REELECCIÓN: PROFESIONALIZACIÓN VERSUS CONCENTRACIÓN DE PODER

“Casi 300 legisladores repetirán cargo este año”.

Esaú Sánchez
Nacional
REELECCIÓN MÉXICO

La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, adelantó que entre sus prioridades legislativas está una reforma para eliminar esta práctica recién establecida.

Si en semanas pasadas la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum había adelantado sus prioridades legislativas para cuando tomara posesión del cargo en octubre de este año, ahora agregó una reforma para eliminar la reelección en cargos públicos: “El pueblo de México no quiere reelección. Eso lo vimos en la precampaña y en la campaña. Entonces, solamente estamos retomando lo que dice la gente y poniéndolo en la Constitución, regresando la Constitución a su redacción original”, declaró al respecto.

La reelección consecutiva de los legisladores fue prohibida en México en 1933 por el mal sabor de boca que dejó la perpetuación política del Porfiriato y por la poca representatividad que permeó en el caudillismo mexicano.

No obstante, en 2014 se aprobaron reformas constitucionales que abrieron la puerta a que los diputados pudieran reelegirse hasta por cuatro periodos seguidos y los senadores hasta por dos. En suma, un legislador podría perpetuarse en el Congreso hasta por doce años.

Para alcaldes, presidentes municipales, regidores y síndicos, la reelección consecutiva solo puede extenderse un periodo adicional; es decir, pueden llegar a estar seis años en el mismo cargo.

“Hay diputados que participan en una Legislatura y después tienen la posibilidad de volver a competir. El asunto es la reelección directa. Y la gran mayoría del pueblo de México no está de acuerdo con ella. Entre otras cosas, porque funcionó mucho tiempo así y la gente no quiere la reelección”, puntualizó Sheinbaum en este sentido.

Los principales argumentos a favor de la reelección legislativa son la profesionalización, el incremento en la transparencia del Congreso y el vínculo entre ciudadano y representante, pues en última instancia el pueblo podrá premiar o castigar a diputados, senadores y alcaldes, dependiendo de su desempeño.

A posteriori

Hoy es innegable que los más beneficiados por la reelección legislativa fueron los propios miembros de Morena, pues en San Lázaro 47 de los 59 diputados reelegidos forman parte del oficialismo, al igual que doce de los 18 senadores reelectos este año. A nivel local, 122 de los 200 legisladores reelectos en los Congresos estatales forman parte de la alianza Morena-PVEM-PT.

En suma, más de 180 legisladores oficialistas repetirán cargo.

Pero lo cierto es que la oposición también tuvo oportunidad de repetirles los cargos a algunos legisladores. A nivel local, 74 diputados del PAN, PRI, PRD y MC fueron reelectos; en San Lázaro repetirán doce diputados del PAN y del PRI; y al Senado vuelven otros cinco legisladores de este mismo bloque opositor.

Entre estos legisladores figura la priista Marcela Guerra Castillo, quien actualmente preside la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y ha sido una de las principales promotoras de la reelección legislativa.

Para ella, el mecanismo de elección consecutiva es una gran oportunidad para la profesionalización de la carrera parlamentaria, lo que se traduciría en representantes eficaces y comprometidos con sus electores y con los problemas sociopolíticos del país.

“Esta eficacia será resultado de la experiencia adquirida en la elaboración de iniciativas y en el acompañamiento de su trayecto desde comisiones hasta el pleno y el Diario Oficial de la Federación (DOF). Eso se refleja en mejores condiciones socioeconómicas que impactan positivamente en el círculo personal de todos los mexicanos”, asevera.

Además, destaca que con la reelección se reduciría la curva de aprendizaje de los procesos legislativos, algo necesario en procesos complejos como la discusión presupuestal o las reformas constitucionales.

“Se trata de avanzar en una democracia más activa, más participativa, que facilite la corresponsabilidad de las fuerzas políticas en la consecución de los objetivos nacionales con los que todos tenemos un compromiso. La elección consecutiva le da más poder al ciudadano para controlar la actuación de sus representantes populares, porque son los electores los que premian o castigan con su voto a los diputados que aspiran a continuar en el cargo”, insiste Guerra.

