El Islam es, por donde se le vea, una religión de paz, con base en el Corán, y no hay argumento que valga para que grupos extremistas traten de convertirlo en el cimiento de una ideología fundamentalista, cuya principal característica es una violencia con blancos indiscriminados que pretenden realizar en nombre de Dios y hacer pasar como actos de corte religioso.
Mandatarios, líderes, organizaciones y clérigos musulmanes deben multiplicar sus esfuerzos por despojar a esos grupos de la bandera del Islam y eliminar la percepción de que el islamismo es un credo violento.
Para Pedro Javier Cobo Pulido, académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y especialista en temas de Oriente Medio, sería ridículo pensar que todos los musulmanes son terroristas; hay una parte a la que se puede pedir reciprocidad y fomentar el diálogo, porque dentro del Islam hay gente muy sensata que quiere la paz, que quiere entendimiento.
Al respecto, el doctor Alberto Patiño Reyes, académico del Departamento de Derecho y especialista en temas de Derecho y Religión de la Universidad Iberoamericana, coincide a su vez en señalar la importancia del papel que juegan los líderes religiosos musulmanes, quienes tendrán que hacer una distinción clara, un llamado a la tolerancia y explicar que el Islam es una religión de paz, una religión con base en el Corán, y otra cosa es la ideología de los grupos fundamentalistas, el integrismo, que puede confundirse con esta religión de paz.
Este esfuerzo por formar conciencia entre la población internacional sobre la verdadera naturaleza del Islam resulta cada vez más urgente, tomando en cuenta que los grupos fundamentalistas se multiplican y realizan acciones extremistas en áreas cada día más extensas de África (como en el caso de masacres y secuestros masivos de la agrupación terrorista Boko Haram en Nigeria), Oriente Medio (como en el caso del grupo Estado Islámico en Irak y Siria) y Europa (ahí está el reciente atentado contra periodistas de la revista Charlie Hebdo en París), por hablar de los más recientes.
Herramienta
Recientemente diversos países de la comunidad internacional llamaron a otorgar un nuevo impulso a la llamada Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas, la cual pretende mejorar el conocimiento y las relaciones de cooperación entre los países y pueblos más allá de culturas y religiones, ayudando así a contrarrestar a las fuerzas que alimentan la polarización y el extremismo.
Esta iniciativa, lanzada originalmente en 2005 por los gobiernos de España y Turquía bajo el auspicio de Naciones Unidas, cuenta con el apoyo de un Grupo de Amigos, una comunidad de más de 100 países miembros y organizaciones y organismos internacionales.
El doctor Cobo Pulido señala al respecto que “sí, es necesario retomar esta alianza. También uno de los antiguos presidentes de Irán, Mohammad Jatamí, lo propuso.
El Vaticano ha hecho esfuerzos en ese sentido. Y creo, sin embargo, que hay dos errores. Uno, el de la ingenuidad, pues me parece una aberración dejar que naciones como Arabia Saudita vayan haciendo mezquitas por todo el mundo y no haya reciprocidad. En su caso, Rusia lo dejó muy claro: los rusos señalaron que si alguien quería hacer una mezquita en Moscú, por ejemplo, deberían dejar entonces a los rusos construir una Iglesia en los territorios musulmanes, y se acabó, expresó el especialista.
Iniciativas
Dentro de la política exterior de Estados Unidos, el gobierno del presidente Barack Obama apoya con material bélico y logístico la ofensiva en Irak contra el grupo Estado Islámico, mientras por otra parte convoca a una cumbre sobre seguridad global el 18 de febrero en Washington para tratar de prevenir el extremismo violento.
La política internacional de Obama es realmente complicada. Por una parte, es indudable que hay que hacer algo contra el grupo Estado Islámico porque realmente es una organización asesina, sin lugar a dudas, pero considero que es compatible un diálogo con los musulmanes más moderados, porque además al Estado Islámico todo mundo le tiene miedo: ataca a chiítas, ataca a todo aquel que no es igual que ellos.
El especialista cree que es necesario que Estados Unidos apoye de alguna forma y esta puede ser con este diálogo. Sin embargo, es difícil que se adentre en una guerra directa con infantería, que envíe tropas a Irak o Afganistán.