En los últimos años Bogotá se convirtió en referencia para el grafiti latinoamericano. Las paredes del barrio histórico de la Candelaria, la Avenida 26 o la Avenida El Dorado ‘hablan’ con sarcasmo del conflicto armado interno, de la belleza natural del país o simplemente plasman la firma del autor en brillantes colores.
Según un estudio, las más de 5,000 piezas que se realizan al año, sitúan a la urbe entre las ciudades con más metros cuadrados de muros pintados.
Recientemente el Museo de Arte Contemporáneo dedicó una exposición al graffiti que incluyó talleres, y la alcaldía, gobernada por el izquierdista Gustavo Petro, subvenciona a artistas urbanos para que intervengan las paredes de la ciudad.
Incluso desde el ayuntamiento se puso en marcha una escuela para formar a graffiteros al tiempo que se les sensibiliza sobre el uso responsable de las pintadas.
El boom del grafiti despertó también el interés de los turistas. La empresa Bogotravel, ofrece tours guiados en bicicleta haciendo parada en los más espectaculares pintadas.
Uno de los grafitis más nuevos y espectaculares es el dedicado a Gabriel García Márquez en el casco antiguo de Bogotá, un año después del fallecimiento del premio Nobel.