Tommy Arthur, de 74 años, fue condenado por matar a Troy Wicker con un disparo entre los ojos cuando dormía en su casa en Muscle Shoals.
La esposa de Wicker dijo inicialmente que la habían violado y un intruso mató a su esposo, pero luego declaró que tuvo relaciones sexuales con Arthur y le pagó diez mil dólares para que matara a su esposo. Declaró que Arthur, un hombre blanco, usó una peluca y maquillaje para hacerse pasar por afroestadunidense cuando mató a su esposo.
Dos jurados condenaron a Arthur, pero esos veredictos fueron anulados en las apelaciones. Durante su tercer juicio en 1991, contra el consejo de sus abogados, Arthur pidió al jurado que lo condenara a muerte. Su intención era contar con nuevas oportunidades para apelar.
La Corte Suprema de Alabama había fijado en seis ocasiones la fecha de ejecución, pero Arthur siempre logró la suspensión. La procuraduría pidió en julio que se fijara una séptima fecha de ejecución después que un juez federal desestimó su apelación más reciente.
Arthur envió al gobernador Robert Bentley una carta de cuatro páginas en la que protesta que nunca tuvo un juicio justo y que no se han revisado las pruebas de ADN. Debe recibir la inyección letal este jueves a las 18:00 horas.