Para la segunda quincena de diciembre nada mejor que visitar uno de los pueblos mágicos del país, Tepotzotlán, y la reserva natural de Xochitla, ambos en el estado de México.
El atractivo central del primer sitio es un antiguo colegio jesuita (hoy Museo Nacional del Virreinato, adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia); el segundo, es un espacio natural que ofrece actividades didácticas y recreativas y la posibilidad de estar en contacto con la naturaleza.
En las cercanías encontrará otras opciones interesantes: la parroquia del Cerrito (donde se venera a San Juan Diego y a la Virgen de Guadalupe), la iglesia de San Mateo, el Acueducto o Arcos del Sitio, un centro de ecoturismo y de educación ambiental, la Presa de la Concepción y antiguos cascos de haciendas.
La oferta gastronómica es amplia: desde quesadillas de huitlacoche, papa o flor de calabaza, hasta escamoles y cabrito al horno; hay diferentes modalidades de hospedaje y servicio de estacionamiento.
Puede llegar en transporte público saliendo de la Central de Autobuses del Norte, o viajar en automóvil por la carretera México-Querétaro; antes de la primera caseta de cobro encontrará indicaciones para llegar.
Le sugiero iniciar el recorrido frente a la espléndida fachada barroca del templo de San Francisco Xavier (en el centro de Tepotzotlán) y posteriormente ingresar al museo. Puede rentar el servicio de audio-guía o hacer el recorrido atendiendo a la información contenida en gráficos y cédulas. Existe un interesante programa de actividades enfocadas a conservar y difundir las tradiciones decembrinas.
Para conocer
El recorrido al museo inicia con las antiguas culturas de Mesoamérica, el descubrimiento de América y la conquista de México-Tenochtitlán; posteriormente se presenta la forma de vida en la Nueva España.
La Compañía de Jesús jugó un papel fundamental en la creación de colegios de educación superior para jóvenes, especialmente criollos, y novicios que iban a misionar al norte del país. Sus integrantes fueron buenos administradores de haciendas, tuvieron influencia en la ideología de su tiempo; fueron expulsados en 1767 por orden del rey de España Carlos III; su salida de territorio mexicano dejó un vacío muy grande en la educación y en la vida cultural novohispana.
Las exposiciones se encuentran tanto en la planta baja como en el segundo nivel. Le invito a conocer el mirador, el Patio de los Aljibes y el Claustro de los Naranjos, así como la huerta donde se construyó una capilla dedicada a la virgen de Montserrat y se colocó la fuente original del Salto del Agua. Le garantizo que se sorprenderá gratamente en el templo de San Francisco Javier por el esplendor que alcanzó el arte barroco y que está presente en los retablos recubiertos con hoja de oro y en las pinturas de gran formato debidas a Miguel Cabrera; también encontrará una réplica de la Casa de Loreto, el Camarín de la Virgen y el Relicario de San José.
Fuera del museo hay una gran explanada, un atrio con árboles muy antiguos y andadores donde se venden artesanías, golosinas, y flores; en esta temporada destaca el rojo encendido de las Nochebuenas.
Para disfrutar
Para el público infantil resultan atractivos algunas piezas del museo: las armaduras españolas, los instrumentos que se usaban en los barcos, la escultura de Santiago Apóstol, el retrato de Hernán Cortés, los baúles de viaje, la pintura que representa a las castas y la maqueta que recrea un día en la Plaza Mayor de la Ciudad de México, donde los personajes dan cuenta de la indumentaria, tipo físico, ocupaciones, transporte y organización de los mercados novohispanos; también, de los castigos que se aplicaban a quienes infringían la ley.
Algunas obras de arte están relacionadas con el tema de la Natividad y las adoraciones. Afuera de la sala de marfiles hay una pintura que representa el pasaje de la Anunciación (San Gabriel le anuncia a la virgen María que dará a luz a un hijo); cerca de la maqueta del museo hay un óleo de formato horizontal que presenta a los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, ofreciendo oro, incienso y mirra al recién nacido.
