Una broma del presidente francés, Francois Hollande, sobre el proceso de sucesión del Papa Benedicto XVI, generó controversia y revuelo en Francia, así como el rechazo de la oposición política.
La víspera, durante una rueda de prensa con el presidente de Nigeria, Hollande consideró “muy respetable” la decisión de dimitir tomada por el Papa, pero afirmó en tono jocoso que Francia “no presentará candidato” a la sucesión del pontífice.
El comentario de Hollande, conocido por su afición a los chistes, fue muy mal recibido por la oposición conservadora en Francia.
“Francamente, hacer una broma sobre una decisión tan digna, tan responsable, no está bien, es inoportuno”, declaró a la televisora privada Canal Plus el ex ministro del Interior (Gobernación) y mano derecha del ex presidente Nicolas Sarkozy, Claude Guéant.
“Bromear sobre una personalidad que representa tanto para tanta gente, que representa una esperanza, una forma de vivir, me parece que no está bien”, subrayó el político ultraconservador.
“Todo el mundo sabe que François Hollande no es muy favorable a las religiones en general y a la religión católica en particular”, agregó Guéant sobre el mandatario francés, quien nunca estuvo casado con ninguna de sus 2 parejas y tiene 4 hijos con la primera.
El diario conservador Le Figaro recordó este martes que durante siglos las autoridades políticas europeas ejercieron una influencia determinante sobre el Sagrado Colegio de Cardenales durante el proceso de elección de los Papas, apoyando a sus propios candidatos.
La indignación en las filas de la derecha se ha visto acrecentada además por un comentario de la ministra delegada para las Personas Mayores, Michèle Delaunay, quien publicó un twitter quejándose de que el Papa no le consultó si era conveniente que dimitiera.
“Debo reconocer que, equivocado o no, Benedicto XVI omitió consultarme antes de tomar su decisión”, afirmó Delaunay, que este martes retiró el comentario de su cuenta en twitter.