A diferencia de otros eventos catastróficos que ha enfrentado México la crisis que provoca la pandemia de COVID-19 abarca a todas las regiones del país, estratos sociales, edades y a prácticamente todos los sectores productivos, además de que los daños se presentan tanto en el ámbito de la salud como en el de la economía.
Por una parte está el drama de los lamentables decesos y enfermos; y, por otra, el de cientos de miles que han perdido sus empleos y negocios quedando sin ingresos para cubrir sus necesidades básicas, como la alimentación. No menos importantes son aquellas historias de vida que hoy se ven frustradas: una boda, una graduación, un viaje, la compra de un vehículo o una casa…
Días sombríos para todos, sin poder visitar a padres, hermanos o amigos; días de aislamiento y soledad; días tristes, de angustia y preocupación por el futuro.
Pero como siempre sucede en momentos difíciles hay una sociedad dispuesta a salir adelante, a tender una mano amiga para ayudar al que lo necesita y, sobre todo, que sabe reconocer y apoyar, en la medida de lo posible, a todos aquellos que ahora hacen frente a la pandemia.
Hoy la sociedad mexicana tiene un nuevo reto, sin duda uno de los más grandes de su historia por el daño que causa, pero existe la confianza y la convicción de que ante la pandemia juntos saldremos adelante.
Para ello, señalan expertos en materia económica, será necesario que se retorne a la normalidad, al empleo, la escuela, los viajes; la vida sigue y es necesario reactivar el consumo, cuidar las fuentes de trabajo, evitar el desempleo; acciones que en conjunto evitarán que la crisis se profundice y con ella crezcan la pobreza y la delincuencia.
Primera línea
En lo que se ha denominado como la “primera línea de combate” contra la pandemia se encuentran los 270 mil 600 médicos y las 475 mil 296 enfermeras del sector salud: Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) e institutos de salud de las entidades.
De manera particular destacan los médicos militares y enfermeras de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina-Armada de México, dependencias que aplican el Plan DN-III-E y Plan Marina, respectivamente, en apoyo a los servicios de salud públicos para hacer frente a la pandemia.
En el caso del Ejército mexicano han sido desplegados 20 mil 244 médicos, enfermeras, dentistas y oficiales militares. Este personal trabajará en 262 pelotones de sanidad y cuenta con dos mil 371 ambulancias, aeronaves y otros vehículos. Estarán auxiliando a la población en 51 hospitales en todos los niveles.
En el caso de la Armada ha dispuesto de doce aeronaves, 42 vehículos terrestres y siete buques para atender a la población; asimismo cuenta con 79 centros de atención de pacientes infectados.
Cabe señalar que ambas dependencias trabajaron en un tiempo récord para acondicionar hospitales, levantar tiendas de cuarentena en zonas militares y regiones navales, además de que sus talleres trabajan a marchas forzadas en la confección del equipo médico necesario, particularmente respiradores artificiales.
Asimismo la Sedena emitió una convocatoria para contratar profesionales de la salud: “Ante la contingencia que enfrenta nuestro país por el coronavirus, la Secretaría de la Defensa Nacional a través del Plan DN-III-E convoca a profesionales de la salud y mano de obra calificada (civiles y militares en situación de retiro) a unirse como trabajador eventual al esfuerzo conjunto del gobierno de México para apoyar a los mexicanos que lo necesitan ante esta emergencia sanitaria en el territorio nacional”.
Como bien podemos observar de nuevo las Fuerzas Armadas cumplen con una de las grandes enmiendas: proteger al pueblo de México.
Por otra parte tenemos que además de los profesionales del sector salud y los elementos de las Fuerzas Armadas hay un considerable número de servidores públicos que garantizan el funcionamiento de áreas estratégicas: Pemex y las compañías subcontratadas mantienen en operación las más de 250 plataformas petroleras, casi ocho mil pozos de explotación, seis refinerías, dos complejos petroquímicos, nueve complejos procesadores de gas y, sobre todo, las terminales de almacenamiento y despacho con el fin de garantizar el abasto de combustibles a las casi diez mil estaciones de servicio (gasolineras) y no afectar el desarrollo y la economía del país.
