El reciente boletín estadístico del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS) arroja cifras sorprendentes en cuanto al número de solicitantes de asilo provenientes de Venezuela.
Los venezolanos se colocaron como la primera nacionalidad solicitando asilo en Estados Unidos durante todo 2016, con más de 18 mil aplicaciones.
Julio Henríquez, el director de Refugee Freedom Program, con sede en Boston, compartió los datos provenientes de USCIS.
“Estamos investigando los efectos internacionales de la crisis humanitaria en Venezuela, que produce una ola de migrantes económicos y refugiados”, indicó Henríquez. “La situación de Venezuela no es solo la crisis económica, organizaciones como Foro Penal reportan que ha habido casi siete mil detenciones por motivos políticos desde 2014.
Hay numerosos reportes de tortura, homicidios a manos de funcionarios del Estado, abierta persecución política contra disidentes. Hay una severa crisis económica que produce escasez de múltiples productos esenciales, incluyendo alimentos y medicinas. A eso se le suma que Venezuela está, trágicamente, punteando a nivel mundial en áreas como inflación y homicidios por cada 100 mil habitantes.
“Es natural que la gente emigre en los números que estamos viendo, y que muchos sean refugiados. En Estados Unidos tenemos una noción de cuántos son, pero esa cifra es menos clara en lugares como Brasil, Colombia, Panamá y varias islas del Caribe”.
En cuanto a los solicitantes de asilo en Estados Unidos, Henríquez expresó su preocupación ante los datos: “Los números son alarmantes por doble motivo, tanto por la causa como por el efecto. Por un lado, la causa es la crisis humanitaria con raíces políticas en Venezuela, que es trágica y cada vez empeora. Por otro, el efecto es que muchos migrantes económicos, que huyen de la violencia de criminales anónimos o del colapso del sistema de salud, aunque es poco probable que califiquen para asilo, aplican tras recibir mala asesoría. Muchos no entienden si califican e ignoran que pueden terminar en un proceso de deportación. Las víctimas de violaciones a derechos humanos e integrantes de grupos vulnerables pueden calificar para asilo, pero información vaga o engañosa hace que muchos terminen tomando decisiones sin entender sus consecuencias, como aplicar para asilo sin calificar o, peor aún, fabricando historias o pruebas”.
En relación a la nueva administración en Estados Unidos, Henríquez aclaró que aunque se prevén cambios profundos en el área de inmigración, estos serían más lentos y es posible que menos profundos para los solicitantes de asilo afirmativo.
“Estas cifras son de personas que aplican por asilo político sin estar en proceso de deportación, que es lo que ocurre con la gran mayoría de venezolanos. Hay muchos solicitantes de asilo que vienen del triángulo norte de Centroamérica, pero al entrar por la frontera y ser detenidos por inmigración terminan en procesos de deportación y esos datos no están reflejados acá, esos son los asilos defensivos”, puntualizó.