Por: Lorena Ríos
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Laura Ramírez Sánchez tiene 48 años y en septiembre de 2007 fue diagnosticada con cáncer de mama. “Sentí una bolita en el seno; fui al doctor y me mandó a hacer una mastografía. Me atendí en el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) y el médico me dijo que fui afortunada, pues lo detectaron a tiempo. Asistí con regularidad a mis consultas. Le di importancia a mis sospechas y pude tratarme oportunamente para que el tumor HER2 positivo (más agresivo) no avanzara más”, señala.
Con voz pausada y serena, Laura continúa: “Puedo decirte que atenderse a tiempo es lo mejor que se puede hacer. Y esto se logra acercándose al centro de salud más cercano y pidiendo información sobre este padecimiento”.
Ella forma parte de los 60 mil nuevos casos que al año se detectan de cáncer de mama, enfermedad que se ha convertido en la primera causa de muerte en las mujeres. Casi 40% de las pacientes presenta etapas avanzadas de la neoplasia, lo que se ha convertido en un serio problema de salud pública.
“No tengo tiempo; los estudios son muy caros; dicen que duele mucho; tengo miedo del resultado”, son algunas de las barreras que exponen las mujeres para realizarse una mastografía cada año o, en el peor de los casos, “la falta de información sobre este mal provoca que sólo acudan al médico cuando existen molestias, inflamación o supuración en alguno de los senos”, señala Arturo Vega, ginecólogo asesor de la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer (AMLCC).
El especialista advierte que con base en proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en México habrá en 2020 hasta 19 mil 858 mujeres con cáncer de mama y morirán por esta causa siete mil 618, mientras que para 2030 la cifra ascenderá a 24 mil 386 casos y nueve mil 778 fallecimientos.
“Este panorama es resultado del cambio epidemiológico y demográfico que actualmente atraviesa la población mexicana; es decir, los cambios en los estilos de vida y el aumento de la esperanza de vida, donde obesidad, sobrepeso, tabaquismo y herencia familiar son factores que incrementan el riesgo de presentar la enfermedad”, detalla.
Hoy la posibilidad de desarrollar cáncer de mama desde la edad del nacimiento hasta los 39 años es de una en 228; de los 40 a los 59 años, una en 24; de los 60 a los 79 asciende a una en 14; pero a lo largo de toda la vida llega a una en ocho, explica el ginecólogo.
A tiempo, es curable
El cáncer de mama se puede diagnosticar a través de la autoexploración, pero no sólo se trata de detectarlo tempranamente, sino que también debe recibirse el tratamiento oportuno, señala Mayra Galindo, presidenta de la AMLCC.
La especialista insiste en que entre los principales retos que enfrentan las mujeres que sufren esta enfermedad está “la falta de atención médica oportuna, el tiempo de espera para ser referidas a un especialista y el abasto de medicamentos en las instituciones de salud, situación que aumenta la estadística de mortalidad de este padecimiento”.
Con el objetivo de generar conciencia sobre esta neoplasia, la asociación presenta el calendario 2013 Victorias por el cáncer de mama, el cual relata la situación actual de la enfermedad en nuestro país y resalta los temas en los que deben trabajar todos los sectores de la sociedad: autoridades de salud, organizaciones civiles, medios de comunicación, pacientes, familiares y público en general.
“Victorias por el cáncer de mama presenta el testimonio de doce mujeres que han ganado la batalla en su lucha contra esta neoplasia y unas más que siguen luchando, con el fin de entender los verdaderos problemas a los que se enfrentan estas mujeres a quienes hemos decidido llamar victoriosas”, señala Galindo.
La importancia de esta iniciativa radica en exponer las áreas de mejora de este padecimiento, pues se ha convertido en la primera causa de muerte en mujeres. “Este calendario se distribuirá entre diputados y senadores con la finalidad de que el tema siempre esté presente como prioritario y no sólo en octubre, mes de lucha contra el cáncer de mama”, indica.
Como sociedad, añade, “estamos conscientes de que aún nos queda mucho trabajo por hacer; sin embargo, a través del calendario buscaremos sensibilizar a cada persona sobre la importancia del diagnóstico temprano, la referencia oportuna y el tratamiento adecuado que ayudará a las mujeres a ganar esta batalla”, resalta.
Mujeres valientes
“Mi nombre es Josefina Sánchez. Tengo 58 años. En mayo de 2011, realizándome un ultrasonido, me detectaron cáncer de mama. Posterior a eso me hicieron una mastografía; me dijeron que mi tumor era de aproximadamente tres centímetros. Recibí un diagnóstico oportuno, pero pasaron siete meses para que me operaran y me dieran el tratamiento adecuado (quimioterapia) en el Hospital La Raza del IMSS. Dicen que tuve suerte, pues aunque el tiempo de espera fue muy largo, conozco a varias mujeres que han esperado incluso más tiempo para poder recibir un tratamiento o ser canalizadas con un especialista”, comparte una de estas mujeres.
Las pacientes esperan de tres a siete meses, entre el diagnóstico y el tratamiento, en los que deben sortear los diferentes niveles del sistema nacional de salud. Esto implica en muchas ocasiones que las mujeres diagnosticadas con la enfermedad aunque hayan llegado en una etapa temprana, reciban el tratamiento demasiado tarde, advierte Mayra Galindo.
Por lo anterior, recomienda que las pacientes sean atendidas oportunamente por un especialista y en caso de localizar alguna anomalía se aseguren de solicitar una segunda opinión.
Además, les recuerda que tienen derecho a saber que deben ser referidas con un oncólogo, así como a exigir que se reduzca el tiempo de espera entre el diagnóstico de cáncer de mama y el inicio del tratamiento.