A su vez la Comisión Federal de Electricidad (CFE) igual mantiene laborando a sus más de 40 mil trabajadores para operar y mantener 150 zonas de distribución: más de dos mil subestaciones eléctricas, más de 1.4 millones de transformadores de distribución, más de 800 mil km de líneas de media y baja tensión, más de 22 mil vehículos de trabajo, 730 plantas de emergencia y 72 subestaciones móviles.
Por supuesto se mantienen activas las estaciones de bomberos y paramédicos de las 32 entidades del país, las policías locales y la Guardia Nacional, así como las brigadas de control de incendios.
Y existen otras actividades que de ninguna manera pueden detenerse por la importancia que revisten para el funcionamiento del resto de las actividades: agricultores, pescadores, trabajadores de la industria alimenticia y farmacéutica.
Si bien es cierto que cientos de comercios de alimentos han cerrado, los que mantienen actividades son de vital importancia para elaborar comida para quienes no pueden dejar de trabajar o bien quienes requieren de alimentos elaborados.
Además transportistas —de vehículos para pasajeros y de carga—, repartidores de alimentos y de servicios de mensajería, técnicos de servicios de telefonía, internet y televisión por cable mantienen sus labores.
Otro sector de especial importancia es el de servicios financieros. Las sucursales bancarias del país mantienen abiertas sus puertas (Banco Azteca lo sigue haciendo de 9:00 a 21:00 horas todos los días de la semana) para que la gente realice sus operaciones bancarias, en especial el retiro de dinero, el cobro de envíos foráneos (remesas que envían los trabajadores en Estados Unidos, por ejemplo) y pago de servicios como luz, agua, gas u otros.
También los trabajadores de centros de abastecimiento de alimentos y otros insumos de primera necesidad.
Y, por supuesto, los comunicadores: reporteros, redactores, camarógrafos, fotógrafos, técnicos, productores y demás personal de revistas, periódicos, estaciones de radio, canales de televisión, agencias de noticias y portales informativos con personal profesional de la comunicación.
La lista la completan, sin duda, los maestros de todas las instituciones públicas y privadas del país, desde el nivel preescolar hasta el profesional, quienes usan todos los medios y plataformas disponibles para continuar con la noble y hoy más que nunca necesaria tarea de educar a las nuevas generaciones.
De hecho la Secretaría de Educación Pública, que encabeza Esteban Moctezuma, creó un sitio web para estudiantes de educación básica (inicial, preescolar, primaria y secundaria), en el cual tendrán acceso a una variada oferta educativa “para continuar con su aprendizaje”.
Y los padres de familia y tutores, sin cuya supervisión sería imposible completar el proceso de enseñanza a distancia en esta época de distanciamiento social.
Historias
En cada comunidad del país conocemos de historias de gente que sin estar en la primera línea de batalla o en las áreas estratégicas hace una labor que merece un gran reconocimiento.
Lo mismo hay quienes hacen donaciones a los profesionales de la salud o servidores públicos que no pueden descansar, que a quienes perdieron el empleo o a otros grupos vulnerables, como lo es de los adultos mayores.
En Toluca, Estado de México, el restaurante Flor de Andamio, por ejemplo, regala comidas completas a quienes perdieron su empleo. Ellos perdieron la mayor parte de su clientela, pero no la bondad, y de esta manera contribuyen a “hacer algo por la gente, por el país en estos momentos difíciles”, dicen sus dueños.
El restaurante continúa con la venta de alimentos “para llevar” y al mismo tiempo hace su labor altruista con ayuda de donaciones que en especie o en efectivo hace la gente.
En Hermosillo, Sonora, estudiantes, académicos y egresados del Instituto Tecnológico de Hermosillo decidieron apoyar a los profesionales de la salud con la elaboración de cubiertas para el rostro.
