Gas natural, apuesta para reducir los precios de la energía

Para 2018, la CFE habrá construido 26 gasoductos que garantizarán el abasto del combustible, facilitarán su transporte y bajarán su costo.

Georgianna Meza
Política
Gas Natural
Foto: NTX

Una de las grandes oportunidades para encaminar el pleno desarrollo del país, a decir de expertos, se encuentra en incrementar nuestra competitividad en diversos sectores económicos, lo cual pasa, entre otras cosas, por la explotación cabal de nuestros recursos naturales.

En el caso de la riqueza de gas natural que poseemos, la reforma energética permitirá que en el corto plazo se dé un boom en la extracción del hidrocarburo, lo que demanda contar con una basta red de gasoductos, objetivo que prevé ya el Plan Quinquenal de Gasoductos (2015-2019) presentado por la Secretaría de Energía.

La reforma energética trae sin duda consigo la oportunidad de explotar toda nuestra riqueza de gas natural, pero es necesario cumplir con dos aspectos sustanciales: conseguir las inversiones para extraerlo del subsuelo y contar con la infraestructura de gasoductos suficiente para su transporte.

Y si bien la red de gasoductos se ha expandido en los últimos años y actualmente alcanza una dimensión superior a los 15 mil kilómetros, también es verdad que no está plenamente interconectada con Estados Unidos —nuestro principal proveedor del energético— ni con algunas naciones de Centroamérica —potenciales consumidores de nuestro país.

Asimismo, Michoacán, Colima, Sinaloa, Nayarit y Zacatecas no cuentan con una red de gasoductos, en tanto en otras entidades el gas natural llega parcialmente, lo que entre otras cosas eleva el costo del combustible ante la dificultad de su transportación.

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Objetivos

El ambicioso proyecto de expansión de infraestructura de gasoductos a lo largo y ancho de la República Mexicana establece que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) construirá 26 gasoductos de aquí a 2018, lo que redundará en la construcción de cinco mil 150 kilómetros de redes que garantizarán el abasto del combustible, facilitarán su transporte y, lo más importante, reducirán el costo de la generación de energía eléctrica.

De esta forma, México contará con una de las más modernas y eficientes redes de gasoductos en toda América Latina, con 21 mil 268 kilómetros (75% más con relación a 2012).

Sobre este tema, al tomar parte en el 25 aniversario de la Cumbre México organizada por la revista The Economist, Enrique Ochoa Reza, director de la CFE, aseveró que entre los objetivos primarios de la reforma energética figura la reducción del precio de la generación de energía.

En su intervención en la mesa de análisis La ecuación de la energía: la i mplementación de la reforma , en la que también participaron Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía; Julio Santaella, coordinador ejecutivo del Fondo Mexicano del Petróleo; y Alberto de la Fuente, presidente de Shell México, Ochoa Reza señaló que por primera vez en la historia de nuestro país vamos a tener un mercado competitivo de generación de energía eléctrica.

Este mercado, detalló, tiene un mandato muy claro: “La energía eléctrica de menor costo se despachará primero; y eso está a cargo de un órgano independiente de la CFE, independiente de cualquier empresa de generación, para garantizar una competencia transparente y de piso parejo”.

En consecuencia, agregó, se ha elaborado un plan para reducir los costos de generación de energía porque “si lo logramos podemos participar en el mercado; en cambio, si nos mantenemos con costos elevados podemos ser desplazados por la competencia”.

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Costos

Ochoa Reza especificó que 80% del costo en la generación de la energía eléctrica depende el precio del combustible usado. “Si se utilizan combustibles baratos, como el gas natural, se genera a bajo costo y con procesos amigables con el medio ambiente. En cambio, el combustóleo o diesel generan altos costos y procesos medioambientales negativos”.

El funcionario recordó que a finales de 2012 hubo alertas críticas por la escasez de gas natural en el país. “No había el suficiente para la generación de energía eléctrica para el desarrollo industrial. ¡Y qué ironía: México es rico en gas natural y nuestro vecino del norte es un potente productor del energético! ¿Qué nos hacía falta? Infraestructura de gasoductos para traer ese gas natural y llevarlo a distintas regiones del país. De hecho, en ese año la mitad del territorio nacional carecía de infraestructura de gasoductos”.

Por esa razón, detalló, “estamos impulsando la construcción de más gasoductos en México que nos permitan tener acceso al gas natural en regiones del país que no cuentan con el combustible. La CFE, en coordinación con la Secretaría de Energía y en colaboración con Petróleos Mexicanos, impulsamos la creación de 26 nuevos gasoductos. Son 16 mil millones de dólares en inversión y una vez concluidos, en 2018, de manera gradual y creciente en los próximos años podremos incrementar el transporte a través de gasoductos en México en 75% con relación a lo que teníamos en 2012”.

Lo anterior incrementará en 160% la capacidad de transporte de molécula de gas natural en territorio nacional, añadió, “pero lo más importante es que en tres años todos los estados de la República Mexicana tendrán acceso a gas natural, por lo cual se podrá desarrollar no solo la generación de energía eléctrica de bajo costo, sino también el desarrollo industrial en distintos puntos del territorio nacional donde aún no es posible precisamente por la ausencia del combustible”.

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Beneficios

Al referirse a cómo evitar que la generación de gas natural monopolice el sector señaló que la reforma energética establece que “estos gasoductos son propiedad privada; no son de la CFE. Lo que hacemos nosotros es licitar un contrato de 25 años a las empresas que nos ofrezcan la menor tarifa de transporte de gas natural y lo que preservamos es la capacidad de transportar al interior del ducto. El propietario del ducto es el sector privado nacional e internacional especializado en la materia el que lo va a construir y lo va a poner en operación”.

