Ciudad de México, a 15 de febrero. México vive un momento de oportunidad que difícilmente volverá a repetirse: la integración comercial con América del Norte, que no es sólo un buen deseo, sino un proyecto que ya está en marcha a través de la relocalización de las cadenas de producción.
Así lo subrayó hoy el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, al encabezar la presentación de los programas financieros institucionales de Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior.
Luego de indicar que el nearshoring es hoy una realidad que representa la oportunidad de impulsar la exportación, la inversión productiva, la generación de empleos y la mejora de los niveles de vida que nuestra población merece, afirmó que éste es un momento clave para diversificar nuestra industria e incursionar en otras nuevas, para identificar sectores y regiones que puedan apoyar la proveeduría y activar con éxito la inversión productiva.
En ese sentido, expresó que el nearshoring nos obliga a revisar nuestras políticas públicas y privadas, a fin de potenciar nuestra capacidad de innovación, de generación de tecnología, de formación y capacitación de nuestros recursos humanos, de ubicación de nuevos parques industriales y de brindar un apoyo decisivo a las pequeñas y medianas empresas, dado el importante papel que desempeñan en nuestra economía.
Por ello, hizo notar que este año puede marcar el inicio del esfuerzo común que realicemos, para avanzar en la prosperidad que México nos demanda. “Enfrentemos juntos, con decisión, los desafíos que se nos presentan, porque pensamos en el futuro de México y porque tenemos claro el objetivo: impulsar el proceso de crecimiento económico de México”.
El titular de Hacienda puntualizó que ese es precisamente el mensaje y el compromiso político del presidente López Obrador: abrir los espacios de diálogo y de las propuestas con los exportadores, los proveedores, los pequeños y medianos empresarios y los representantes de los intermediarios financieros, y la conversación con todos los sectores productivos y sociales, con las cámaras y asociaciones empresariales. Ya no es tiempo de ensayos, sino de cambios en torno a objetivos concretos, aseveró.
En su intervención, Ramírez de la O señaló que los fundamentos macroeconómicos de México son sólidos y permiten avizorar que podemos sortear con éxito el incierto panorama que se vive en el contexto mundial.
Al respecto, destacó que en 2022, la actividad económica reportó un avance de 3 por ciento a tasa anual y pese a ese incierto panorama, estimamos para el presente año, un crecimiento arriba de 3% anual. La demanda interna, agregó, continúa con un alto dinamismo, favorecida por el consumo e inversión bruta de privados, acumulando al mes de noviembre un crecimiento anual de 2.6% y 5.3%, respectivamente.
En cuanto al empleo, resaltó que continuó aumentando por arriba de su nivel pre pandemia, en línea con la mejora de las condiciones epidemiológicas, la movilidad de la población y la actividad económica. Así, en 2022 se crearon más de 2 millones de puestos de trabajo, al tiempo que la tasa de desempleo alcanzó niveles históricamente bajos.
De igual modo, el valor de las exportaciones, se expandió el año pasado en casi 17 por ciento, destacando las manufacturas no automotrices y las petroleras con aumentos de 16 y 34 por ciento, respectivamente. Al referirse a la inflación, apuntó que estuvo presionada inicialmente por factores externos, climatológicos y fitosanitarios que afectaron principalmente los precios internacionales de alimentos e insumos industriales.
Resaltó que el Gobierno afrontó, con el apoyo del sector privado, el reto de combatirla con programas como el PACIC y el APECIC, que permitieron desgravar trámites burocráticos y aranceles, facilitando el libre movimiento de mercancías a fin de abaratar o aumentar la oferta y aligerar la presión sobre la demanda.
El sistema financiero, enfatizó, se mantiene sólido, con niveles adecuados de capitalización y de morosidad. Al mes de noviembre, el Índice de Capitalización (ICAP) de la Banca Múltiple fue de 19 por ciento y el Índice de Morosidad de 2 por ciento. Asimismo, sostuvo que al cierre 2022, la deuda pública se ubicó en 49.4 por ciento del PIB, un nivel menor respecto de lo presupuestado y al registrado en 2021, lo que fue posible gracias al buen desempeño de los ingresos presupuestarios, el combate a la corrupción y la prudencia del gasto.
Destacó que los ingresos petroleros extraordinarios permitieron topar el incremento del precio de las gasolinas porque, aseveró, si los combustibles aumentan más de un nivel razonable, se convierten en un propulsor de inflación.
En ese contexto, subrayó que tenemos estabilidad política, bases macroeconómicas sólidas y recursos financieros para impulsar el cambio, con base en programas que atienden principalmente tres vertientes: la integración de cadenas de valor con el nearshoring; la inclusión financiera, particularmente de las zonas más rezagadas en cuanto a su desarrollo económico y social, y el apoyo de los proyectos prioritarios de la actual administración, porque son representativos de las necesidades financieras de sus proveedores.
En su intervención, Ramírez de la O expresó que en el país hay un ambiente de esperanza y de oportunidad que queremos aprovechar, porque con todo y los problemas actuales, hay un clima mucho más positivo que el que se respira en otras regiones del mundo.
Enfrentamos, dijo, problemas a nuestra escala pero no fuera de nuestra escala, como el nivel de deuda superior al 100% del PIB que tienen otros países. “Ante las severas adversidades que nos han golpeado, México ha demostrado su capacidad de superarlas si se tiene la voluntad de hacerlo. Para ser grande, hay que luchar para serlo, y el país vive un momento decisivo en su proceso de desarrollo, en el cual los empresarios juegan un papel muy importante”, concluyó.