San Juan, Puerto Rico, 10 de octubre 2022. El pasado domingo, António Guterres, secretario general de la Organizacón de las Naciones Unidas, presentó una carta al Consejo de Seguridad donde propone envíar una fuerza de acción rápida a Haití, tras la paralización del país a manos de pandillas y manifestantes.
En la carta se indica que varios países miembros desplegarían una fuerza de acción rápida para ayudar a la Policía Nacional de Haití. Dicha fuerza, además, proporcionaría protección inmediata a la infraestructura y los servicios principales, garantizando así el suministro de agua, de combustible y de medicinas desde los principales puertos maritimos y aéreos. El documento también señala que el secretario general podría desplegar “capacidades adicionales de las Naciones Unidas para respaldar un cese del fuego o disposiciones humanitarias”.
Sin embargo, dicha propuesta es solamente una alternativa a si los Estados miembros no intervienen de manera urgente y decisiva. De hecho, la carta insiste en que una participación de ese caracter, “más robusta”, por parte de las fuerzas de la ONU, debe ser un último recurso. “Como se ha indicado, el regreso de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas no es la opción que prefieren las autoridades”, se indica en la misiva.
Guterres señaló que el tema es una cuestión de urgencia, y resaltó que Haití “enfrenta un brote de cólera en medio de un deterioro drástico de la seguridad que ha paralizado al país”.
El gobierno haitiano publicó el viernes un documento oficial firmado por el primer ministro Ariel Henry y otros 18 funcionarios de alto rango en el que solicita a sus aliados internacionales “el despliegue inmediato de una fuerza armada especializada en cantidad suficiente” para frenar las “acciones criminales” de las pandillas armadas en todo el país.
La solicitud se dio a conocer casi un mes después de que una de las pandillas más poderosas de Haití cercó una importante terminal de combustible en la capital Puerto Príncipe, impidiendo la distribución de unos 37,8 millones de litros (10 millones de galones) de diésel y gasolina y más de tres millones de litros (800.000 galones) de queroseno almacenado en el lugar.