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No obstante, la postura de Sheinbaum sugiere que esta reelección consecutiva, que se supone ayudaría a la profesionalización y a la cercanía votantes-representantes, es más un capricho político que un deseo del pueblo.

“Estamos regresando a lo que fue el lema de la Revolución Mexicana: Sufragio efectivo, no reelección. En algún momento se faltó a esto y decide la doctora regresar y retomar la esencia de la Constitución del 17”, indicó al respecto Ernestina Godoy, quien será la titular de la Consejería Jurídica y quien trabaja junto con Sheinbaum para formular y presentar dicha iniciativa.

Poca claridad

Más allá de si el pueblo quiso o no la reelección en ciertos cargos públicos, vale la pena preguntarse por los resultados y la efectividad de este mecanismo.

El exconsejero presidente del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, señaló algunos errores que arrastra la reforma de 2014 y que ahora pueden verse gracias a los comicios de 2021.

Primero, declaró, la reforma parece beneficiar la comunicación con la ciudadanía y la rendición de cuentas, pero “los partidos son los que definen quiénes son los nominados; sigue siendo más importante la disciplina partidista que la lealtad con los electores”.

Segundo, la reforma presupone que los votantes se acercan a los legisladores para pedirles dicha rendición de cuentas, cuando en realidad “lo hacen para pedir dinero o gestorías; hay una apatía en la gente que hace que no exija a los trabajadores del Legislativo”.

Por otro lado, la organización civil INCIDE Social realizó una investigación sobre las ventajas del mecanismo electoral y, entre otras cosas, encontró que hay muy poca claridad en las convocatorias de los partidos para los legisladores que buscan la reelección.

Además de ello, la investigación de INCIDE Social encontró que la decisión de participar en los procesos de reelección no depende de los legisladores, mucho menos de los ciudadanos, sino que es decisión del partido.

Otros estudios, como el de Lucía Motolinía intitulado Electoral Accountability and Particularistic Legislation y publicado en la American Political Science Review, demuestran que en México “la reelección a largo plazo sí incentiva el aumento de la atención por parte de los legisladores hacia políticas que mejoren a sus votantes particulares”. En otras palabras, hay una mejora en la relación votante-representado.

Los efectos totales y más acabados de la reforma de 2014 no podrán verse sino hasta después de octubre de este año, cuando los reelegidos comiencen a desempeñar sus funciones.

Aunque otros especialistas, como Laura Valencia Escamilla, profesora e investigadora del Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), alertan que el mecanismo solo ha empoderado a las cúpulas partidistas y promovido la concentración del poder.

El caso de alcaldes, presidentes municipales, regidores y síndicos es distinto por la naturaleza del trabajo público que realizan. La implementación de políticas públicas que sean efectivas, profundas y beneficien a la ciudadanía es complicada con tan solo tres años en el cargo y con la constante posibilidad de alternancia y reinicio administrativo.

Todo parece indicar que, de fondo, la centenaria discusión sobre la reelección es un ir y venir entre promover la continuidad y la profesionalización, por un lado; y, por otro, frenar la concentración del poder en una cúpula política. El problema es la facilidad con la que una cosa se disfraza de la otra.

La reforma para modificar los artículos 59, 115, 116 y 122 de la Constitución será prioridad para la presidenta electa Claudia Sheinbaum y para el Congreso, que iniciará sus labores el 1 de septiembre.

Reelección consecutiva

Es la posibilidad para que los servidores públicos electos de manera popular ocupen nuevamente su cargo tras finalizar su periodo. A nivel federal, los senadores pueden elegirse hasta por dos periodos consecutivos y los diputados por cuatro; es decir, ambos podrán mantener su cargo por hasta doce años.

A nivel local, solamente los cargos de presidentes municipales, regidores y síndicos, que duran tres años, pueden extenderse otro periodo.

La ley establece que en todos los casos dichos funcionarios tendrán que ser postulados por su mismo partido.