Gerardo Ochoa Salcido, director de dicha casa de estudios, relata que a petición de la comunidad del instituto tanto el laboratorio de Ingeniería Industrial como el Centro de Innovación Industrial para el Diseño y Manufactura de Herramientas elabora “cubiertas para rostro” de personal médico y de enfermería, además de producir “cajas acrílicas” que utilizarán quienes laboran en áreas de terapia intensiva de hospitales públicos.
“El instituto ha puesto al servicio de la sociedad laboratorios e impresoras 3D en total respaldo a las iniciativas altruistas de docentes, estudiantes y egresados”, expresa el director.
A su vez Omar Montaño Rosas, egresado de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, con residencia en Nogales, llama a la población de esta ciudad a elaborar cubiertas para el rostro en la empresa en la que él laboraba hasta hace unos días, misma que fue obligada a parar sus actividades.
Mucha gente acude a su llamado e incluso ya recibió material donado para la elaboración de las cubiertas. El Hospital General en Nogales será la institución beneficiada.
En Torreón, Coahuila, el matrimonio de Alejandra Hoyos Flores y Felipe Eduardo González Miranda compra despensa básica y la reparte entre la gente que ha perdido sus fuentes de ingreso: por medio de su cuenta de Facebook Felipe invita al “contagio positivo de buenas acciones” para amortiguar el impacto de la crisis sanitaria.
En Zacatecas Raymundo Ceja, egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, reúne a voluntarios para producir utensilios para el personal de salud de esa entidad durante la pandemia.
En Morelia, Michoacán, Diego Zaragoza y José Guillén participan en un movimiento internacional para fabricar “mascarillas sanitarias” impresas en 3D, a fin de donarlas al personal médico de hospitales públicos de la entidad.
La Iniciativa Privada (IP) no se queda atrás: bancos, aseguradoras, cadenas de tiendas departamentales, equipos profesionales de futbol, empresas de la industria de los alimentos, compañías tecnológicas, fabricantes de automóviles, cadenas de salas de cines, cerveceras… todas destinan importantes sumas para la compra de equipo médico: respiradores, insumos para sanitización, videolaringoscopios, gel antibacterial, etcétera.
Mención aparte merece el reconocido chef Enrique Olvera, fundador de prestigiosos restaurantes, quien encabeza una iniciativa para apoyar a los mexicanos en Estados Unidos ante la pandemia.
También está el empresario de Yucatán, Christián Salazar, director de Chef Set, quien realiza donaciones a instituciones públicas del sector salud.
Encuentros y desencuentros
En este sentido durante los últimos días los representantes de los sectores productivos del país han sostenido diversas reuniones con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le han expuesto una serie de medidas para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia, mismas que ya se llevan a cabo en prácticamente todos los países que atraviesan por una situación de crisis.
El primer mandatario los ha escuchado pero ha transitado en una dirección diferente a la de los jefes de Estado del mundo y hasta el momento no toma la decisión de respaldar a las empresas a fin de preservar fuentes de empleo.
Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), reconoce las decisiones del gobierno federal en el sentido de aumentar la inversión pública para generar empleos, ampliar el programa de créditos de la banca de desarrollo y de las instituciones de vivienda, así como apresurar las devoluciones pendientes de IVA a las empresas.
Desafortunadamente, dice, “parece una respuesta incompleta ante la gran dimensión de la crisis que enfrentamos”.
El presidente del CCE recuerda que los sectores productivos ya le han entregado sus propuestas al presidente de la República, mismas que se encaminan a preservar el empleo formal e informal de 36 millones de mexicanos y las cuales “no han sido tomadas en cuenta”. De hecho, agrega, el presidente les “ha cerrado las puertas”.
Aclara: “No pedimos reducción de impuestos, ni privilegios, ni concesiones. Siempre hemos puesto a los trabajadores, sus familias y al país como nuestra prioridad”.
Entre las propuestas que recientemente volvieron a ser planteadas al jefe del Ejecutivo están: “La suscripción de un gran convenio nacional para proteger los salarios de los trabajadores y sus familias; aumentar la deuda del país en cuatro puntos del PIB; instrumentar un programa de infraestructura con fondos públicos y privados, definir proyecto de inversión de la iniciativa privada en el sector energético”.