La CFE, agregó, paga el uso de esa capacidad de transporte hasta que el gasoducto esté construido y operando. Con ello el riesgo de construcción y de financiamiento descansa en el sector privado.

Los beneficios para la CFE, mencionó, son que múltiples compañías construirán de manera simultánea toda esa infraestructura a lo largo del territorio nacional. “Además, las empresas tienen la obligación de celebrar temporadas abiertas, supervisadas por la Comisión Reguladora de Energía (dependiente de CFE) y que garantizan que cualquier industrial, comercializador o generador de energía eléctrica interesado en reservar capacidad de transporte en esos gasoductos puede hacerlo, independiente del contrato con la CFE”.

Pero si alguien no quisiera reservar capacidad de transporte sino tener acceso a gas natural en las regiones donde estos nuevos gasoductos circularán, la CFE, gracias a la reforma energética, podrá comercializar el gas con el sector industrial.

Eso despierta la competencia en el transporte de gas natural, remarcó, “lo cual nos ha permitido reducir los costos de generación y en consecuencia reducir las tarifas de energía eléctrica a los consumidores, contrastando los precios de este año con los del anterior. En octubre sumamos diez meses con tarifas a la baja. Ese es el plan: seguir bajando los costos de generación, para beneficio de los consumidores”.

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Compromisos

Frente a los compromisos de nuestro país en la reducción de contaminantes atmosféricos, Enrique Ochoa aseguró que la generación de gas natural en lugar de combustóleo nos ha permitido reducir 45%, en tres años, las emisiones de C02. “La razón por la que México tiene la oportunidad de lograr importantes reducciones en la emisión de Gases de Efecto Invernadero obedece a que nuestro sector eléctrico ha cambiado y seguirá cambiando de combustóleo a gas natural”.

Además, indicó, se impulsan 15 proyectos de energías renovables, con inversiones por cuatro mil 800 millones de dólares en las cuatro opciones de generación conocidas: hidroeléctrica, que es la capacidad de almacenar agua y genera energía eléctrica; la geotérmica, apoyada por la reforma energética a partir de la Ronda Cero, lo que ha redundado en 13 nuevas concesiones en siete estados de la República y hará posible generar más con el vapor del subsuelo de manera renovable y reciclable”.

También se impulsa la generación de energía eólica “y vamos a impulsar la energía fotovoltaica, pero bajo el criterio económico, porque aunque ha reducido sus costos de generación sigue siendo más cara”, finalizó.

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Metamorfosis

Para Susana Oliva, fundadora de Big Foot, agencia de estrategia e investigación avanzada, la industria energética sufre cambios muy importantes, lo más trascendental que se ha visto en su historia, “y definitivamente hay que comercializar lo que se tiene en materia de hidrocarburos lo antes posible, porque efectivamente nuestros recursos naturales, concretamente el petróleo y el gas, van a perder valor pronto”.

En este sentido, afirma, el Plan Quinquenal de Gasoductos es una medida inteligente. “La pérdida de valor del petróleo y gas es una gran tendencia mundial, pero también es una realidad del futuro ante el surgimiento de tecnologías que hacen mucho más efectiva, mucho más económica la generación de energía por otras vías”.

La energía renovable, abunda, va decreciendo en precio y es cada vez más barata frente al surgimiento de tecnologías que permiten su almacenamiento y un manejo cada vez más eficiente. “Acaba haciéndose mucho más accesible que la fósil, a la que no hay manera de hacerla más barata debido a que su extracción tiene un costo importante y no decrece a la velocidad en que lo hacen las energías renovables, específicamente la energía solar”.

—¿Cuál es el futuro más viable del petróleo?

—Cada dos 100%años, aproximadamente, la energía solar baja su precio a la mitad. Y por otro lado tenemos una extracción de petróleo en países como Estados Unidos que se vuelve más barata por las tecnologías de extracción que usan. Así que considero muy difícil, casi imposible, que algún día alcance los precios que tuvo hasta no hace mucho.

La especialista en estudios de mercado y prospectiva afirma que “no vamos a poder frenar el dumping por parte de los países que tienen petróleo a flor de piel. Tampoco vamos a poder frenar la caída del precio de extracción, mucho más económica gracias a nuevas tecnologías. Con esos dos grandes competidores: bajos precios y el descenso del costo de la energía solar, el precio del petróleo nunca se recuperará; y el que lo tenga que lo venda ahora. Después será muy difícil, a menos que haya un nuevo destino para el hidrocarburo, nuevas aplicaciones, nuevos usos”.

—¿El gobierno tendría que invertir en refinerías?

—Me parece que sería más inteligente invertir en tecnologías de transformación del crudo. No vamos a poder competir en precios mundiales con esos costos. Entonces no tiene mucho sentido; habría que agregarle valor a lo que estamos extrayendo y por eso creo que la inversión en tecnología de transformación de nuestro crudo sería una mejor apuesta.

Es importante consignar, dice para culminar, “que la energética, al igual que muchas otras industrias, está siendo afectada en gran medida por un lado por la tecnología, pero también porque hay otras cosas importantes que están pasando en el mundo. Por ejemplo, las migraciones masivas a ciudades que requerirán todavía de mayores cantidades de energía; de nuevas tecnologías para producir alimentos y nuevas tecnologías también para otros productos necesarios en la vida del hombre… La obtención de la energía por maneras diferentes a las tradicionales es una posición que México, queramos o no, debe asumir en los siguientes años”.

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