Por: Ángel Hernández
Los productores de caña del país vuelven a enfrentar agudos problemas por la disminución del precio de la tonelada de azúcar, ocasionado —denuncian— por el aumento de la importación de alta fructosa (jarabe de maíz utilizado en diversas industrias como endulzante) y la disminución de las exportaciones del producto, lo que ha traído como consecuencia una caída de 40% en su precio en el mercado nacional.
A poco más de dos semanas de que cientos de cañeros iniciaron el bloqueo de 54 ingenios en 15 entidades del país, organizaciones cañeras, representantes de la industria azucarera y alcoholera, así como funcionarios de las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y Economía, intentan encontrar una solución que ponga término a las protestas de los productores de caña.
El daño económico provocado por la disminución del precio del producto afecta ya los ingresos de 165 mil productores y provoca pérdidas por ocho mil 500 millones de pesos, estiman los afectados.
Sin embargo, el subsecretario de Agricultura, Jesús Aguilar Padilla, ha dejado en claro que entre las atribuciones legales de la dependencia no está la de determinar los precios ni los comportamientos de mercado ni las variaciones de la balanza comercial internacional en materia agroalimentaria, por lo que no puede fungir como regulador de la actividad comercial agroalimentaria.
Representantes de los productores advierten a su vez que de no encontrarse una solución lo antes posible, se complicará más la actual crisis que atraviesa una industria que genera casi 450 mil empleos directos y dos millones y medio de indirectos.
Evitar mayor caída
Desde el 21 de enero, productores cañeros de las confederaciones Nacional Campesina (CNC) y de Propietarios Rurales (CNPR) mantienen bloqueados los ingenios y las bodegas del país, como protesta por la caída del precio del edulcorante y el aumento constante en la importación de alta fructosa, utilizada sobre todo por la industria refresquera.
Con esta acción, los afectados buscan evitar que el precio del azúcar continúe a la baja, así como exigir a las autoridades que detengan la importación de la fructosa y tratar de alcanzar con ello un equilibrio que evite que la producción de la zafra de este año se junte con los inventarios del ciclo anterior, lo que resultará todavía más perjudicial para el sector.
En la actualidad, el precio de la tonelada de azúcar ronda los seis mil 500 pesos, cuando el año pasado estaba en ocho mil pesos en promedio, por lo que buscan que el precio del bulto no baje de los 400 pesos, ya que de lo contrario no tendrán ganancias ni recuperarán la inversión realizada, además de que tendrán fuertes pérdidas económicas.
Negociaciones
Para tratar de afrontar la situación, la Sagarpa realiza mesas de trabajo con productores e industriales para buscar una solución adecuada y generar un consenso de las medidas a tomar los actores involucrados en el sector.
El subsecretario de Agricultura, Jesús Aguilar Padilla, advirtió a los afectados que la secretaría no tiene la función de fijar los precios del producto ni el comportamiento del mercado, pero entre las gestiones realizadas se acordó poner en funcionamiento el Fideicomiso Maestro para la Exportación de Excedentes de Azúcar de los Ingenios (Fidecaña), para que los productores puedan acceder a los beneficios del programa.
El funcionario detalló que se realizan mesas de trabajo para afinar los detalles de operación de este instrumento con Financiera Rural y se ha convocado a otras instancias financieras, como Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) para complementar las acciones que sean necesarias.
Esas reuniones ya han dado resultados, debido a que fueron terminados los trabajos para emitir las Reglas de Operación del Fideicomiso de Exportación de Excedentes de Azúcar y se acordó que las instituciones de Banca de Desarrollo, FIRA y Financiera Rural apoyarán con esquemas de financiamiento al sector azucarero, utilizando como garantía el azúcar almacenada.
Esto permitirá dotar de liquidez a la industria, a fin de que puedan cubrir sus requerimientos de capital de trabajo y hacer los pagos correspondientes a los cañeros.
Sobreoferta
El secretario de Asuntos Jurídicos del Comité Ejecutivo Nacional de Productores de Caña y Azúcar de la CNC, Lázaro Arias Martínez, quien ha participado en las negaciones con las autoridades, afirma que con la creación de las reglas de operación y el arranque del fideicomiso, lo que sigue es que los industriales del sector se adhieran y cubrir los certificados de depósito del azúcar exportable que cada uno de ellos está obligado a hacer para paliar la difícil situación que enfrentan los productores.
Explica que se tiene un retraso de inventarios de azúcar que les ha pegado muy fuerte, pues desde el año pasado el precio empezó a tener un desliz, entre otras razones, por no haber exportado a Estados Unidos la cantidad enviada en promedio, que es de un millón 400 mil toneladas, contra las 941 mil toneladas enviadas en 2012, lo que aumentó los inventarios en el país.
Otra situación que afectó, agrega, es que al vender los nueve ingenios que habían sido expropiados por el gobierno federal, casi 100 mil toneladas de azúcar que ya estaban el proceso de exportación, al final se quedaron en el mercado nacional y fueron vendidas a bajo precio, lo que provocó un desequilibrio al propiciar una sobreoferta del producto.
Arias Martínez resalta que en el actual ciclo de zafra se estima que habrá una producción récord de casi seis millones de toneladas de azúcar, contra los cinco millones 48 mil toneladas del ciclo anterior.
Sanear al mercado
El dirigente dice que otro elemento que incide es que el consumo de azúcar en México no aumenta, aunque crezca la población, pues es de cuatro millones 200 mil toneladas, por lo que hay un excedente de casi dos millones de toneladas, que son las que deben exportarse.
“Los industriales se habían comprometido con los productores y ante la Sagarpa para exportar un millón y medio de toneladas, que es la cantidad que puede recibir el mercado estadunidense; además, estamos planteando al gobierno que haya un esquema de pignoración que permita tener en reserva entre 400 mil y 500 mil toneladas del mercado nacional, para buscar en su momento un mercado para colocarlas.
“No queremos un gran precio, pero como ahora se encuentra estamos teniendo una pérdida muy grande. Lo que buscamos es sanear el mercado doméstico que permita equilibrar el precio interno”.
Afirma que para recuperar lo que han perdido, y que no varíe el precio de aquí a que termine el ciclo, necesitan que el precio del azúcar salga de bodega a 500 pesos, para que el precio ponderado quede en 475 o 450 pesos y permitir al productor obtener el precio por tonelada de azúcar entre nueve mil y nueve mil 500 pesos, lo que le ayudaría cubrir los gastos de la cosecha, el corte y acarreo de la caña, así como solventar sus necesidades y pagar los créditos que solicitó para la siembra.