Así se esfuerza la biotecnología para detener la vejez

Arturo Moncada
Todo menos politica
Biotecnología e ingeniería para detener la vejez
Foto: Creative Commons/

Por siglos el hombre ha anhelado la eterna juventud: desde los alquimistas hasta los científicos de nuestros días, detener el envejecimiento ha sido una de las metas más perseguidas por el ser humano, pues de hecho envejecemos todo el tiempo y a medida que nos hacemos mayores nuestro cuerpo sencillamente no puede hacer lo que hacía antes.

Los últimos avances en biotecnología e ingeniería genética, sin embargo, proponen diversas formas para detener la vejez y el último aporte lo realiza la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) que anunció la existencia de un reloj biológico incrustado en el genoma humano.

La investigación, encabezada por el profesor de Genética Humana, Steve Horvath, mostró que si bien muchos tejidos sanos envejecen al mismo ritmo que el cuerpo en su conjunto, algunos lo hacen más rápido o más lentamente.

Los resultados, que ofrecen una vista más amplia sobre el proceso de envejecimiento del ser humano, trascienden en importancia a las investigaciones sobre el cáncer y el tratamiento con células madre.

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Mecánica

Este reloj biológico funciona a partir del proceso de mutilación, un proceso natural que modifica químicamente el ADN.

Esto es: la secuencia de ADN está constituida por bases de aminoácidos. A estas bases se les añade un grupo metilo, lo que regula que algunos genes se expresen originando proteínas concretas o no lo hagan y queden silenciados. La metilación está relacionada con los fenotipos, es decir, las características o rasgos observables de un organismo, como su morfología, desarrollo, propiedades bioquímicas, fisiología y comportamiento.

Para el desarrollo del mecanismo el equipo del doctor Horvath utilizó casi ocho mil muestras de ADN de 51 tipos de tejido sano y células del cuerpo. En particular, observaron cómo el proceso de la mutilación variaba con la edad. Para hacerlo se concentraron en 353 biomarcadores que en conjunto funcionan como nuestro reloj biológico, cambian con la edad y están presentes en todo el cuerpo, aparentemente siendo responsables directos de nuestro proceso de envejecimiento.
En el proceso el profesor descubrió algo que hasta ahora se sospechaba pero no se había confirmado experimentalmente: las distintas partes del cuerpo humano, particularmente a nivel de órganos, envejecen a velocidades diferentes.

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Células madre

En el sentido opuesto de células más jóvenes que la edad cronológica del organismo se encuentran las células madre. Estas son las que pueden originar el resto de células, dividiéndose indefinidamente.

Horvath señala que su investigación muestra que todas las células madre son recién nacidas y que el proceso de transformación de células de una persona en células madre pluripotentes reajusta el reloj de las células a cero.

El estudio revela que la edad de la metilación del ADN está cercana a cero en el estado embrionario y también en células madre pluripotentes. “El tic-tac del reloj no es constante; es mucho más rápido cuando nacemos y durante el crecimiento de los niños a adolescentes; luego disminuye a un ritmo constante al llegar a los 20 años, y después mantiene un ritmo continuo”, agrega Horvath.

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Contra el cáncer

En la investigación se analizaron además 6 mil muestras de cáncer de 32 bases de datos que mostraron que los 20 considerados tipo muestran una aceleración significativa con la edad, registrándose una media de 36 años.

Este reloj biológico mostró resultados particulares, pues las pruebas de los tejidos sanos del corazón manifiestan que su edad biológica es casi nueve años más joven de lo pensado, mientras que los tejidos mamarios femeninos envejecen más rápido que el resto del cuerpo.

Los resultados podrían explicar por qué el cáncer de mama es el más común en las mujeres y por qué la edad es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer en ambos géneros.

Horvath lo explica así: “El tejido mamario sano es de dos a tres años mayor que el resto del cuerpo de una mujer. Si una mujer tiene cáncer de mama, el tejido sano cerca del tumor es de un promedio de doce años más viejo que el del resto de su cuerpo”.

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Hace poco una investigación presentada por un grupo de científicos españoles sostuvo que combatiendo el envejecimiento se lucha contra el cáncer y otras enfermedades de mayor incidencia en el mundo. La situación actual de la investigación en envejecimiento se parece mucho a la del cáncer en décadas pasadas, afirma el trabajo intitulado The Hallmarks of Aging. La relación está clara: el envejecimiento resulta de la acumulación de daño en el ADN a lo largo de la vida y ese proceso es también lo que origina el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas, como el Alzheimer, precisa el artículo.

Para Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), se debe borrar la frivolidad con que a menudo se aborda la investigación del envejecimiento: “No se trata de no tener arrugas ni de vivir 100 años a cualquier costo sino de prolongar la vida sin enfermedad”.

El objetivo real y último de estas investigaciones es contribuir a identificar métodos y fármacos que mejoren la salud humana durante el envejecimiento.