Roma, 14 de julio.- La escasez de lluvias en África oriental ha agravado la situación alimentaria, marchitando las cosechas, secando los pastos y provocando la muerte de miles de animales, alertó hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las zonas más afectadas —que recibieron menos de la mitad de sus precipitaciones estacionales normales— son el centro y el sur de Somalia, el sudeste de Etiopía, el norte y el este de Kenia, el norte de Tanzania y el noreste y suroeste de Uganda.
La alerta emitida por el Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA) de la FAO advierte que la tercera temporada consecutiva de lluvias escasas ha erosionado gravemente la resiliencia de las familias, haciendo necesario un apoyo urgente y efectivo para los medios de subsistencia.
“Esta es ya la tercera temporada consecutiva en que las familias padecen la ausencia de lluvias, simplemente se están quedando sin recursos de hacer frente a la situación”, aseguró el director de Emergencias de la FAO, Dominique Burgeon.
“La ayuda —añadió— se necesita ahora, antes de que la situación empeore aún más”.
El número de personas que necesitan ayuda humanitaria en los cinco países antes mencionados —calculada actualmente en unos 16 millones—, ha aumentado en 30% desde finales de 2016.
En Somalia casi la mitad del total de la población sufre inseguridad alimentaria, y hasta ahora ha sido la oportuna ayuda humanitaria la que ha evitado una hambruna, por lo que debe mantenerse.
Se espera que las condiciones en toda la región empeoren aún más en los próximos meses con el comienzo de la estación seca y un inicio temprano de la temporada de carestía.
La situación de seguridad alimentaria de los grupos pastoriles es particularmente preocupante en Etiopía, Kenia y Somalia, donde las tasas de mortalidad animal son altas y la producción de leche de los animales que han sobrevivido ha disminuido considerablemente, con consecuencias negativas sobre la seguridad alimentaria y la nutrición.
Los precios del ganado se han desplomado debido a las deterioradas condiciones físicas de los animales, lo que unido al alza de los precios de los cereales ha restringido severamente el acceso de los criadores a los piensos.
Se espera que las condiciones de los pastizales y el ganado se deterioren aún más, al menos hasta el comienzo de la próxima temporada de lluvias en octubre.
En diversas zonas agrícolas de la región las lluvias insuficientes han provocado fuertes reducciones en la siembra y el marchitamiento de las cosechas que se están ahora recolectando. A pesar de algunas precipitaciones tardías en mayo el daño a los cultivos es irreversible.
Además, la oruga tardía —denominada también “cogollero del maíz” (spodoptera frugiperda)— que ya ha causado grandes daños a los cultivos de maíz en África austral, se ha extendido hacia el este y empeorará la situación.
En Kenia la plaga ha afectado de momento a unas 200 mil hectáreas de cultivos, y en Uganda más de la mitad de los 111 distritos del país están afectados.
En Somalia hay perspectivas desfavorables para las cosechas principales de este año, después de que unas lluvias tardías y escasas y de distribución desigual en la mayoría de las áreas del país.