Del IFAI ciudadano al IFAI de cuotas

Los expertos analizan la confrontación que en el seno del instituto protagonizan PRI, PAN y PRD, que buscan afanosamente el control de uno de los organismos más importantes del México democrático.

Norberto Vázquez
Política
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Gerardo Laveaga en su toma de protesta como titular del IFAI
Foto: NTX

Catalogado por expertos nacionales e internacionales como la creación más representativa del México moderno de la última década, el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos (IFAI) ha sido el ejemplo más contundente de que sí pueden forjarse instituciones democráticas ajenas de la contienda política, pero hoy este órgano colegiado ha entrado en un conflicto donde los partidos políticos pretenden poner en riesgo el trabajo impulsado por la sociedad civil, académicos y periodistas.

Un desencuentro público entre el actual comisionado presidente, Gerardo Laveaga, y el comisionado Ángel Trinidad Zaldívar, que también pretendía esa vacante, fue motivo suficiente para que se soltaran enredos políticos entre las principales fuerzas de representación popular, para intentar modificar la vida interna de este ente de información y transparencia.

Esto, advierten los expertos, trastocaría la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental.

Por lo pronto, las alianzas partidistas no se han hecho esperar y tanto el PRI como el PRD pugnan por la remoción de los cinco comisionados que actualmente dirigen los trabajos del IFAI —Gerardo Laveaga, Ángel Trinidad Zaldívar, Jacqueline Peschard, Sigrid Arzt y Elena Pérez-Jaén—, mientras que el PAN se opone de manera contundente a esta determinación, argumentando que violaría las reglas que imperan desde su creación en 2002.


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Gerardo Laveaga y Ángel Trinidad Zaldívar


El conflicto

La esperada toma de protesta de Gerardo Laveaga como presidente del IFAI no fue del todo tersa: en aquel evento, el pasado lunes 21, el comisionado Ángel Trinidad Zaldívar —para algunos analistas el favorito para presidir el órgano— lo tildó de “perezoso”, de “dormirse” en las discusiones más importantes, y de estar más preocupado por los viáticos y viajes que por la transparencia.

Cabe señalar que Laveaga recibió los votos de las comisionadas Sigrid Artz y María Elena Pérez-Jaen, a quienes Trinidad Zaldívar les reprocho no haberlo apoyado para presidir el organismo.

comisionada, IFAI, Sigrid Arzt
comisionada, IFAI, Sigrid Arzt

Sigrid Artz, comisionada del IFAI
Y sin duda en ese acto hizo la declaración que tiene ahora inmiscuidos a los partidos políticos: “El IFAI, señor Laveaga, no es un botín a repartirse; es una institución de Estado; no pude votar por alguien que hace apenas seis semanas se descartó para ocupar la presidencia del IFAI, porque él mismo dijo que desconocía el tema, que le faltaba mucho por aprender, que no tenía la experiencia, que no entendía cómo funcionaba el instituto ni la transparencia... Entonces, me pregunto qué cambió en seis semanas. ¿Ya entendió qué es la transparencia y la rendición de cuentas? ¿Adquirió la experiencia en las vacaciones?”, ironizó Trinidad.

Luego de rendir protesta como presidente del IFAI, Laveaga respondió: “Qué sabroso, y qué sano, que en una democracia la gente conozca los órganos plurales. Lo dije el viernes y lo repito ahora: me asusta la unanimidad. Siempre que hay unanimidad, hay que alzar la ceja. Me entusiasma el disenso. Me encanta el debate. Soy el comisionado de más reciente ingreso al instituto, es cierto, pero no por ello soy ajeno al tema de la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas. He confirmado una y otra vez que la opacidad es el campo más fértil para que florezcan el engaño y la opacidad. Donde hay opacidad, casi siempre hay alguien que se está beneficiando al margen de la ley”.


Reacciones

Laveaga fue electo por tres de los cinco votos de los comisionados —incluido el suyo— como presidente del IFAI por los próximo dos años, con posibilidad de reelegirse para otro periodo. Inmediatamente, los partidos reaccionaron a tal discrepancia.