En la sala de marfiles varias de las piezas representan al Niño Dios y a sus padres, José y María. Las figuras tienen rasgos orientales; fueron trabajadas con gran precisión y detalle; llegaron de Oriente junto con otros productos: sedas, especias y perfumes.
Cada año, el Museo Nacional del Virreinato ofrece en esta temporada conciertos de música navideña, pastorelas, taller de piñatas y una posada tradicional. Lo anterior con el objetivo de conservar y difundir las tradiciones mexicanas. Conviene que consulte la programación con anterioridad para ubicar espacios y horarios. Las actividades están dirigidas al público en general. También se exhibe un gran nacimiento.
Conviene recordar que los jesuitas enfocaron gran parte de su trabajo a la docencia; también fueron promotores de arte y excelentes administradores. Fueron oradores y organizaron varios certámenes literarios. Para las celebraciones decembrinas escribieron algunas pastorelas. Este tipo de representaciones abordan en forma amena y graciosa el camino que siguieron los pastores para llegar a Belén a adorar al niño Dios, y la lucha que enfrentaron para sortear las trampas del diablo.
Otro elemento tradicional ligado a las posadas es la piñata en forma de estrella de siete picos que representan los siete pecados capitales. El ritual de pegarle con un palo significa la lucha entre el bien y el mal; la ruptura trae consigno el triunfo del bien gracias a la fe (la persona vendada) y la recompensa es una cascada de dulces, cacahuates y frutas de la temporada: cañas, mandarinas, naranjas, limas, guayabas y tejocotes. Es probable que el origen de la piñata esté en China, ligada a una ceremonia de fertilidad de la tierra; se confeccionaban piñatas en forma de animales y se adornaban con pequeñas herramientas de labranza. De oriente pasó a Italia, luego a España y finalmente llegó a Nueva España.
Las primeras posadas se realizaron en el convento de San Agustín Acolman (Estado de México). Eran muy diferentes a las que conocemos actualmente; en realidad se trataba de nueve “misas de aguinaldo”. Con toda seguridad la música y la piñata se incorporaron en fecha temprana y fueron un atractivo adicional a la celebración religiosa. El origen de los nacimientos o belenes se atribuye a San Francisco de Asís. Primero se invitó a personas para representar el nacimiento y con el tiempo se hicieron figuras de los personajes centrales.
La creatividad de los artesanos mexicanos ha dado lugar a nacimientos en plata, talavera, hojas de maíz, papel maché, hoja de lata, etcétera. No sólo se representa a Jesús, José y María, sino que se han incorporado escenas de la vida de los pastores o pasajes inspirados en textos bíblicos o en algunas narraciones de los evangelios apócrifos.
Para conservar
Del 16 al 24 de diciembre se llevan a cabo las nueve posadas, que según algunos estudiosos representan los nueve meses de embarazo de la virgen. Se entonan cantos para pedir y dar posada, también algunos villancicos. Los invitados son agasajados con ponche y buñuelos. También se reparte fruta de temporada y colación.
La posada es una caminata ligera donde se carga un misterio, se canta la letanía, se encienden velas y luces de bengala.
En el parque de Xochitla, además de las actividades que tienen que ver con la riqueza natural, se organizan posadas para chicos y grandes. Puede combinar varias actividades: viaje en trenecito, paseo en bicicleta, elaboración de jabones navideños y posada tradicional con piñata.
Algo más
Xochimilco y Milpa Alta (en el Distrito Federal) llevan a cabo de manera tradicional las posadas. En Xochimilco se rinde culto especial a la imagen de un niño Dios conocido popularmente como Niñopa o Niñopan que significa Niño del pueblo. Durante un año la custodia recae en un mayordomo que asume el cargo el día 2 de febrero, Día de la Candelaria.
Junto con varios posaderos tiene la obligación de organizar las posadas en el mes de diciembre. Cada posada es diferente y puede asistir el público en general.
Respecto de museos, le recomiendo el relieve de madera de la Adoración de los Pastores (realizado alrededor del siglo XVIII) que se exhibe en el museo Franz Mayer (Ciudad de México). Disfrute las fiestas decembrinas en compañía de sus seres queridos.