La imagen se ha vuelto común en los últimos años en Estados Unidos: un presidente se presenta en la sala de prensa de la Casa Blanca y lamenta la matanza de ciudadanos inocentes en tiroteos.
Barack Obama lo ha hecho durante su mandato en 14 ocasiones. “He tenido que hacer declaraciones como esta muchas veces. Comunidades de este tipo han tenido que soportar tragedias demasiadas veces”, dijo en la última ocasión.
Y es que escenas de masacres de ciudadanos inocentes a manos de personas armadas se han vuelto habituales en el país de las barras y las estrellas. La más reciente se registró el pasado 17 de junio en una iglesia metodista de Charleston, Carolina del Sur, donde nueve feligreses negros fueron muertos a disparos por odio racial a manos de Dylan Storm Roof, un joven blanco.
El ataque, el más grave en lo que va del año, provocó un nuevo llamado de Obama a promover una reforma que regule la venta y uso de armas de fuego en su país.
Sin embargo, las perspectivas de que el Congreso estadunidense apruebe imponer límites a la posesión de armas siguen siendo las mismas que hace años: remotas por ahora, según legisladores y activistas de ambos lados de la polémica.
Tradición
Entender la ley de armas de Estados Unidos y el por qué ha sido tan difícil cambiar esa legislación se remonta a la misma historia de ese país, comenta la doctora Iliana Rodríguez Santibáñez, directora del Departamento de Derecho y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México.
“Esta situación es problemática porque los estadunidenses tienen en su Constitución la Segunda Enmienda, que establece la posibilidad de que el pueblo tenga armas y surge para el caso de que el gobierno tenga un Ejército opresor o distinto a los intereses del pueblo este pueda defenderse en contra del propio poder por lo que es consagrada como una libertad de defensa del ciudadano. Este es el argumento que ofrecen quienes están a favor del uso de las armas en Estados Unidos, pero sobre todo la Asociación del Rifle, que es la más recalcitrante en la defensa de la portación del uso de armas”, explica la especialista.
En un país donde cada hora se producen tres muertes por armas de fuego y donde al mismo tiempo la cultura de las armas y el derecho a poseerlas libremente tienen un respaldo hondamente arraigado en la sociedad, estrechamente ligado al concepto de autodefensa, a la idea de la independencia inalienable del individuo frente al Estado y, también, a importantes intereses económicos, difícilmente podrá modificarse la Segunda Enmienda.
—¿Cómo negociar en el Congreso una reforma a la ley de armas, aun cuando el debate siempre ha sido sobre más o menos control y nunca sobre una prohibición total?
—Las masacres registradas en los últimos años en Estados Unidos, y particularmente ahora la matanza de Charleston, sin duda vuelven a abrir el debate sobre esta ley, misma que con anterioridad, en 2013, el presidente Obama había pretendido cambiar precisamente tratando de generar un censo de aquellos que se arman y también poniendo ciertas condiciones para su compra y venta. No obstante, existe una gran oposición. Este tipo de medidas pasa necesariamente por negociaciones en el Congreso… donde ahora gobiernan los republicanos y particularmente el ala conservadora. Por eso Obama podrá decir lo que quiera en lo que le queda de este periodo presidencial, que culmina en noviembre de 2016, cuando se elegirá un nuevo mandatario estadunidense, pero difícilmente encontraremos que haya una apertura a las reformas respecto del tema de las armas.
Influencia
Un papel decisivo contra el control de armas desde que Obama hizo el primer anuncio de su reforma ha sido el de los activistas y abogados de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).
La NRA, que cuenta con 4.5 millones de afiliados, bombardea a los senadores con llamadas telefónicas y correos electrónicos, repitiendo una y otra vez que la extensión del control de los antecedentes vulnera los derechos constitucionales de los estadounidenses.
Entre las razones de su éxito no se encuentra solo la presión, sino también su gran poder económico: en 2013, según publicó el diario The Guardian, todos los senadores que votaron contra la propuesta de Obama (menos tres) recibieron en algún momento donaciones procedentes de los lobbies de las armas.
De acuerdo con datos de la Fundación Sunlight, la NRA ha donado desde 1990 hasta 800 mil dólares a 40 senadores que votaron contra la enmienda.
