Tepito: estigma que nunca se va

No importa qué tan duro trabajen, si van a la escuela, si les gusta el arte o quieren dedicarse a una carrera, en el imaginario de la población del Distrito Federal, nacer y vivir en Tepito significa ser agresivo, narcotraficante, comerciante informal, no tener educación y querer una vida fácil.

Elidet Soto
Bienestar

No importa qué tan duro trabajen, si van a la escuela, si les gusta el arte o quieren dedicarse a una carrera, en el imaginario de la población del Distrito Federal, nacer y vivir en Tepito significa ser agresivo, narcotraficante, comerciante informal, no tener educación y querer una vida fácil.

El caso público más reciente comprueba la hipótesis: un grupo de 12 jóvenes desapareció el 26 de mayo de 2013, estaban en un afterparty conocido como el Heaven. Entre el 28 y el 30 de mayo, cuando los familiares de las víctimas decidieron alzar la voz y pedir justicia, se toparon con una serie de descalificaciones y bombardeos en Internet que provocaron molestia e indignación.

Adjetivos como delincuentes, narcos o frases como “eran de Tepito, se lo merecían”, fueron comunes durante los primeros días.

Veo las fotos de los 11 desaparecidos del Heaven y me pregunto, porqué no pudieron ser al menos como 15000 de esos chacas? — Virgilio Dominguez (@virdom16) June 22, 2013

Oye @PPmerino ¿Ya probaron dejar monas en las esquinas para ver si regresan los tepiteños? #11delicuentes #11DF (muero d angustia @Z_ombyDF) — Demian Reyna (@DemianReyna) June 2, 2013
1. Naces en Tepito. 2. Te llamas Brayan. 3. Te gusta Wendy. 4. Se la bajas al Kevin. 5. Kevin te pica con su navaja. 6. Mueres. — Narcotuitero (@MayoZambada) April 20, 2013

Las autoridades informaron que 2 de los desparecidos tenían vínculos fraternales con presuntos narcotraficantes, situación que generó aún más especulaciones en torno al caso, aunque paradójicamente disminuyó la presión pública.

Jayr Ramírez Ponce, primo de Jerzy Ortíz Ponce, uno de los chicos que desapareció en el after, reconoció que existe una estigmatización y que en un principio las autoridades trataron el caso de una de una manera fría.

No conforme con las evidencias en redes sociales, blogs y videos en contra de este sector, decidí ir a la calle a preguntar a la gente su opinión sobre un residente de Tepito, la respuesta fue la misma.

Sin conocer el barrio, los gestos de los entrevistados inmediatamente revelaban miedo o disgusto.

Incluso, le pregunté a una compañera periodista su opinión respecto al caso de los 12 jóvenes desaparecidos. Me sorprendió el desdén con el que se refirió a ellos: “Está feo, pero leí que eran de Tepito, así que imagínate”.

Inseguridad y discriminación

La percepción sobre Tepito no coincide con los datos duros de criminalidad en la Ciudad de México. Si bien la delegación Cuauhtémoc es catalogada como la más peligrosa del Distrito Federal, la colonia Morelos, a la cual pertence el barrio, no es la de mayor índice delictivo.

En 2012, se registraron 6,858 delitos en dicha delegación. Hasta mayo de este año, la Procuraduría General de Justicia del DF llevaba registradas 2,279 averiguaciones previas.

Según datos del Consejo Regulador de la Industria y Servicios de Seguridad de la República Mexicana, las colonias Centro, Doctores, Juárez y Roma, presentan mayor índice delictivo que la Morelos, donde se asienta Tepito, que ocupa el sexto lugar.

Al igual que todas las colonias de la demarcación, el número de delitos cometidos, según las estadísticas, aumentó en los últimos años, fenómeno que se puede observar en todas las colonias enlistadas.

Indice Delictivo de la delegación Cuauhtémoc


Delitos cometidos por colonia | Create infographics

Urgen políticas públicas

Pese al estigma, y las violaciones en materia de derechos humanos, las autoridades no pueden atender el problema. Ellos argumentan que no existen quejas o denuncias por parte de los habitantes de Tepito.

