Terrorismo doméstico en Estados Unidos

El atentado que protagonizaron los dos hermanos extremistas de origen checheno puso en duda la seguridad nacional estadunidense.

Arturo Moncada
Política
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El atentado que protagonizaron los dos hermanos extremistas de origen checheno puso en duda la seguridad nacional estadunidense.
Foto: AP

El atentado perpetrado en Boston el pasado 15 de abril pone en jaque la agenda que el presidente estadunidense, Barack Obama, presentó durante su campaña electoral para un segundo mandato al frente de la Casa Blanca.

Si bien la muerte del número uno de la organización terrorista Al-Qaeda, Osama Bin Laden, relajó la política antiterrorismo de EU, el ataque explosivo en Boston, con dos ollas convertidas en bombas, encendió de nueva cuenta los focos rojos respecto de este flagelo y elevó el tono de las voces que advierten que reducir el prepuesto destinado a la seguridad nacional supone un riesgo inadmisible.

Como señala Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington, “entre los círculos gubernamentales en Estados Unidos y entre algunos expertos ganó terreno en estos años la opinión de que, como no ha ocurrido un atentado importante en EU durante un cierto tiempo, este factor tiende a indicar que el movimiento Al-Qaeda se halla debilitado y ya no puede lanzar ataques de magnitud”.

Por ello, señala el especialista, “el atentado en Boston resultó una sorpresa. Además, ante la crisis económica de los últimos años, la cuestión del terrorismo no ha ocupado un lugar destacado en la conciencia pública; y por razones obvias: la economía afecta a todo el mundo, o a casi todo el mundo, y el terrorismo sólo a algunas personas”.

Impacto

El atentado, atribuido a dos hermanos extremistas de origen checheno, Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, sumado a la amenaza de Corea del Norte de lanzar un ataque nuclear contra una ciudad estadunidense, al temor a nuevos atentados de Al-Qaeda, y a las matanzas en cines, escuelas y universidades en los últimos años, desencadenó de nuevo el nerviosismo que la población de Estados Unidos vivió después del 11 de septiembre de 2001.


El impacto que las dos bombas caseras fabricadas con ollas a presión provoca en la nación más poderosa de la Tierra puede afectar, además, su política exterior, su economía y la siempre polémica reforma migratoria, tema que por cierto ya causó enfrentamientos.

Política exterior

Cuando Obama alcanzó la presidencia no figuraba en sus prioridades de política exterior, ni en su Estrategia de Seguridad Nacional, la guerra contra el terrorismo.

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