Al grito de "¡justicia!” y múltiples pancartas con condenas por el envenenamiento de perros en el Parque México, vecinos y visitantes de esa zona pidieron este domingo 25 de octubre a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) acelerar las investigaciones.
Los manifestantes, encabezados por la representante de la comisión de justicia del Comité Vecinal de la Condesa, Lorena González, advirtieron que “sigue en alerta roja”, pues del 29 de septiembre a la fecha, han matado a 22 perros, de los cuales, dos fueron la semana pasada.
Lorena González también solicitó que se implemente más vigilancia, alumbrado, limpieza y saneamiento constante del lugar, pero sobre todo que concluyan la investigación para aprehender al responsable o responsables de las muertes de los perros, pues consideró que no se trata de una sola persona, sino que actúan en grupo.
"Las autoridades de la PGJDF deben acelerar la investigación, para detener al responsable o responsables de esto envenenamientos, porque continúan operando en forma desafiante, sádica y sociópata, lo que provocó temor y desconfianza”.
González destacó que estos hechos ponen en peligro a las animales, los niños, adultos mayores, la comunidad y la economía del lugar, pues existen más de tres mil 356 establecimientos que pueden verse afectados.
#MÉXICO Vecinos de la condesa protestan contra el envenenamiento de perros.- https://t.co/pw4BHgoNDW pic.twitter.com/7atW5ZT0tJ — NOTICIERO ANIMAL ® (@NoticieroAnimal) octubre 25, 2015
Secuestro, la otra amenaza
Aunque parezca película de ficción, el ser blanco de un secuestro no es exclusivo de personas, también los perros son carnada de delincuentes; sobre todo, de aquellos que son el centro de atención y amor por parte de sus dueños, y que estarían dispuestos a pagar el precio de su rescate.
Es el caso de Julián Morales, vecino de la condesa y dueño de “Horus”, un bull terrier que fue secuestrado en el exterior de la tienda Superama mientras esperaba amarrado a que su dueño realizara una compra de no más de cinco minutos.
Cuando Julián salió de la compra, Horus ya no estaba: “yo lo dejé amarrado, tuvo que ser alguien que realmente tuviera mucho conocimiento de mi perro, es un bull terrier, no cualquiera lo agarra, sólo quienes lo conocen saben que es muy tranquilo, que no mordería, así que fue alguien que nos vigiló mucho tiempo”.
Los maleantes, refiere Julián, le pidieron dinero con la excusa de que gastaron en croquetas, agua, en todo, pero, “¿qué se pueden gastar en un perro en dos horas”.
“Yo les iba a dar mil pesos, al fin de cuentas es mi perro y lo adoro, mi pareja dijo ni maíz, yo les doy quinientos y digan que les estoy dando, y si no traigo patrulla es porque hay un Dios”.
También te puede interesar: PGJDF identifica veneno que usó el ‘Mataperros’ de la condesa |