Especialistas en movilidad, temas urbanos, medio ambiente, nuevas tecnologías, políticas sociales, energías renovables, educación, infraestructura y gobierno, entre otros grandes temas que engloban las grandes metrópolis en México, se reunieron en Puebla para exponer soluciones integrales y de largo plazo para los magnos dilemas que enfrentan la urbes en el país y planear con ello la creación de las ciudades del futuro.
Se trata de la Smart City Expo Latam Congress, que bajo el lema WeGov: ciudadanía y gobierno por el bien común busca diseñar ciudades inteligentes planteando diversos puntos coincidentes y de reflexión, que abordaron representantes de 132 ciudades de toda Latinoamérica para ensalzar el reto que tiene el continente de implementar acciones que den respuesta, e impulsen los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible como parte del acuerdo de los Estados integrantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para definir cómo será el mundo en los próximos 15 años.
Estos especialistas remarcaron, con diversos ejemplos, que la buena gobernabilidad para políticas públicas integrales en las ciudades se debe dar bajo lineamientos de largo plazo, donde no debe importar el gobernante ni la filiación partidista sino los proyectos organizados en beneficio de la gente, no del lucimiento personal de los políticos.
Urbe-datos
En México, según el INEGI, hay una población residente de 119 millones 530 mil 753 personas que habitan en viviendas particulares, pero si se suman 407 mil 720 personas del servicio exterior que viven fuera del país, los que habitan en viviendas colectivas y los indigentes, la población total asciende a 119 millones 938 mil 473.
El reporte de 2016 del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), donde se presenta un nuevo estudio de la calidad de vida y la prosperidad de las ciudades del mundo, señala que 78% de los mexicanos vive en ciudades y la economía mexicana dependerá en el futuro cada vez más de sus urbes. Sin embargo, los suburbios del país están en crisis, mientras el modelo de expansión desregulada de los últimos años ha generado centros urbanos cada vez más extensos y disgregados, los servicios, infraestructura y sistemas de transporte público se han vuelto deficientes.
De acuerdo con la ONU la población urbana en México se duplicó en los últimos 30 años, pero la superficie de sus ciudades creció siete veces en promedio, los sectores de menos recursos que viven en zonas urbanas periféricas gastan hasta cuatro horas al día y 25% de sus ingresos en movilizarse.
Según el organismo internacional existen cinco millones de viviendas deshabitadas: un tercio de las familias que no habitan sus viviendas señala como razón principal la distancia a sus centros de trabajo. El 75% de los viajes urbanos se realiza en transporte público, a pie o en bicicleta; 77% de los fondos federales destinados a transporte se aplica a infraestructura para el automóvil particular.
La ONU indica que México se desarrolla al ritmo de sus ciudades: las urbes de más de 200 mil habitantes aportan 69% del Producto Interno Bruto (PIB) del país; además, de las 50 ciudades de América Latina más importantes en términos de PIB once son mexicanas.
Las ciudades no son solo economía, son también motores del desarrollo social, áreas de concentración de conocimiento e innovación y de intercambio cultural. “Invertir en las ciudades es invertir directamente en la prosperidad del país y en la calidad de vida de millones de mexicanos”, señala la ONU.
Smart City
Pilar Conesa, curadora de Smart City World Congress, compartió que la intención de realizar el Smart City es impulsar una estrategia de equidad social, ejemplo de ello es el programa Smart Barrio: “Consiste en fomentar el desarrollo de las comunidades a partir de diseños jurídicos y financieros simples que son las bases de la nueva agenda urbana que llegue a todos los ciudadanos”, comenta.
La pionera de este concepto de Smart City expone que “Latinoamérica tiene grandes retos: la necesidad de implementar acciones que den respuesta e impulsen los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (planteados por los Estados integrantes de la ONU en 2015) en una lucha común por la equidad y el desarrollo urbano”.
A decir de Pilar Conesa, Smart City “apuesta por un nuevo modelo de gestión urbana capaz de responder de manera integral a las necesidades de movilidad, planeación urbana, gobierno, economía, energía, medio ambiente, seguridad, educación y salud, teniendo como eje transversal la innovación y la tecnología impulsadas por una sociedad inteligente y colaborativa”.
Consciente de la importancia de la tecnología en todo el mundo y la necesidad de utilizarla para contrarrestar los daños que provoca el crimen organizado y la corrupción, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero manifiesta su confianza en que Smart City facilite las herramientas para encabezar esta lucha y destaca que en México el desarrollo de tecnologías es un factor de gran relevancia y convicción.
“Hay que unir todo el poder tecnológico que va a potenciar a la humanidad para ver los cambios en favor de las necesidades no cubiertas a lo largo de la historia. Hay que preparar a las ciudades, nadie como Smart City puede hacerlo. Cabe la pregunta: ¿gobernará la tecnología? Dirigirla, gobernarla, marcarle los límites, regularla, es el reto, de ahí que creo que sea imprescindible para ser político y gobernante, para ir a unas elecciones, conocer bien los desafíos tecnológicos que tenemos por delante”, asevera.
Además, recalca que la revolución de los big data (concepto que hace referencia a conjuntos masivos de datos en aplicaciones informáticas) y de la inteligencia artificial marcarán otro hito en la historia. “Nos acercarán a utopías que consideramos inalcanzables. Hay que poner el avance tecnológico en favor de esos barrios, de las escuelas pequeñas, así como de las concentraciones urbanas, si comenzamos por el tejido social más débil haremos que de verdad ese proyecto de comunidad inteligente sea más sólido”, apunta.
Y Rodríguez Zapatero advierte que “la incorporación de la tecnología en las ciudades facilitará la labor de las empresas, del control del tráfico, de la potenciación del transporte público; afortunadamente la civilización, a pesar del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sabrá ser sostenible”.
Cambios apartidistas
Para el ex alcalde de Medellín, Colombia, Aníbal Gaviria, la continuidad, estabilidad y el cambio en una ciudad no se logra con un alcalde sino con “un trabajo continuo y conjunto”.
La experiencia de Medellín, comenta, enunció una serie de cambios que hizo bajo los conceptos de equidad y vida, lo que le permitió convertir a la ciudad —entonces considerada como la más violenta del mundo— en la ciudad más innovadora del orbe. “Para iniciar la transformación me enfrenté a los retos de inequidad, violencia, delincuencia institucional, corrupción, cultura de la ilegalidad, desarrollo no sostenible y altos índices de desempleo, mismos retos que enfrenta cualquier ciudad de América Latina”, reconoce.
“La gran ciudad del futuro es la ciudad de las periferias; la pobreza y la desigualdad que hay en las periferias es la gran oportunidad para dar el salto y generar enormes cantidades de riqueza material y riqueza social”, añade.
Y Gaviria recalca que “si hay algo trascendental para lograr el cambio que Medellín consiguió fue la continuidad y la estabilidad. El cambio en una ciudad no se logra en una sola etapa o con un solo alcalde, se hizo a lo largo de 20 años y con diferentes alcaldes, diferentes partidos políticos, pero que sostuvieron los mismos proyectos y los hicieron propios”.
Concluye diciendo que no hubo una fórmula mágica en la transformación de Medellín. “Pero sí podemos decir que hubo varios gobiernos sucesivos y sintonizados. Además, este proyecto estuvo hermanado con la ciudad de Barcelona, España, y entre más actores se vinculen en un proyecto más difícil es que un gobierno que llegue interrumpa lo que viene haciendo un gobierno anterior”.