Una ola de robos, saqueos y rapiña se desató contra tiendas de autoservicio y departamentales en diversas entidades del país luego de la declaratoria del cese parcial de actividades públicas debido a la pandemia de COVID-19, lo que puso en máxima alerta a diversas autoridades federales y estatales para impedir que se violente el Estado de Derecho y se genere caos.
Estos actos vandálicos se registraron en su mayoría en tiendas de la Ciudad de México, el Estado de México, Sonora, Guerrero, Puebla, Chiapas, Veracruz y Oaxaca, mientras que en Quintana Roo, Hidalgo, Yucatán y Guanajuato se detectaron grupos que convocan por medio de redes sociales a llevar a cabo hurtos en este tipo de comercios.
De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador la Guardia Nacional se desplegará para prevenir este tipo de atracos.
Al mismo tiempo diversos gobernadores de estados donde se registraron este tipo de eventos anunciaron el reforzamiento de la fuerza pública para frenar esos hechos vandálicos.
Contrario a lo que pudiera pensarse debido a la falta de ingresos para algunos trabajadores por las medidas de aislamiento solicitadas por los gobiernos federal y estatales los saqueos no son en su mayoría de alimentos o insumos básicos sino de artículos electrónicos e incluso otros objetos de valor monetario, lo que evidencia que estos actos son realizados por vándalos organizados que incitan a la ciudadanía.
Modus operandi
Diversas policías cibernéticas del país informan que se detectan convocatorias mediante grupos en redes sociales, como Facebook y WhatsApp, para llevar a cabo los saqueos.
Derivado del monitoreo las policías cibernéticas han podido localizar perfiles, publicaciones, grupos y eventos que comparten una ideología en la que los saqueos o actividades de rapiña se nombran como un derecho de la ciudadanía, a consecuencia de las medidas de prevención por el coronavirus.
El modus operandi consiste en difundir una convocatoria en páginas de Facebook, donde se invita a acudir a determinada hora y lugar para reunirse y perpetrar el saqueo y posteriormente huir de forma separada. En ocasiones se coloca incluso una liga para ingresar a un grupo de WhatsApp y facilitar la “coordinación”; la convocatoria se difunde unas horas antes del hecho y posteriormente se borra.
Por lo pronto la plataforma Facebook comenzó el rastreo y eliminación de perfiles y grupos que organizan saqueos en el país.
Esteban Israel, vicepresidente de Comunicación de Facebook para América Latina, dice que su política prohíbe la incitación, coordinación de robos y otros tipos de delitos. “Con las autoridades en México tenemos canales de colaboración, los cuales existen normalmente para comunicar cuando hay casos que así lo requieran”, afirma.
Añade que decenas de personas de sus equipos de seguridad y especialistas “priorizan la detección de acciones que puedan transformarse en daños reales y lo comunican con la policía por medio de una línea en la que solo tienen acceso las autoridades”.
Disminución
Para evitar que se cometan estos saqueos expertos aconsejan que “los gobiernos se coordinen y monitoreen permanentemente las redes sociales mediante las cuales se organizan los saqueadores”, apunta el abogado penalista Ramón Celaya, integrante de la Consultoría CMC Análisis e Inteligencia Empresarial.
“Lo que deberían estar haciendo todas las autoridades gubernamentales de todos los niveles de gobierno es un monitoreo permanente de las redes sociales, a través de las áreas de policía cibernética e inteligencia policial, para realizar un mapeo de las zonas de calor, las zonas más vulnerables, y con base en la identificación de estas zonas lanzar un fuerte número de patrullajes estratégicos”, recomienda.
Revela que “de las investigaciones que se han realizado a las convocatorias a saqueos por medio de redes sociales hay 29 grupos de Facebook organizados para este fin. Vinculados a estos grupos hay 63 perfiles relacionados. Y es interesante ver qué perfiles de estos grupos tienen antecedentes de haber participado también en los saqueos de 2017”.
José Antonio Trejo, sociólogo e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), plantea que “los saqueos y robos con violencia que se registraron en los últimos días en tiendas de autoservicio, al ya no contar con el factor sorpresa, disminuirán paulatinamente”.
Y afirma: “Los saqueos y actos vandálicos no podrán continuar debido a la tarea de prevención que ya realizan las autoridades locales para neutralizarlos, acciones que ya han derivado en detenciones e integraciones de carpetas de investigación”.
Determina que “como ya están sobre aviso —los presuntos delincuentes—, el momento de sorpresa pasó y eso dificulta que se sigan registrando. Tengamos en cuenta que este tipo de hechos se realizan durante el primer momento de pánico o de miedo social ante una situación. Por ejemplo, como pasó con el alza en el precio de las gasolinas y ahora con la contingencia del COVID-19”, concluye.
Los expertos descartan que el número de saqueos aumente cuando se adopten medidas más estrictas por la pandemia y que afecten la economía de millones de mexicanos.
Mientras avanza el virus las autoridades buscan el equilibrio entre dos frentes: la contención de la pandemia y las implicaciones del colapso económico en un país con más de 50 millones de pobres, para que no se llegue al caos social.
Código Penal
CDMX El artículo 224 inciso A fracción I del Código Penal de la Ciudad de México considera robo a negocio por saqueo cuando “es perpetrado por cuatro o más personas, que irrumpen y se apoderan de objetos de mayor valor (por la fuerza, aprovechando la contingencia o tumulto), independientemente del número de detenidos”.
FederalEl artículo 367 del Código Penal Federal establece que “comete el delito de robo el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”.
Rapiña
En la Cámara de Diputados existe una iniciativa para reformar la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada en la que se propone catalogar la rapiña como un acto de delincuencia organizada. “El tema de robo o rapiña que realiza la población sería un delito federal y tendrían cárcel tratándose de dos personas y catalogado de delito agravado como delincuencia organizada”, señala la propuesta.