¿Por qué Taylor Swift tiene razón en ‘hacerle el feo’ a Spotify?

¿Quién se beneficia realmente del modelo de negocio del “streaming”?

Gustavo Pérez
¿Quién se beneficia realmente del modelo de negocio del “streaming”?
Foto: AP

Spotify ha estado en el corazón de una tormenta recientemente luego de que la cantante de pop Taylor Swift retirara su música del servicio de streaming (reproducir música en línea).

Swift no es la primera en retirar o rechazar a esta app; artistas como Adele, Beyoncé y Coldplay han tenido reservas para que su música para ser escuchada de manera gratuita a través de este servicio.

El argumento de la estrella de pop, en el que alude a la devaluación actual de la música, es el mismo con que los críticos de los servicios de música en línea han usado, debido a la ínfima ganancia para los artistas y a los turbios manejos de los sellos discográficos.

No obstante, no sólo algunos de los grandes nombres se quejan de Spotify y este tipo de servicios. El compositor Armen Chakmakian, quien ha sido nominado a un premio Grammy, publicó un reporte financiero de las regalías obtenidas por reproducciones en diferentes páginas. Los datos son impactantes: por 14,227 visitas, el músico ganó apenas 4.12 dólares.

Artistas establecidos como Thom Yorke, vocalista de la banda Radiohead, critican que el modelo de negocios del streaming no beneficia en lo absoluto a las nuevas bandas.

Por otro lado, los servicios tampoco ganan con este negocio. Spotify anunció en mayo pasado que contaba con al menos 10 millones de suscriptores de paga y, sin embargo y de acuerdo a sus reportes financieros, ha perdido 200 millones de dólares desde su fundación.

Entonces, ¿quién se beneficia realmente de este modelo de negocio? De acuerdo a las cifras, los que más le temían a la fusión de Internet y la música son, irónicamente, los que salen ganando: las compañías discográficas.

Al respecto, Bono, vocalista de la banda U2, afirmó que el problema no es Spotify, sino la “opacidad” con la que los recursos que se obtienen de Spotify se administran y otorgan a los artistas.

Las disqueras generan cientos de millones de dólares solamente en conceder los derechos de la música de los artistas, con Spotify pagando casi 100 millones de dólares a las 3 principales discográficas para contar con su catálogo. Curiosamente, el 25% de Spotify es propiedad de esas mismas 3 compañías. Sin duda, un negocio redondo.

La respuesta a cómo los artistas sobrevivirán en un ecosistema tan agresivo aún está por revelarse. Sin embargo algunos, como el proyecto Patreon, buscan en el crowdfunding una respuesta a este dilema que definirá el futuro de la industria de la música.

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