objeto de deseo. Sin embargo, gracias al nacimiento de las redes sociales, el teléfono inteligente se convirtió en un compañero inseparable, hábito que comenzó a marcarse fuertemente a partir de 2010”, explica Alejandra Corona.
No obstante, indica que cuando los niños y adolescentes comienzan a quejarse de sus padres en los consultorios de los sicólogos debido al uso prolongado de los smartphones, se dio a partir de 2014, hace un lustro, una época en que prácticamente todas las marcas de teléfonos contaban ya con modelos con atractivos diseños, cámaras de alta resolución y capaces de aceptar todas las aplicaciones de mayor éxito entre los usuarios de todo el mundo, principalmente las redes sociales, como Facebook, WhatsApp, YouTube, Twitter e Instagram, que son las de mayor uso por los mexicanos.
“La primera generación de niños considerados como huérfanos digitales comenzó a gestarse en 2010, tuvo un repunte en 2014 y hoy estamos viviendo esa generación de niños y algunos casi adolescentes que experimentan un abandono materno o paterno por el uso excesivo que sus padres tienen con sus teléfonos inteligentes”.
Gracias a una exhaustiva investigación, Alejandra Corona escribió en 2018 el libro Huérfanos Digitales, que habla sobre los riesgos que enfrentan los hijos de los padres que abusan del celular y otros dispositivos móviles en momentos de convivencia familiar.
Los riesgos que los papás enfrentan por este fenómeno son múltiples: sus hijos experimentan comportamientos negativos en su conducta; crecen enojados con sus papás; adquieren conductas erróneas de relaciones sociales, ya que desean un dispositivo móvil más que cualquier otra cosa, porque ellos aprendieron que ese objeto se usa para comunicarse con familiares y amigos, para aprender, para jugar y para divertirse; y genera gastos en los papás porque deben comprar un smartphone a su hijo, y no es un teléfono sencillo ni barato.
“Pero quizá una de las consecuencias más graves es que el niño tiene toda la intención de ignorar a sus padres a partir de recibir un teléfono, porque obtendrá las mismas satisfacciones que sus papás tienen con los suyos. El teléfono funcionará como un escudo para protegerse de sus papás y no dar cabida a los espacios emocionales”.
¿Qué deben hacer los papás ante esta situación? En su libro, Alejandra Corona propone un plan estratégico que consta de diversas etapas: 1. Hacer conciencia del problema. 2. Hacer una reflexión profunda del asunto y ubicar todas las actividades que me gustan y que no me gustan hacer con mi(s) hijo(s). Es recomendable tomar un curso de coaching de 6 sesiones que ayudan a los papás a ponerse objetivos alcanzables, medibles, realistas y con límite de tiempo; puede ser vía remota o presencial; es posible crear hábitos para utilizar el smartphone de una manera más eficiente sin que interfiera en las relaciones con los hijos.
“Además de lo anterior, propongo hacer uso del teléfono inteligente con una app, la cual está en desarrollo y su función es ponerte objetivos y ser premiado por ellos; se dan datos e indicaciones a la app con el fin de tener una mejor convivencia con los hijos y evitar pasar demasiado tiempo en nuestras redes sociales. Habrá un personaje virtual, que puede ser tu coach, tú mismo –que yo le llamo la conciencia– o tu hijo, quienes te guiarán y te harán saber si estás pasando mucho tiempo en tu celular y que es momento de convivir más”.
La coach y escritora afirma que gracias al método que propone en su libro, se abraza al problema como parte de la solución, y no es necesario deshacerse del smartphone o atacar a la tecnología.