En el Senado, el PRD coincidió con el PRI respecto de la presunta necesidad de revisar nuevamente la reforma constitucional en materia de transparencia, para destituir a los cinco comisionados que actualmente lo integran y que sean nombrados siete nuevos miembros, a lo que el PAN se opuso rotundamente.

Y, a su vez, el grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados pidió modificar la minuta de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, con miras a remover a esta media decena de comisionados, lo que se traduciría en una reforma constitucional que el Senado aprobó en diciembre.


Análisis

Para diversos expertos entrevistados por Vértigo, son varias las disyuntivas que se presentan en este conflicto que está tomando tintes partidistas.

A decir del politólogo Carlos Ramírez hay “varias” lecturas que se observan en la confrontación entre Laveaga y Trinidad por la presidencia del IFAI. “Una es la pugna de personalidades; dos, la no aceptación de la derrota por Trinidad, que lucha por el poder; tres, una pugna entre comisionados del PRI y del PAN; cuatro, reacomodo de comisionados ante la llegada de otros dos por la reforma en la Cámara de Diputados; y cinco, falta de reglas internas para el funcionamiento de la institución”.

Sobre si los partidos pretenden descomponer una institución que estaba bastante sólida sin la irrupción política, destaca: “La crisis en el IFAI es producto del mecanismo de designación de comisionados como cuotas de partido y entendimientos en el Congreso. El problema de los organismos autónomos radica en el hecho de que no son autónomos, sino producto de la partidización del reparto del poder y de la partidocracia que se ha asentado por encima de las posibilidades democráticas. En todo caso, en el pasado había en el IFAI —como en el IFE— personalidades con fuerza propia y cuidadosa de sus decisiones; hoy los comisionados son más atrabancados que inteligentes”.

—¿Cómo se están manejando PRI, PAN y PRD al respecto?

—Los partidos están en lo suyo: tomando el control de los organismos autónomos por la vía de las designaciones de comisionados, por reparto de posiciones entre partidos. Los partidos perdieron ya el impulso democratizador que dinamizó la alternancia, lo que por cierto abrió las puertas al regreso del PRI a la Presidencia de la República.

De la posibilidad de que legisladores priistas busquen remover a cinco comisionados, opina: “Sin duda que se percibe una intención: quieren una institución priista. Los actuales comisionados fueron designados por los gobiernos panistas. Y, además, se percibe la intención de ir acotando las funciones del IFAI en cuanto a apertura de información”.

De la intención de los panistas de defender a Gerardo Laveaga, señala: “Laveaga fue una de las últimas designaciones del gobierno de Felipe Calderón, aunque pasó por acuerdos con el PRI. Inclusive, Laveaga llegó con indicios de no practicar la transparencia. Y su llegada rompió los precarios acuerdos entre los otros cuatro comisionados. El PAN, por tanto, defiende su posición y quisiera un IFAI panista para contener el avance del PRI. Es decir, trasladar al IFAI la lucha de partidos y la dinámica alternancia-restauración”.

Y de la estrategia perredista en esta problemática dice que “el PRD perdió rumbo. Sus acuerdos con el PRI lo han desmovilizado. Y tiene que polarizarse para evitar el desfondamiento por la fundación del partido de López Obrador. Además, el PRD anda en la estridencia y el radicalismo contra todo, para no perder espacios en el nuevo reparto de militantes y posiciones. Lo malo es que el PRD ha sido incapaz de definir propuestas democráticas en instituciones como el IFAI o el IFE. Así que no se puede esperar mucho del PRD”.

—¿Una institución que nunca ha estado politizada está siendo vulnerada por los partidos políticos?

