Fashion en dos ruedas

Por: Enrique León
eleonv@revistavertigo.com

En esta época de lluvias Ruth Xospa inicia su jornada laboral desde temprano para evitar las precipitaciones vespertinas: casi todos sus días laborales son caóticos y en ocasiones debe desplazarse a grandes distancias por una de las ciudades con mayor tráfico vehicular en el orbe, como es la capital del país.

Pese al trajín laboral, esos traslados son, a decir de ella misma, su “forma de despejarse”.

Ruth es fotógrafa profesional de modas, editorial y estilo de vida. Productora de programas de moda de televisión por cable. Y, además, es motociclista desde hace seis años.

“Siempre me llamó la atención. Desde siempre. Desde chavita, pues veía las motos y me gustaban. Además, me junté con gente que las manejaba y siempre les pedía que me llevaran a todos lados en ellas. También estuve algunos meses en Europa; en España e Italia la cultura de la moto es muy diferente a la de aquí. De ahí nació la inquietud de comprarme una moto, de ver mujeres manejándolas por allá. Me dije: ‘Si ellas pueden, yo también’. Pero fue hasta que empecé a trabajar que lo primero que hice cuando tuve ahorros fue comprarme una moto. No quería coche, aunque es práctico cuando llueve; pero si puedo evitarlo y utilizar la moto, está mucho mejor. Entonces, mi primera inversión fue una moto”.

El perfil laboral de esta joven profesionista implica siempre estar presentable y bien arreglada, lo cual “no está peleado con la moto. Ahí entra el estilo de cada persona. Es lo que tú le imprimes a tu personalidad, porque la motocicleta también es un estilo de vida y un gusto. A mí me gusta estar arreglada siempre y manejo con tacones; no tengo ningún problema de usar tenis o usar tacones, depende a dónde vaya o qué esté usando. Si aprendes a caminar con tacones de diez o 15 cms., también puedes manejar una moto con ellos. Mucha gente me pregunta cómo puedo manejar con tacones, pero es lo mismo que hacerlo con cualquier otro calzado”.

Andar en moto, dice Ruth Xospa, “no significa andar desarreglado: yo he andado hasta con falda, y sin problema. La cuestión es adaptarse; el problema a veces es que los demás se adapten a verte así”.

Y si acaso llueve mientras maneja su motocicleta, se coloca su impermeable de Mickey Mouse y continúa con su trajín diario.

“La motocicleta es muy práctica. Mis días son siempre muy caóticos; tengo que estar en muchos lados; y a veces debo recorrer distancias largas. Un día conmigo es complicado, porque tanto en la producción como en la foto hay que estar muy movido todo el tiempo. La moto es un medio de transporte muy práctico, como todos lo sabemos, pero a la vez es muy divertido. Entonces, además de relajarme de todo ese estrés que traigo todo el tiempo por andar de un lugar a otro, pues me facilita la movilidad y me ahorra tiempo. Es un aliado básico en una agenda apretada”.

Seguridad

Ruth comenta que fue un shock cuando su familia se enteró de que había comprado una motocicleta: “Cuando llegué a mi casa después de haberla comprado, lo primero que hice fue gritarles a mis papás: ‘¡Miren lo que me acabo de comprar!’. Era una sorpresa, porque no les había dicho nada. Pensé que me iban a recibir con un ‘¡Ay, hija, qué bonito color; acabas de hacer tu primera compra; estamos orgullosos de ti!’ Pero lo primero que me dijeron fue que estaba loca y todos esos comentarios negativos alrededor de la moto”.

Pese a lo que muchas personas piensan, incluyendo a la familia de Ruth, la motocicleta no es peligrosa. Y prueba de ello es que, pese a algunos percances leves, esta fotógrafa de modas no ha dejado la motocicleta: “Inseguro es hasta caminar. Inseguro también es andar en Metro. O en transporte público. Sí hay que tener más precauciones con la moto, cierto. Por ejemplo, tienes que fijarte en el asfalto; si hay hoyos; o si las coladeras están abiertas; o chequear desde temprano si va a llover, para tomar previsiones”, comenta, al preguntarle si la motocicleta le parece insegura.

“En la moto te despejas. Para mí es como para otros el yoga o la meditación o algún deporte extremo; andar en moto es una sensación que siempre me deja un buen sabor de boca. Ves las cosas de una forma diferente. Por ejemplo, los aromas; como cuando después de la lluvia hueles la tierra mojada, que es riquísimo. Los paisajes son otra de las cosas que percibes de manera diferente: no es lo mismo verlos desde un coche que desde una moto, porque tienes factores como el clima, aromas, sensaciones, frío o calor… Es como si en lugar de ver una película en pantalla normal la estuvieras viendo en 4D. Es una sensación muy padre”, abunda Ruth.

—¿Te ves manejando una motocicleta a futuro?

—Sí. Aunque el día que tenga una familia, hijos, no sé si siga manejando motocicleta, pero sí estoy segura de que será su herencia. Entonces mi moto la voy a dejar para cuando mis hijos puedan manejarla.

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