Las autoridades mexicanas liberaron a Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”, luego de un largo proceso judicial de 8 años, entre México y Estados Unidos.
La mujer, acusada originalmente de tráfico de cocaína y posteriormente de operaciones con recursos de procedencia ilícita, salió libre tras pasar varios años en cárceles de ambos países.
El polémico caso, que con la absolución de Ávila llega a su fin, tiene atrás una historia que vale la pena recordar.
Sandra Ávila Beltrán Berbecia, nacida en Baja California en 1960, estuvo involucrada en el mundo criminal desde muy joven. Creció en una familia de contrabandistas de Sinaloa y se afirma que su tío es Miguel Ángel Félix Gallardo, “el Padrino”, uno de los narcotraficantes más importantes de la década de los 80.
Ella desmintió el parentesco con “el Padrino”, aunque admitió que familiares suyos tenían nexos con capos a los que ella misma conocía, como Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), Ismael Zambada (El Mayo), Amado Carrillo Fuentes y los hermanos Arellano Félix.
Detención
El 28 de septiembre de 2007, la Reina del Pacífico fue detenida junto con su pareja sentimental, Juan Espinoza Ramírez, un narcotraficante colombiano conocido como “El Tigre”, en un restaurante de la Ciudad de México.
Después de años de vivir con un perfil bajo en Guadalajara, Jalisco, y Hermosillo, Sonora, Ávila Beltrán finalmente fue aprehendida tras el hallazgo de 9 toneladas de cocaína en un barco en el Puerto de Manzanillo, Colima.
Aunque se trataba de una supuesta narcotraficante, lo que llamó la atención de medios y de la opinión pública fue la actitud de la mujer ante su detención: sonrisas, ademanes sarcásticos y una aparente tranquilidad.
La Reina del Pacífico fue señalada por la Procuraduría General de la República (PGR) de ser administradora del Cártel de Sinaloa, así como colaboradora de sus líderes “El Chapo” y “El Mayo” Zambada.
Prisión
En el mismo 2007, fue enviada al penal de Santa Martha Acatitla y, en 2011, fue llevada al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4, en Nayarit.
Al año siguiente, en 2012, Ávila Beltrán fue extraditada a los Estados Unidos en donde fue juzgada por tráfico de cocaína. En 2013, se declaró culpable por asistencia económica a un narcotraficante convicto, lo que valió una sentencia de 70 meses en prisión, misma que logró comprobar con su encarcelamiento en México.
La Reina del Pacífico regresó a su país de origen en el mismo 2013, pero fue capturada nuevamente por el delito de lavado de dinero.
En septiembre de 2014, fue encontrada culpable por operaciones con dinero de procedencia ilícita y se le dictó una sentencia de 5 años en prisión.
Liberación
Sería hasta febrero de 2015 cuando el Segundo Tribunal Unitario en Materia Penal del Tercer Circuito en Jalisco revocó esta sentencia y ordenó su liberación, esto bajo el argumento de que Ávila Beltrán ya había sido juzgada por el mismo delito, “tanto en México como en el extranjero”.
La resolución es inapelable, por lo que la Reina del Pacífico es, finalmente, libre.