Llama la atención que luego del renovado llamado de Obama, un día después de la masacre de Charleston, el congressional record, con las actas de las sesiones del Congreso, reveló que si bien varios legisladores de ambas cámaras tomaron la palabra para expresar su tristeza por esa matanza y ofrecer condolencias, ninguno pidió que se tomen medidas para controlar las armas.
—¿Cómo se explica esa postura?
—Los intereses para regular el tema de las armas son mucho más grandes que el tema de los inmigrantes, por ejemplo, porque si bien es cierto que este afecta a algunos estados, el tema de las armas es de carácter federal. Me parece que es un argumento difícil para Obama, pero por el cual puede capitalizar el voto electoral a favor de su partido. Ciertamente los congresistas deben representar la voz del pueblo, pero no siempre es así, porque de serlo ya se hubiera alcanzado una regulación. Existe sin embargo una posición ideológica de los congresistas a ponderar más la opinión de aquellos que quieren que exista la libertad de la portación de armas que actualmente se encuentra en la legislación, a tener una restricción a través de una regulación mucho más estricta”.
Los intereses económicos y electorales, añade Rodríguez Santibáñez, “pueden ser mucho más abrumadores que las necesidades e intereses del pueblo estadunidense”.
—Para algunos este ataque representa exactamente lo contrario: demuestra que no se debe disminuir el uso de armas. ¿En qué se basan para sostener este argumento?
—Aquí lo oprobioso es que más allá de la preferencia o conducciones personales de carácter religioso, donde la persona encuentra la paz dentro de un templo, donde pareciera improbable que pudiera ocurrir un daño de carácter premeditado, se abre una alerta a la sociedad a estar más abierta a cualquier situación de violencia y que nadie está a salvo en lugar alguno. Las personas a favor de las armas encuentran válido este argumento, por lo que considero que será mucho más difícil que pueda pasar la reforma en contra de la portación de armas.
En tanto, y aunque la legislación federal para el control de armas esté bloqueada, varios estados han tomado medidas, inspiradas en estas masacres y han ampliado los tipos de armas de asalto prohibidos y limitado la cantidad de munición que puede venderse.
Algunas matanzas por arma de fuego en EU
- 2 de abril de 2014
Un tiroteo en la base militar de Fort Hood, Texas, deja cuatro muertos, entre ellos el atacante, Iván López.
- 21 febrero de 2014
Cuatro muertos y dos heridos deja un tiroteo en la organización indígena Cedarville Rancheria en Alturas, California, perpetrado por la ex líder Cherie Lash.
- 16 septiembre de 2013
Un tiroteo en el Mando de Sistemas Navales de la Marina, Washington, deja 13 muertos, incluido el autor, Aaron Alexis.
- 14 diciembre de 2012
Adam Lanza mata a su madre en Newton, Connecticut y asesina a 20 niños y seis adultos en el colegio Sandy Hook antes de suicidarse.
- 20 de julio de 2012
12 muertos y 58 heridas es el saldo de un tiroteo en un cine en Aurora, cerca de Denver, Colorado.
- 8 de enero de 2011
Un tiroteo en Tucson, Arizona, por un estudiante de 22 años, deja seis muertos y trece heridos.
- 5 de noviembre de 2009
El comandante Nidal Malik Hasan, de 39 años y siquiatra especializado en estrés postraumático, mata a 13 personas y hiere a 32 en la base militar de Fort Hood, Texas.
- 3 de abril de 2009
Un hombre armado entra en un centro de atención a inmigrantes y refugiados en Binghamton, Nueva York, y mata a 13 personas para después suicidarse.
- 16 de abril de 2007
El estudiante sudcoreano Cho Seung Hui asesina a 32 estudiantes y profesores en la Universidad Politécnica de Virginia y luego se suicida.
- 20 de abril de 1999
Dos estudiantes de 17 y 18 años, Eric Harris y Dylan Klebold, armados con un fusil de asalto, dos escopetas y un revólver, matan a 13 personas y hieren a 23 en la escuela de Columbine, en Littleton, Colorado, antes de suicidarse.