Veracruz: diversidad cultural

Ricardo Pérez Valencia
Política
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Veracruz: diversidad cultural
Foto: Francisco Carbajal/Creative Commons

La diversidad y riqueza cultural en Veracruz es extensa, herencia de las civilizaciones mesoamericanas más importantes del oriente y sur de México, unidas con las costumbres, cultura y tradiciones llegadas al país a través de la historia, principalmente de Europa. De esta forma, podemos encontrar en la entidad desde vestigios prehispánicos hasta ciudades modernas y prósperas como Coatzacoalcos, en la que coexisten la infraestructura propia del desarrollo y zonas arqueológicas de la cultura Olmeca. O el propio puerto de Veracruz, en el que se combinan paisajes naturales, historia y tradición. Pero sin duda uno de los principales valores culturales del estado está en su gente, caracterizada por su hospitalidad, calidez, alegría, folclor y hasta picardía.

A través de los años diferentes grupos étnicos como los totonacas, nahuas, otomíes, tepehuas y otras minorías étnicas aunadas a razas llegadas de otras regiones como españoles, italianos y africanos, han conformado un mestizaje sin igual en el país.

Baste decir que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), de las 68 agrupaciones lingüísticas que existen en México 15 se hablan en Veracruz.

Veracruz ha sido testigo de importantes capítulos de nuestra historia: por sus litorales se inició la conquista, en su territorio se fundó la primera población de origen castellano y se construyó la primera iglesia de la América continental; por sus tierras se invadió México en 1847 y en 1862, entre muchos otros pasajes históricos.

Historia

La cultura popular veracruzana es variada y sus tradiciones se manifiestan de múltiples formas, entre las que destacan por supuesto el carnaval, famoso a nivel nacional e internacional, y un sinnúmero de festividades a lo largo del año como los altares y costumbres del Día de Muertos y la fiesta de la Candelaria el 2 de febrero en Tlacotalpan.

La artesanía es otro ejemplo de la diversidad, y se caracteriza por infinidad de manualidades de alfarería, cerería, cestería, tallado en madera, orfebrería, talabartería y figuras de vainilla. Pero uno de los mejores ejemplos del arte popular veracruzano está representado por los textiles de extraordinaria calidad que se elaboran en comunidades de la Huasteca, en la Sierra de Zongolica o los textiles y bordados de Chicontepec. Destacan también los sombreros de palma de Acatitla, la joyería y piezas elaboradas a base de vainilla de Papantla, los instrumentos musicales de Tlacotalpan, el tallado en coco, conchas y caracoles del puerto.

Tierra con sabor

La cocina veracruzana se caracteriza por la mezcla de sabores y la presencia constante de ingredientes marinos. El trigo, los lácteos, el arroz y la cebolla, el pollo y el cerdo, así como especias como pimienta, canela, azafrán y orégano, entre muchos otros, son aportaciones españolas significativas para el mestizaje culinario que dieron lugar a exquisitos platillos al sumarse a los ingredientes autóctonos como maíz y frijol, sazonados de manera importante con el chile.

Ejemplos sobran y, por supuesto, no se puede dejar de mencionar el pescado a la veracruzana, sin duda el platillo regional por excelencia. Cuando se visita el estado no se puede dejar de probar los bocoles de la Huasteca, que son una tortilla gruesa de masa de maíz cocida al comal y rellena de frijol negro, queso, chicharrón, carne deshebrada u otro guiso; o el mole de Xico, los pambazos xalapeños, la cecina, y qué decir del arroz a la tumbada, platillo originario de Alvarado cuya principal característica es su consistencia caldosa y que se prepara con tomate, cebolla y mariscos como camarón, pulpo y almejas, entre otros ingredientes.

Veracruz destaca también por a su producción de café traído a México por franceses y holandeses. La planta se adaptó con facilidad al suelo y clima mexicanos y cobró importancia en Veracruz, donde incluso tiene una denominación de origen, y que puede y debe degustar en el antiguo café de La Parroquia, en el puerto jarocho.

La música por dentro

Mención aparte merecen la música y el baile. Veracruz es tal vez el lugar más folclórico, colorido y alegre del país, y goza de un lugar especial en la cultura mexicana.

El son jarocho resulta de la mezcla de seguidillas y fandangos españoles con los zapateados y guajiras cubanos. En esta tierra han convergido muchos pueblos desde tiempos remotos: indígenas de diversas denominaciones, españoles, portugueses, italianos, negros de regiones apartadas del África, franceses y criollos, mismos que han enriquecido y aportado diversas características a este ritmo. El ejemplo mas común del son es La bamba, que fue compuesta en Veracruz, pero tiene un especial acento e influencia cubana.

Gracias a la riqueza cultural de la tierra jarocha se desarrolló un son de cualidades únicas que invita a bailar y zapatear en las tarimas. La característica más sobresaliente consiste en que tanto en el baile como en el canto debe privar la improvisación.

La Huasteca veracruzana presenta sin duda influencia africana fusionada con la española y la indígena, dando lugar a un estilo propio y regional. El mejor ejemplo es el huapango. De entrada el nombre proviene del náhuatl y surgió de bailes y trovas populares españolas, convirtiéndose en una expresión propia en los sectores mestizos y aun en los indígenas. En el huapango existen variedad de estilos en cuanto a su ejecución y en la mayoría de las ocasiones se utiliza para narrar alguna anécdota en la que personajes políticos o sociales son un elemento esencial.

El danzón se cuece aparte: es un ritmo de origen afrocaribeño procedente de Cuba y Haití. Cadencioso, sencillo, pero coqueto y elegante.

El lenguaje es quizá el aspecto más reconocido de los jarochos en el país y el extranjero. La copla pícara, el lenguaje florido, piropos y el albur forman parte del veracruzano. Lenguaje alegre y hasta cierto punto irreverente, que sin duda al escucharlo genera risas y sonrisas. Quién no ha escuchado La bamba, El querreque, El cascabel, El colas o El tilingo lingo.