Guelaguetza 2015

Redacción
Política
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Guelaguetza
Foto: NTX

Por: Viridiana Barón

Oaxaca es tierra de colores llamativos, creencias que el paso del tiempo no logra sepultar, pueblo que llama a la unión, aroma a tierra mojada, sabor a mezcal y pies incansables que al danzar nos cuentan una historia que todo lo resume en una: la Guelaguetza.

Como ya es tradición, los dos últimos lunes del mes de julio la cultura zapoteca se engalana y provoca que el mundo voltee la mirada hacia Oaxaca.

Una de las preguntas más comunes de los asistentes a esta gran festividad es sobre su origen. Pues bien, todo dio inicio en la época prehispánica, cuando se adoraba a Centéotl, la diosa del maíz. Tras la llegada de los españoles y la prohibición de centros ceremoniales, se construyeron templos católicos que literalmente aplastaron a los antiguos cultos.

Fue así que con el paso del tiempo la veneración que sentían por la diosa del maíz se transformó en devoción por la Virgen del Carmelo. Los zapotecas decidieron entonces juntar a estas dos importantísimas figuras de redención y festejarlas cada 16 de julio.

Preparativos

En nuestra modernidad esa fiesta se conjuga en la Guelaguetza, que este año habrá celebrarse los lunes 20 y 27 de julio en su edición número 83.

La preparación para 2015 comenzó al cierre de la edición 2014, cuando la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico lanzó una convocatoria para que en agosto del año pasado artistas oaxaqueños inscribieran sus obras y así poder elegir la imagen del festival de este año.

El ganador resultó ser el artista Mario Bibiano Carrioza Castillo, cuya propuesta se eligió de entre 66 trabajos elaborados de distintos materiales. La técnica que resultó ganadora fue la de encausto sobre madera con dimensiones de 70 x 50 centímetros.

Carrioza intituló a su obra ¡Oh, tierra de sol! Durante 15 días consecutivos armó la pintura, que representa la idiosincrasia y el orgullo mixtecos.

Entre tanto, en febrero comenzaron las visitas del Comité de Autenticidad a las comunidades que deseen participar, con el propósito de poder crear la programación de las cuatro funciones, donde se hacen presentes las ocho regiones: Mixteca, Cañada, Tuxtepec, Sierra Norte, Sierra Sur, Valles Centrales, Costa e Istmo. Cada una de ellas se distingue por su cultura local, agrupaciones étnicas, lengua y productos agrícolas.

A su vez, en cada región hay comunidades y es por eso que las autoridades municipales mandan con un año de anticipación la solicitud para ser visitados. Esta solicitud consiste en explicar el uso de su vestimenta, tradiciones, música y todo lo que engloba el grupo folclórico.

Un comité se encarga de evaluar si la información entregada concuerda con lo que la delegación presenta y así no perder la tradición y autenticidad que conlleva esta gran fiesta.

Será hasta finales de mayo cuando el comité publique la lista de las 50 comunidades elegidas.

Música

La música en la Guelaguetza es una de las principales características de esta fiesta y lo que más sorprende a los asistentes a este magno evento es que cada comunidad lleva a su banda musical: claro está, es música en vivo.

La mayoría son bandas con instrumentos de viento que acompañan a los bailarines en sus danzas típicas, como la llamada Flor de piña, representativa de la región de Tuxtepec, baile que tiene como base sones que complementan la música mestiza con clara influencia española y hace alusión a la vasta cosecha de piña en la zona.

También destaca la danza de la Sandunga, representativa del Istmo.

Comida y bebida

La gastronomía es otro punto fundamental en esta gran fiesta. La comunidad se encarga de preparar exquisitos platillos, que hasta al paladar más refinado fascinan. El sazón que le imprimen a la comida es algo casi indescriptible: chapulines preparados con ajo, limón y sal; gusanos de maguey tostados sobre el comal; salsas con un ingrediente especial; chicatanas, un tipo de hormiga voladora que al combinarse con ajo, cebolla y chiles previamente asados se convierte en una fiesta para el paladar.

Otra delicia para los amantes de lo cautivador es el mezcal, “la bebida para los dioses”, con un sabor un tanto fuerte pero que acompaña perfectamente a la comida.

La palabra mezcal proviene del náhuatl mexcali, que significa “pencas de maguey cocidas”.

Esta es una bebida alcohólica preparada por artesanos oaxaqueños. Todo comienza con la penca del agave, que tarda de seis a ocho años para llegar a su madurez; después se cosecha y se cortan las hojas, dejando solamente el corazón, o la piña como lo llaman ellos, que es cocida para después molerla y convertirla en masa. Es cuando se coloca en tinas de madera con una capacidad de mil a dos mil litros, se agrega el agua y se deja fermentar.

Por esta y otras exquisiteces la Guelaguetza es visitada por miles de personas: tan solo el año pasado 136 mil viajeros nacionales e internacionales acudieron a esa fiesta que, algunos afirman, representa “la unión de la cultura con el alma”.

Infraestructura

La población contribuye con su labor en una proporción importante para hacer posible cada año esta festividad, de la que el otro pilar fundamental es sin duda el gobierno del estado, el cual se ha encargado de renovar el auditorio, el Centro Cultural y el de Convenciones, para que este mismo año se estrenen con la fiesta folclórica más grande de América Latina.

La renovación incluye alumbrado, mobiliario, butacas, así como el reforzamiento de la estructura metálica que cubre a los asistentes del sol. Y es solo el principio.

Como en años pasados, la seguridad no será un obstáculo para que los turistas, tanto foráneos como nacionales, disfruten de la majestuosidad que la cultura oaxaqueña tiene para ellos.

“Oaxaca tiene múltiples atractivos y belleza milenaria. Es una entidad que vive del turismo, lo cual reactiva la dinámica de al menos 20 ramas productivas, entre ellas la actividad restaurantera, hotelera, agencias de viajes, sector artesanal, transportistas… Por lo que resultan reprobables todas aquellas expresiones que amenacen o pongan en riesgo la celebración de la máxima fiesta de los oaxaqueños”, declaró al respecto el gobernador de la entidad, Gabino Cué Monteagudo.