—El IFAI va a perfilar la situación del país en la política de partidos e instituciones. Parto del hecho de que el IFAI y el IFE nunca han sido instituciones despolitizadas, sólo que ahora lo que preocupa no es la politización sino la partidización. Los partidos deben regresar al espíritu de 2000, cuando esos organismos fueron instituciones fundamentales para la transición institucional a la democracia. El problema sería mayor si los partidos desdeñan y dinamitan el espíritu de la democracia con recuperación partidista de instituciones que debieran ser plurales. Por eso los partidos deben decidir si mantienen a los actuales comisionados y agregan dos que puedan equilibrar las cosas y obligan al instituto a profesionalizar sus funciones o si cambian a todos y enfrentan el dilema de meter cuotas de partido o escoger a personalidades que garanticen el profesionalismo de las decisiones sin atender a las cuotas de los partidos.

Hipótesis

Ulises Corona, profesor de la UNAM, ofrece también su punto de vista: “Curiosamente, tenemos pocos organismos constitucionalmente autónomos a los que se les permite un manejo de presupuesto y una edificación jurídica propia. Pero más allá de que sean órganos constitucionales autónomos, me parece que la lucha tiene que ver con un proceso de transición. Recordemos que a la llegada del PAN se crea la Ley de Federal de Transparencia; y al PRI no le tocaba ninguna rebanada de ese pastel”.

Y añade: “El PRI no fue constructor del proyecto, del proceso de transparencia y la rendición de cuentas que se edificó en los últimos diez años. El PRI siempre había pregonado ser el gran constructor de aquellas instituciones que forjaron y fortalecieron a México; curiosamente, de todas las instituciones, menos esta”.

Por lo anterior, destaca, “podría arrojar una primera hipótesis que consiste en lo siguiente: parecería ser que la lucha por la legitimidad está en función de quien pueda controlar o no la institución de transparencia, por lo que la legalidad en el primer semestre de este gobierno está en función de otorgarle a la sociedad ese gran cuestionamiento de transparencia y rendición de cuentas. Por eso es que vemos estas peleas para ver quién se adueña, estructural e ideológicamente, del concepto, por cierto muy nuevo para México y para el PRI”.

—¿PRI y PRD van por la remoción de comisionados a pesar que la ley no lo permite?

—Me parece que no sería justo. Vamos, aun cuando la ley no lo permita, sería vulnerar su propia constitución de órgano colegiado autónomo. Me parece que sería un retroceso. Y voy a poner un ejemplo: es como si se meten con el Banco de México o a modificar los estatutos de la UNAM. Los órganos constitucionalmente autónomos tienen esas características de salvaguardar la institución constitucional.


Ropa sucia

Otra voz consultada es la de José Fernández Santillán, catedrático del Tecnológico de Monterrey, quien dice: “En realidad, el IFAI es una institución creada en el sexenio antepasado y uno de los grandes aciertos de los gobierno panistas, quizás el principal. En una democracia, este tipo de instituciones autónomas han sido creadas por los partidos políticos y ha sucedido, como en el caso del IFE, que puede un mal funcionamiento de los consejos directivos descomponer a las instituciones”.

Fernández considera que “el asunto es que en el afán de tener órganos autónomos colegiados es muy difícil poner de acuerdo a los propios miembros de esos órganos. En este caso, los comisionados del IFAI habían funcionado a mi parecer muy bien: cuando estuvo María Marván, Alonso Lujambio y Jacqueline Peschard, hicieron un trabajo espléndido. Lo que pasa es que al renovarse el cuadro hubo una lucha de poder muy intensa entre Gerardo Laveaga y Ángel Trinidad. Y la verdad es que la ropa sucia se lava en casa”.

Y advierte: “Yo parto del siguiente principio: los órganos colegiados no pueden funcionar ahí donde los conflictos son tan fuertes, que no son resueltos por el diálogo. Si los miembros de los órganos colegiados en vez de dialogar, de consultar, se acusan, es obvio que no van a llegar a algún tipo de acuerdo colegiado; se van a enfrentar y ya no van a funcionar”.

—¿Pero no veremos un conflicto de intereses partidistas por la remoción de estos cinco comisionados?