“No está mal que ellos no sientan vulnerada su dignidad si les dicen tepiteños, el problema es de quien los mira y cómo el estigma repercute en sus vidas”, dijo Jacqueline L´Hoist Tapia, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México.

José Antonio Ibáñez, investigador y especialista en Derechos Humanos por la Universidad Iberoamericana, consideró que las autoridades deben hacer un corte en sus estudios y tomar en cuenta la discriminación por lugar de residencia.

El especialista consideró que este tipo de discriminación, que aún no es catalogada ni por autoridades federales y locales, ya es un foco rojo que repercute en la sociedad.

Discriminación en caso Heaven



4 historias del barrio

Jayr, el artista

Jayr Ramírez Ponce, artista plástico y contador, sufrió hace algunos años el estigma que persigue a casi todos los habitantes del barrio. Mientras cursaba sus estudios en el colegio Holandés, un profesor lo exhibió delante de sus compañeros cuando se enteró que era becado y vivía en el barrio.

“A ver Ramírez, ¿es verdad que usted vive ahí? ¿Es verdad que usted es becado?”, le preguntó su maestro. Él contestó que sí. Al instante, el profesor informó al salón de clases de dónde era Jayr e inmediatamente dejó de ser el alumno Ramírez, para pasar a ser “Tepito”.

El aislamiento y las burlas pasaron a ser insoportables y Jayr dejó esa institución, sólo aguantó un par de meses después del “descubrimiento”, sin embargo, eso no impidió que continuara con sus estudios.

Doña Lourdes, campeona de Albures

Lourdes Ruiz es comerciante, tiene un puesto de ropa para bebé en el corazón del barrio de Tepito, es campeona de albures desde hace 16 años. Ningún hombre ha podido con ella.

La campeona nació en el barrio, se siente orgullosa de quién es y del lugar donde vive, pero su familia también enfrentó una situación de discriminación.

Sin importar que tuviera licenciatura en leyes aduanales, la hija de doña Lourdes no fue aceptaba para trabajar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

En un principio no sabía el porqué del rechazo, pero meses después le confirmaron que la única razón fue su dirección, en el corazón del barrio.

Elisa, comerciante

Sobre la calle de Aztecas número 54 está una pequeña accesoria con productos de Hello Kitty, ahí trabaja Elisa Ayala, hija de don Ramiro, quien tiene un puesto de tacos en la misma calle. Elisa también nació y creció en Tepito, pero a diferencia de su padre, tuvo que enfrentar burlas y discriminación durante su adolescencia. Ser del barrio le pesó.

La joven admite que ir en una escuela privada, donde la mayoría de alumnos vivían en zonas como Polanco, Lindavista, la Del Valle o la Condesa, no fue lo que esperaba. Elisa sigue en el barrio, ahí tiene su trabajo y casa, pero admite que le gustaría salir de ahí porque le molesta el estigma que pesa sobre ella y su familia.

José Luis, restaurantero

Ir a Tepito y no probar las migas “La Güera”, un platillo típico del lugar hecho a base de caldo, especias, hueso de pierna de cerdo y migajas de pan, es no conocer a fondo el barrio. El dueño del lugar es José Luis Frausto. Su hijo, quien lleva el mismo nombre, aseguró que no falta el abusado que quiera retar a un “tepiteño”.

José Luis es bromista, de joven le gustaba el baile y acudir a fiestas de otros barrios, pero admitió que la gran mayoría de las veces tuvo que salir corriendo porque no falta quien le reclamara por andar de “enamoradizo” con algunas chicas.

Internet, paraíso de la discriminación

En diversas páginas existen blogs, videos, cuentas de Facebook o comentarios en Twitter sobre la forma de vestir, hablar o gustos musicales de la gente de Tepito, algunos incluso aseguran que este sector de la población debe desaparecer.
Páginas como “Yo también odio a los tepiteños ”, “No tepiteños” , “ Cero Chacas” y videos que describen cómo identificar a un joven de ese lugar, circulan por la red y promueven el odio hacia este sector, incluso, en un post se puede leer “ Hoy es el día mundial de matar a un tepiteño…”

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