20 millones de niños y adolescentes mexicanos sufren desnutrición

La desnutrición en México afecta a 20 millones de niñas, niños y adolescentes, condición que puede impedir su desarrollo conductual y cognitivo, además de afectar su rendimiento escola

Lorena Ríos
Todo menos politica
Desnutrición infantil
Foto: Cuartoscuro

La desnutrición en México afecta a 20 millones de niñas, niños y adolescentes, condición que puede impedir su desarrollo conductual y cognitivo, además de afectar su rendimiento escolar, creatividad y habilidad en actividades deportivas, y que a la larga también repercute en su salud reproductiva y productividad laboral.

Cuando los niños no están bien nutridos, en especial en los primeros años de vida, puede haber repercusiones en su salud, con un sistema inmune frágil, limitaciones para aprender, comunicarse, pensar analíticamente, socializar y adaptarse a los ambientes y personas.

Sin duda una buena nutrición es la primera línea de defensa que tiene la población infantil para soportar infecciones y enfermedades crónicas que pueden marcarlos por el resto de sus vidas, advierten especialistas en nutrición y pediatría, así como organismos internacionales como el Fondo para la Infancia de la Organización de Naciones Unidas (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aunque en los últimos 13 años se ha registrado una reducción de la anemia en niños de uno a cuatro años, esta resulta aún preocupante, por lo que es necesario generar conciencia y difundir mayor información sobre la importancia de una buena nutrición entre las comunidades social y médica, así como ampliar la distribución de suplementos de micronutrientes en niños menores de tres años, además de promover la educación nutricional e incentivar la ingesta de alimentos ricos en hierro, señala Alejandro Serrano Sierra, miembro de la Asociación Mexicana de Pediatría (AMP).

El especialista explica que la desnutrición es un problema multifactorial y tiene mucho que ver con los hábitos familiares, con los recursos que se tienen y cómo estos se canalizan, “porque desgraciadamente no están dirigidos a tener una alimentación balanceada, ni los alimentos que se requiere”, expone.

La suspensión de la lactancia materna antes de los seis meses de vida de los bebés también es un factor que origina desnutrición en la infancia. “Sabemos que no hay mejor alimento durante los primeros seis meses de la vida que el pecho materno y cuando hay un recién nacido, lo primero que hace la mamá es quitarle el pecho materno porque se lo ha recomendado la vecina o porque regresa a la actividad laboral”, advierte el pediatra.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), entre 2006 y 2012, el índice de lactancia materna bajó de 22.3 a 14.5%, principalmente por la introducción temprana de fórmulas lácteas y el consumo de agua.

Resalta Serrano Sierra que la desnutrición se asocia con una mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades infecciosas, una mayor probabilidad de muerte en los primeros años de la vida y un bajo rendimiento escolar.

Pobreza infantil

En el estudio Pobreza y derechos sociales de los niños elaborado en 2012 por Unicef se reconoce que gracias al suministro de hierro, ácido fólico y vitamina A, la situación nutricional de los niños en México ha mejorado. Empero, 1.5 millones de infantes menores de cinco años presenta desnutrición crónica.

A nivel mundial, datos del organismo que vela por los derechos de la infancia destacan que todos los días mueren 18 mil menores de cinco años por causas que se podrían prevenir; una de ellas es la desnutrición, responsable de 50% de las muertes infantiles en todo el mundo: casi 3.2 millones.

Pese a la gravedad de la situación, en tiempos recientes se han logrado enormes avances en la solución del problema por medios eficaces en relación a su costo, como el suministro de micronutrimentos y suplementos alimenticios a los sectores vulnerables de la población mundial, así como las intervenciones de éxito comprobado como la lactancia exclusiva materna y las campañas de difusión sobre cultura alimentaria y nutricional.

En México, por ejemplo, la desnutrición crónica pasó de una prevalencia nacional de 26.9% en 1988 a 13.6% en 2012, mientras que el bajo peso se redujo de 10.8 a 2.8% durante el mismo periodo.

En el contexto de la Agenda Global Post-2015 y frente a los desafíos demográficos y económicos que atraviesan los países y gobiernos de todo el mundo, de no atenderse con carácter de urgente el problema de la desnutrición infantil los costos serán mañana considerablemente más elevados.

“La desnutrición en México no es distinta a la desnutrición que se vive en África”, dice la nutrióloga Maribel Yáñez, también asesora del proyecto nutricional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para quien el nivel de desnutrición que aqueja a los menores es equiparable a los millones de africanos con insuficiente alcance a alimentarse diaria u ocasionalmente.

Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz, Estado de México, San Luis Potosí y Michoacán presentan hasta 36.4% de desnutrición infantil, afectando principalmente a los menores de cinco años, detalla Silvia Novoa, directora de World Vision México.

Niños inapetentes

Otra cara de la moneda de la mala nutrición en los niños del país la conforman aquellos que son inapetentes. Sin embargo, es importante diferenciar si la causa es un problema de salud o un mal hábito alimenticio.

“En el primer caso los niños que no comen tampoco juegan y lucen decaídos, a ellos hay que llevarlos a consulta; pero si no es así, lo más probable es que se deba a un mal inicio de alimentación a partir de los seis meses”, precisa el pediatra Jorge Abel Salinas.

Una vez identificada la causa de la inapetencia los padres deben armarse de mucha paciencia para enseñar a su hijo a comer variado y jamás acudir a la violencia física o sicológica para lograrlo, pues ello puede originar futuros desórdenes alimenticios.

Además, la inapetencia también se da por la falta de alguna vitamina o mineral. Los niños que nacen con bajas reservas de hierro debido a que la madre registró anemia durante el embarazo estarán propensos a sufrir de inapetencia por falta de hierro y zinc, por lo que se recomienda el uso de suplementos alimenticios bajo la supervisión del especialista.