TIRANDO FRONTERAS: UN RETRATO DE LA MIGRACIÓN

“Un derecho humano”.

Esaú Sánchez
Nacional
MIGRACIÓN

Este año la migración ha escalado a niveles y ritmos nunca antes vistos en distintas partes del mundo. En nuestro continente, según el Servicio Nacional de Migración de Panamá, por ejemplo, se registra una cifra récord de casi 400 mil personas que han atravesado la selva de Darién desde Colombia.

De estos migrantes la gran mayoría proviene de Venezuela, Ecuador y Haití. Más aún, Centroamérica registra un aumento de casi 500% en la cantidad de migrantes africanos que atraviesan la región para llegar a México y continuar hacia Estados Unidos.

Para dar voz a estas personas en situación de tránsito y retratar de manera más íntegra el fenómeno migratorio la escritora y politóloga argentina Antonella Marty visitó la frontera entre México y EU, donde recolectó distintos testimonios para su nuevo documental, Tirando fronteras.

El documental muestra a migrantes que cuentan los motivos y las experiencias que los llevaron a salir de sus países de origen en un intento por alcanzar una vida mejor y más próspera.

Tirando fronteras es una producción original del Centro Ricardo B. Salinas Pliego (CRBSP), mismo que busca promover un cambio cultural a través de programas como Arte & Cultura, Kybernus y Caminos de la Libertad.

El documental se une a la larga lista de producciones que por iniciativa de Grupo Salinas fomentan el liderazgo, la preservación de los bienes culturales y el valor de la libertad.

Tránsito

Desde falta de oportunidades hasta persecución política, las principales causas que motivan a las personas a emigrar giran en torno de la falta de libertad.

Tupac García, un migrante originario de Nicaragua, relata en el documental que el evento que los obligó a salir del país centroamericano fue la tentativa de detención.

“Por nuestra forma de pensar, las persecuciones se convirtieron en algo del día a día; pero un día un policía nos contó en confianza que había un operativo preparado para mi familia. Y en esos casos el modus operandi de la Policía Nacional es que te inculpan de posesión de drogas o de nexos con el narcotráfico”, detalla.

Elizabeth Córdoba, su esposa, agrega que pensar distinto al régimen nicaragüense y compartir algo en redes sociales que fuera en contra “se convirtió en un delito”.

Para ellos la migración fue una decisión tan necesaria como repentina: “Salimos sin rumbo: no sabíamos a dónde íbamos, ni a dónde llegaríamos. Dejamos nuestros trabajos, nuestro hogar, nuestros animales… Todo se quedó en Nicaragua”, comenta García.

El recorrido que realizan cientos de miles de migrantes hacia EU no está exento de peligros y, en muchas ocasiones, el recorrido puede agravar seriamente la salud e integridad de todos ellos.

Franny Arias, migrante venezolana entrevistada por Marty, relata que junto con su esposo y su hija pequeña atravesaron la peligrosa selva del Darién y aunque tenían un objetivo claro la experiencia fue tan intensa como deprimente.

“No llevamos suficiente comida y lo peor llegó el último día en que estuvimos ahí, cuando nos quedamos sin nada: sin pan, sin agua. Y además de que no comíamos bien, tampoco podíamos descansar: todo el viaje consistía en subir y bajar montañas. Como llevábamos a nuestra niña, siempre nos quedábamos atrás en el grupo, nos perdíamos. Y si mirabas a cualquier lado, solo había río y monte”, detalla.

Más aún, nuestro país no garantiza un tránsito libre de peligros hacia EU. Según Fernando Portillo, migrante de Guatemala, cuando llegó al norte del país sufrió un intento de secuestro por parte de un grupo criminal. “Viajé en tren por doce días. Aguanté el hambre y la sed. En total éramos 40 migrantes centroamericanos. Pero llegando a Sonora nos quisieron secuestrar. Muy pocos, incluido yo, pudimos salir y escapar de ahí”.

Portillo comparte en Tirando fronteras que la migración, además de algo que realizó en busca de una vida mejor, lo ha transformado como ser humano: “La migración es como una escuela, porque venimos a aprender cosas, a empezar desde cero en otro sitio. En mi caso nunca había estado fuera de casa mucho tiempo. Cuando migré, viajaba, trabajaba unos días y volvía a viajar. Ese fue mi proceso. Y sí, también pasé hambre, porque me quedaba en la calle pidiendo dinero; no me avergüenza admitirlo. Como dicen: vergüenza es robar”.

El periodista y abogado argentino José Benegas, quien también participa en Tirando fronteras, cuestiona a lo largo del documental el concepto de “políticas migratorias”, señalando incluso que al valerse de los conceptos de legalidad e ilegalidad pueden dañarse libertades individuales.

“No corresponde al Estado limitar o no a las personas que llegan a determinado sitio a trabajar. Es más, dicha intervención estatal puede llegar a un absurdo en el que, por ejemplo, se acepta como política migratoria que alguien se relacione personalmente con un extranjero y se quiera casar. Y así, si te casas con una norteamericana o un norteamericano se te acepta como un inmigrante legal”, puntualiza.

Benegas también señala que muchas arbitrariedades gubernamentales obligan a las personas a migrar, como en el caso de Tupac García en Nicaragua. “Si se le llama legalidad a la pura voluntad del Estado, entonces alguien puede ser ilegal por hablar contra el gobierno, por ejemplo. Pero ¿por qué está mal?, ¿daña algún derecho? No, al contrario: está a favor de los derechos humanos, esa libertad beneficia a las personas. Y sin embargo se prohíbe”.

Lo que Marty hace en Tirando fronteras es reivindicar a la migración como lo que es: un derecho humano. A través de los testimonios demuestra que hay humanidad detrás de la movilización y que el valor de vivir en otros sitios nace de una búsqueda y reafirmación de la libertad.

El documental se encuentra disponible en el enlace: https://www.centroricardobsalinaspliego.org/rbsp-detalle/?contenido=305 .