Pacamambo

Es esperanza, un remedio ante el odio, el rencor, una solución para amar y abrazar la vida.

Guillermo Carballo
Pendiente
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¿Qué es Pacamambo? ¿Cómo se llega a ese lugar? Nadie lo sabe con certeza, pero es más fuerte y poderoso que un simple nombre; es más grande que una obra de teatro; es más fuerte que la muerte y alimento para la vida…

Pacamambo es esperanza, un remedio ante el odio, el rencor, una solución para amar y abrazar la vida, que pocos pueden alcanzar.

¿Cómo se llega a Pacamambo? Sólo a través de la mancuerna perfecta del director mexicano Hugo Arrevillaga y el dramaturgo franco-canadiense-libanés Wajdi Mouawad, a través de su magia y su manera de hacer teatro.

El viaje

La acción comienza con una invitación a los espectadores a “entrar” al mundo de Julia, interpretada por una niña de doce años, quien siente tristeza y rabia porque su abuela María María acaba de morir.

Enfurecida con la Muerte porque no tiene derecho de quitarle a quien más quiere en este mundo, decide con su perro Gordo llevar a cabo un plan: conservar el cuerpo de su amada abuela hasta que la Muerte se presente a hablar con ellos; y cuando la tengan en frente la confrontarán hasta que les explique por qué se atrevió a hacer lo que hizo, porque eso de llevarse a quien más queremos en el mundo, piensa Julia, “no se hace”, ni siquiera la Muerte tiene derecho.

Este conmovedor montaje cuenta con las espléndidas interpretaciones de Concepción Márquez como la abuela María María, con este sutil pero profundo personaje que a través de su poesía escénica logra conmover al público; mientras que la nieta es interpretada por una fuerte, ágil y sólida actriz joven, Sara Pinet, quien tiene el reto de cargar todo el peso de la obra, pero lo resuelve sin problemas, con frescura y profesionalismo, junto con su compañero Pedro Mira, personaje fundamental y clave para manejar las transiciones necesarias, silencios, oscuros y una guía básica para contextualizar los lugares, ambientes, personajes y situaciones de la obra; y finalmente el perro Gordo, a cargo del actor Miguel Romero, que si bien hace énfasis en las acciones y hasta los sentimientos de su compañera de viaje Julia, por momentos, a través de los monótonos ladridos que debe generar su personaje durante toda la obra, a veces nos saca de contexto y rompe la magnífica atmósfera creada simulando un sueño, la mente de una niña o un lugar místico donde los espectadores nos encontramos.

Sin embargo el sueño de Julia y la magia de Hugo Arrevillaga continúan, precisos en cada trazo, en una obra de arte moderna en conjunto, que jamás pierde fuerza, donde no existe ninguna situación que dentro de esta cápsula de tiempo y lugar no pueda conmovernos, hacernos más humanos y más conscientes sobre la vida y la muerte.

Mancuerna perfecta

Hugo Arrevillaga y Wajdi Mouawad son la fórmula perfecta para hacer un teatro poderoso, honorable y sincero.

Un trabajo escénico de calidad, que conmueve hasta los huesos a los espectadores, y nunca deja indiferente a su público.

Estos dos nombres en México se convierten en el sinónimo de crear un teatro vivo, real, poderoso y conmovedor, que rebasa las fronteras del escenario para vivir en la mente de sus espectadores.

Después del éxito de la tetralogía La sangre de las promesas, continúa el fenómeno escénico Arrevillaga–Mouawad con Pacamambo a cargo de la compañía Tapioca Inn, en esta nueva temporada en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, hasta el 21 de abril, con funciones los sábados y domingos a las 12:30 horas.

Si quiere descubrir qué es Pacamambo, el teatro lo espera.

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