Pemex desea estar entre los primeros 5 productores del sector

El director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, afirmó que con la reforma energética que plantea el gobierno de México la empresa aspira a estar entre los primeros 5 productores del sector a nivel mundial.

Agencias
Política
El tipo de contratos (de utilidad compartida) que se propone en la reforma es el mismo que tienen países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Irak e Irán
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El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, afirmó que con la reforma energética que plantea el gobierno de México la empresa aspira a estar entre los primeros 5 productores del sector a nivel mundial.

Expuso que la reforma trasciende la importancia de un sexenio: “es quedarnos rezagados por décadas o ir hacia la modernidad. México es el último país en el mundo en modernizar su industria energética”.

Es una reforma que no está pensada para complacer a los inversionistas extranjeros, sino pensada para el beneficio de los mexicanos”, que pase de ser una industria energética de las más cerrada del mundo, a tener mayor apertura.

Explicó que el tipo de contratos (de utilidad compartida) que se propone en la reforma es el mismo que tienen países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Irak e Irán.

La idea es producir un máximo de 3.3 millones de barriles, hoy día estamos en 2.5 millones. Pero el caso del gas es dramático. Hoy día importamos el 33% del gas que se consume en este país, y se importa el 50% de las gasolinas, lo que es una tendencia preocupante”, manifestó.

Lozoya aseguró que se optó por proponer ese tipo de contratos, porque se pretende “que los hidrocarburos sigan en propiedad de la nación, que Pemex siga como una empresa 100% mexicana, al igual que lo es la CFE (Comisión Federal de Electricidad)".

Destacó que se quiere abrir la competencia en el sector de exploración y producción, y esa competencia “implica transparencia, y la transparencia solo puede ser buena para Petróleos Mexicanos para volverse más eficiente”.

Descartó que los contratos de utilidad compartida puedan limitar el interés de los inversionistas extranjeros al no ofrecer que las empresas sean dueñas del subsuelo de producción, algo que pocos países tienen.

“En el caso de México no será el caso, porque es una reforma en la cual el gobierno pretende seguir siendo como Estado el rector en materia energética y el dueño de la propiedad de los hidrocarburos.

Sin embargo, estos contratos existen en una decena de países y han funcionado eficientemente”, dijo.