Otras más son: “Preparar una propuesta, en coordinación con la Secretaría de Economía, para que México sustituya a China como proveedor de algunas exportaciones hechas hacia Estados Unidos; depreciación acelerada para aumentar la llegada de inversiones a México; apoyos entre privados mediante una estructura para que empresas con capacidad económica apoyen a sus proveedores mediante pagos a no más de 30 días; adopción de pequeñas y medianas empresas, es decir, que privados con la capacidad de apoyar a negocios más pequeños lo hagan con apoyos salariales o recursos”.
También: “Compras adelantadas, lo que significaría realizar pedidos que se entreguen una vez terminada la crisis por el coronavirus; evitar penalizaciones contractuales entre particulares; generar una plataforma buscando el apoyo de las instituciones financieras; que empresas que enfrentan una alta demanda debido a la pandemia, como las farmacias, contraten a personal de otras empresas para hacer más eficientes sus servicios”.
Asimismo el CCE impulsa un plan a 90 días que prevé acciones en dos periodos: abril y mayo-junio.
Para el primero el CCE plantea: “Establecer un fondo de 100 mil millones de pesos mediante el cual la banca privada conceda créditos a las pequeñas empresas con problemas de liquidez; una reducción más relevante de la tasa de interés; diferir 100% de las contribuciones a la seguridad social para el sector de la hotelería, aviación, turístico y de restaurantes”.
Para mayo-junio la propuesta es: “Apoyo especial a empresas que hayan pagado los salarios de sus trabajadores y hayan mantenido sus puestos de trabajo; diferir pagos de impuestos de las empresas hasta por 90 días y sin ningún interés”.
Para el sector informal el CCE sugiere “créditos a la palabra por 25 mil pesos que podrían beneficiar a un millón de personas”.
El CCE destaca que este conjunto de propuestas forma parte del Gran Acuerdo Nacional a Favor de México al que convoca el organismo y el cual invita a suscribir a las organizaciones de trabajadores, grupos sociales y, por supuesto, al Ejecutivo federal.
Plan
El presidente López Obrador considera que “el momento que vive nuestro país es una crisis transitoria en la que se trabaja para llegar a la estabilidad lo más pronto posible”. En este sentido da a conocer el Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo.
De él destaca la canalización de recursos adicionales para el sector salud, así como para las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, el pago adelantado de pensiones para los millones de personas adultas mayores, créditos adicionales del programa Tandas para el Bienestar, inversión pública para empleos, plan de inversión para el sector energético.
Para “la reactivación pronta de la economía” propone entregar recursos adicionales a Pemex, ampliar los recursos para el programa Sembrando vida, contratación de médicos y personal de enfermería, reclutamiento para las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, dar celeridad a la devolución del IVA a los empresarios y el regreso de los tiempos fiscales a la industria de la radio y la televisión.
El presidente asegura que “en suma, los programas sociales y el desarrollo promovido por el gobierno este año llegará a 22 millones de beneficiarios”. Asimismo, afirma, “vamos a crear en nueve meses dos millones de nuevos empleos”.
Finalmente adelanta que “se bajarán los sueldos de los altos funcionarios públicos y se eliminarán los aguinaldos desde el cargo de subdirectores hasta el del presidente de la República”.
Adversidades
Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostiene que las pérdidas, tan solo en términos de consumo, podrían alcanzar los mil millones de pesos, si es que la situación regresara a la normalidad a finales de abril.
A esa pérdida, expresa, hay que añadir que “habrá una reducción (en la recaudación) de impuestos como el IVA, el IEPS y, si sigue la tendencia a despedir gente, también afectará al ISR”.
En este sentido el académico urge al Ejecutivo federal a atender las recomendaciones que han formulado los organismos internacionales y nacionales para hacer frente a la pandemia.
Lo cierto es que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social da a conocer que en un mes se perdieron 346 mil 878 empleos formales, de los cuales aproximadamente 50% se concentraba en la Ciudad de México, Quintana Roo, Nuevo León, Jalisco, Estado de México y Tamaulipas.
