El elemento que caracteriza a la presidenta Claudia Sheinbaum en la construcción del segundo piso de la 4T es la materialización en el corto plazo de sus expresiones y compromisos. Ello tanto en el plano interno como en la escena internacional.
La posición asumida por la presidenta Claudia Sheinbaum ante el anuncio de Donald Trump en el sentido de que impondría aranceles de 25% a las importaciones de productos mexicanos en su país desde el inicio de su próxima gestión como presidente de Estados Unidos deja en claro que busca que prevalezca la razón con base en argumentos sólidos.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo comenzó a plasmar el sello de su gestión en el rubro de la seguridad con tres apuestas básicas: coordinación y acciones conjuntas de todas las instancias que conforman el gabinete de seguridad; fortalecimiento de las atribuciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), a cargo de Omar García Harfuch, para que funja como institución rectora o coordinadora, a la par de facultar a los elementos de esa dependencia para que realicen labores de investigación; y apuesta por acciones de inteligencia, en lugar de propiciar una acción de confrontación directa.
Quienes presagiaron un choque de trenes tras la elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos se quedaron a la espera. En principio porque el panorama de la relación bilateral entre México y EU tiene muchas aristas, entre ellas por supuesto las relativas a la migración y el trasiego de drogas, en tanto que es claro que una cosa es lo que se exprese en campaña al calor de la confrontación política e incluso en el marco del triunfo, y otra la que puede concretarse.