El presidente Barack Obama autorizó un programa para desalentar y castigar los ciberataques que incluye sanciones financieras a ciberintrusos en el extranjero y a las empresas que a sabiendas se beneficien con los frutos del espionaje cibernético.
Esta última categoría podría incluir empresas de propiedad estatal en Rusia, China y otras procedencias, lo que podría provocar fricciones diplomáticas.
La orden ejecutiva es la medida más reciente del gobierno para responder a las amenazas crecientes de naciones y de grupos delictivos. Da a Estados Unidos la autoridad para imponer sanciones a individuos y empresas, aunque no se anunciaron penalidades específicas.
Obama afirmó que las sanciones se aplicarán a quienes estén involucrados en ciberactividades maliciosas que traten de dañar infraestructura y sistemas de computadoras o traten de robar secretos comerciales o información confidencial.