Quienes por lo pronto hacen su aportación son los médicos, enfermeras, elementos de las Fuerzas Armadas y otros servidores públicos que mantienen operando tanto las áreas del sector salud como todas aquellas actividades estratégicas para que no falten servicios públicos como seguridad, abasto de energéticos y educación.
También contribuyen a esta gran aportación los trabajadores del campo, de tiendas de alimentos e insumos básicos, restaurantes, bancos, medios de comunicación profesionales, sin olvidar a quienes desde muy diversas áreas hacen aportaciones tanto para los profesionales de la salud como para aquellos que hoy, debido a la pandemia, perdieron su empleo.
Ahora, como en 1985 y 2017 o como en aquellos años que los huracanes han causado devastación, la conclusión es una: juntos saldremos adelante.
(Con información de Arturo Moncada y Claudia Luna Palencia)
Estimaciones del CCE
Con medidas para la contingencia económica
Crecimiento del PIB: -2.5% y quizá hasta 0 por ciento.
Inflación: 3 a 5 por ciento.
Tipo de cambio: 21 a 22 pesos por dólar.
Desempleo: 300 mil a 400 mil.
Sin medidas para la contingencia económica
Crecimiento del PIB: -7 a -10 por ciento.
Inflación: 6 a 10 por ciento.
Tipo de cambio: 25 pesos por dólar.
Desempleo: 800 mil a un millón.
Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo
Numeralia
40 mil millones de pesos adicionales para el sector salud.
5 mil millones de pesos para equipo y personal de Ejército y Marina.
2 mil millones de pesos para la introducción de drenaje y mejoramiento de 50 mil viviendas en situación de vulnerabilidad.
190 mil pescadores recibirán apoyo directo.
31 mil planteles escolares recibirán apoyo para mantenimiento.
45 mil médicos se contratarán en nueve meses.
31 mil elementos serán convocados para formar parte de las Fuerzas Armadas.
35 mil millones de pesos para créditos (de 20 mil a 56 mil pesos) destinados a trabajadores del Estado.
177 mil millones de pesos para créditos de vivienda en beneficio de 442 mil trabajadores.
Devolución de IVA a empresarios.
Sigue en marcha el aeropuerto de Santa Lucía.
Rehabilitación de las seis refinerías y la construcción de una nueva: Dos Bocas.
65 mil millones de pesos adicionales para Pemex.
Continúa el proyecto del Tren Maya.
22 millones de personas se beneficiarán con programas sociales y de desarrollo promovidos por el gobierno.
Fuente: Presidencia de la República
Costo de la pandemia en la economía global
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de Asia la pandemia afectará a la economía mundial en hasta 4.1 billones de dólares, 5% de la actividad económica internacional.
El crecimiento en Asia muy probablemente caerá a 2.2% en 2020.
En China el Banco Mundial proyecta una disminución del crecimiento a 2.3% en 2020.
En Europa la actividad de manufactura y servicios cayó a niveles récord y puede provocar una baja anualizada del PIB de aproximadamente 10% para la eurozona.
En el mundo las aerolíneas registran una baja promedio de 95% en sus operaciones.
En el sector automotriz Toyota anuncia la suspensión de su producción en cinco de sus 18 plantas en Japón.
La industria automotriz en Estados Unidos está completamente cerrada.
La industria automotriz en Alemania registra una caída de 38% en marzo, comparado con el mismo mes de 2019.
El FMI informa que en 2020 se producirá la peor crisis financiera de la historia a escala mundial.
En Estados Unidos cerca de diez millones de personas solicitaron beneficios por desempleo en las últimas semanas.
Bloomberg destaca que en los primeros dos meses de 2020 las principales bolsas de valores del mundo acumularon caídas negativas superiores a 20 por ciento.
La Organización Internacional del Trabajo estima que en el peor escenario 25 millones de empleos formales se perderán en todo el mundo.
En México la Secretaría de Hacienda prevé un rango de crecimiento del PIB de 0.1% para este año. Sin embargo Bank of America prevé que el PIB en México será de -4.5 a -8 por ciento.