—El conflicto de intereses quiere decir que hay espacio de juez y parte. Y en este caso es obvio que los órganos colegiados, en todas sus instancias, así lo han contado. Por ejemplo, en el IFE se dice que los consejeros electorales serán nombrados a propuesta de los partidos políticos y todo mundo sabemos que se reparten a conveniencia y oportunidad. Igual en este caso: el PAN no querrá renovar en este momento, pero se tendrá que llegar a un acuerdo.

Y concluye: “Lo que estoy viendo es que así como quedó la composición, con Gerardo Laveaga al frente y con Ángel Trinidad en una actitud beligerante, será muy difícil que funcione. A menos que haya un tipo de intervención del órgano que lo nombró. Y habrá que convencer a Acción Nacional. En el PRD a veces se ponen de acuerdo y a veces no. En los últimos tiempos ha sido más frecuente que el PRD tome mancuerna con el PAN y resulta que el PRI y PRD no se ponen de acuerdo. ¿Cuál es el motivo de que el PAN no quiera removerlos? Es un misterio. Porque el PAN fue fundador de este órgano y eso nos debe quedar claro: es una creación de ellos”.

Sin consenso

Haydeé Pérez, coordinadora de Transparencia en Fundar. Centro de Análisis e Investigación, recuerda que desde la entrada de Laveaga en abril del año pasado, expresaron que no era el perfil idóneo.

Pérez añade que en el contexto de la consolidación del instituto y de las reformas constitucionales, los comisionados tendrán que ser consecuentes y llevar la autonomía del órgano a un nivel superior.

Mauricio Merino, investigador del CIDE y experto en temas de transparencia, asevera por su parte que la elección de Laveaga, en cuatro rondas, demuestra la complejidad de los cuerpos colegiados para lograr consensos fuertes.

Asegura que el nuevo titular del IFAI tiene que convencer que cuenta con las credenciales suficientes para mantener el alto nivel de trabajo del organismo en diez años, con presidentes como María Marván, Alonso Lujambio y Jacqueline Peschard.

Incluso la organización civil especializada en libertad de expresión y transparencia Artículo 19 urge al pleno del IFAI dar una respuesta sobre la vocación apartidista que tenían y que está siendo violentada. En un escrito dirigido a los comisionados, expone: “En los últimos años hemos recorrido un largo y costoso camino para contar con una mínima garantía del derecho de acceso a la información y de transparencia en México. En estos años se ha venido consolidando un andamiaje legal e institucional, que de forma intencional ha ordenado y cerrado poco a poco las brechas que convertían a los gobiernos en auténticas cajas negras”.

Asegura que “el riesgo de no avanzar, de quedarnos estancados, consiste en que este proceso se vacíe de contenido sustantivo”.

Artículo 19 finaliza: “La transparencia y el derecho de acceso a la información representan pilares fundamentales de todo sistema democrático. Uno de los objetivos más importantes que persiguen estos elementos es contribuir a la formación de gobiernos más confiables y eficientes, reduciendo los espacios que permiten la corrupción y el manejo discrecional de los recursos públicos, y promoviendo la construcción de mecanismos que faciliten la comunicación e interacción entre ciudadanía y gobierno”.


Expectativas

De esta manera, los organismos de representación popular —reconocen los especialistas entrevistados por Vértigo— sólo “esperaban un motivo” para buscar el control del IFAI, lo cual preocupa a la sociedad porque se trata de una de las pocas instituciones que se había mantenido al margen de la confrontación partidista y se ve ahora en la mira del encono político.

Sobran ejemplos, agrega, de cómo otras instituciones han sido vulneradas por los intereses partidarios y de grupo.

Para estos especialistas, el IFAI, como instituto nacido de la sociedad, debe ser por vocación ajeno e independiente de cualquier mezquindad política. La transparencia gubernamental fue un derecho ganado a pulso por la sociedad civil, los académicos y los periodistas… no del usufructo de las contiendas de los partidos políticos.

Por ello, advierten, debe intentarse que el IFAI pase esta prueba de fuego “y no se politice”, pues los más afectados serían la ciudadanía y aquellos involucrados en el precepto democrático de la transparencia y la rendición de cuentas.