Su papel histórico lo hace un lugar esencial para entender el pasado de México, mientras que sus paisajes naturales resguardan pueblos que enamoran.
Querétaro es un estado lleno de emociones y mucho encanto: los rincones naturales, culturales, históricos y gastronómicos más icónicos de esta hermosa entidad obligan al viajero a ponerla en un lugar privilegiado entre sus planes turísticos.
Querétaro proviene de la palabra tarasca Queréndaro, que significa “Lugar de peñas”. Su capital es una de las más antiguas de la Nueva España, fundada el 25 de julio de 1513 como resultado histórico del mestizaje entre los asentamientos indígenas y españoles.
El lugar conserva gran valor histórico, pues fue sitio clave del inicio de la Independencia de México; además, durante la invasión estadunidense (1847) se sostuvo como capital del país.
Pero más allá de su legado esta tranquila capital colonial, cuyo centro fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1996, también es un gran destino turístico.
El Centro Histórico, por ejemplo, guarda entre sus tesoros espléndidos edificios virreinales, andadores donde se respira tranquilidad, plazas y jardines.
Ahí se puede aprovechar para tomar un recorrido de leyendas que llevan al visitante por los callejones antiguos de la ciudad para conocer la vida de los antepasados queretanos.
El Acueducto es todo un símbolo y un orgullo. Esta majestuosa construcción, que se ubica sobre el Boulevard Bernardo Quintana, se debe a don Juan Antonio de Urrutia y Arana, marqués de la Villa del Villar del Águila, quien lo mandó edificar entre 1726 y 1738 para satisfacer una petición de las Monjas Capuchinas.
Sin duda una de las grandes fortalezas de esta capital es su oferta cultural. Los queretanos, apasionados por el arte, la historia y el conocimiento, crean un sinfín de experiencias en museos, exposiciones, representaciones teatrales y musicales, colecciones y más.
Ejemplo de ello es el Museo de Arte de Querétaro donde se pueden disfrutar diversas piezas de arte, además de admirar su bellísimo patio central y su arquitectura.
Destacan entre los templos e iglesias el Templo de Santa Clara y la Iglesia de Santa Rosa de Viterbo. Por su peculiar arquitectura también es obligado visitar el Templo de Teresitas y el Templo de San Francisco, ubicado justo frente al hermoso Jardín Zenea.
A estos sitios se suman el famoso Teatro de la República, lugar donde se firmó la Constitución de 1917; el Cerro de las Campanas, famoso por ser el lugar donde fue fusilado el emperador Maximiliano de Habsburgo; y el Museo de la Restauración de la República, parte del exconvento de Capuchinas.
La cultura internacional también es reconocida con artesanías como los gallitos de la Fiesta del Gallo y otras curiosidades que se hallan en las fiestas tradicionales, como la Fiesta Patronal de la Santa Cruz, los carros Bíblicos o la popular Cabalgata Queretana.
La gastronomía es igualmente pieza clave para conocer la ciudad de Querétaro. Algunas delicias que se pueden degustar son chiles de convento, nopal en penca, conejo al pulque y mole de betabel. La cocina queretana tiene algo para todos los gustos.
Pero si lo que se busca es alejarse de las aglomeraciones y descubrir paisajes desconocidos, los Pueblos Mágicos queretanos ofrecen, además de una gran variedad de riqueza cultural y gastronómica, una auténtica reconexión con la naturaleza.
Bernal y su peña
De orígenes chichimecas, Bernal es un rincón queretano quieto y lleno de paz. La vida de sus habitantes pasa sin prisa, pues el tiempo parece detenerse.
Por cualquier lugar donde se camine siempre está presente su monolito, ese que impone e irradia armonía, tranquilidad y misterio, mientras que las calles del pueblo se colorean de textiles de lana y de otras muchas artesanías.
La Peña es el tercer monolito más grande del mundo, después del Peñón de Gibraltar y Pan de Azúcar. Tiene aproximadamente diez millones de años y se le calcula un peso de 20 millones de toneladas; se dice que provee de “vitalidad” a los pobladores cercanos a ella.
Según los registros este antiguo volcán experimentó un proceso de actividad magmática y erupciones que con el tiempo y la acción erosiva dieron forma a la monumental estructura que recibe la visita de turistas y viajeros.
El lugar es un símbolo cósmico de ceremonias antiguas. No obstante, los más aventureros prefieren conocerla escalando y haciendo rappel (hay varias rutas de diferentes grados de dificultad), mientras que otros simplemente suben por sus veredas para recargarse de energía durante el Equinoccio de Primavera.
Otra manera de recorrer la Peña es a bordo de un safari. Este vehículo lleva a descubrir el manantial y la caverna con pinturas rupestres que se esconden en el cerro.
A los pies de la Peña se asienta Bernal, el Pueblo Mágico de bellos portales, calles empedradas, mesones, restaurantes, artesanías, puestos de antojitos, museos y coloridas casas.
El recorrido se puede hacer a pie o a bordo de un tranvía. A la par, el Pueblo Mágico ofrece senderos llenos de emoción y aventura para todos.
Cadereyta de Montes
Es un Pueblo Mágico que constituye una de las entradas a la Sierra Gorda de Querétaro, pero es mucho más que eso: ahí se junta el semidesierto con el agua.
Se trata de un antiguo asentamiento de chichimecas, fundado en 1640 como Villa de Cadereyta y nombrado en 1902 como Cadereyta de Montes en honor a Ezequiel Montes (político y diplomático liberal).
Esta zona tiene el privilegio de contar con una enorme variedad de ecosistemas enmarcados por las rojizas paredes de la sierra queretana.
Se puede hacer senderismo, pescar, escalar o admirar sus construcciones religiosas, además de visitar dos de los más diversos invernaderos de cactáceas en América.
San Joaquín
Se trata de uno de los lugares más bellos de la Sierra Gorda de Querétaro. Pueblo Mágico desde 2015, lleno de tradición e historia, ofrece gran variedad turística, riqueza cultural y gastronómica, además de impresionantes paisajes naturales y mucha aventura.
El lugar aloja un visible pasado minero, prueba de lo cual son las ruinas de Ranas y Toluquilla.
Su ubicación dentro de la Sierra Gorda y la región de la Huasteca lo ha vuelto escenario natural y cultural por excelencia, especialmente en abril, cuando se convierte en el escenario principal del Concurso Nacional de Huapango.
Uno de los lugares más hermosos que aloja San Joaquín son las Cascadas Maravillas, un destino perfecto. En la comunidad de las Maravillas hay pobladores que ofrecen sus servicios como guías, aunque también se pueden conocer las cascadas por cuenta propia; no obstante, se recomienda la primera opción para apoyar a la economía local.
El trayecto es descendente y recorre un bosque húmedo. Tiene una duración de al menos 30 minutos a una velocidad moderada. Conforme el recorrido avanza, el camino se vuelve más angosto y un poco más complejo para andar.
La caída de agua de la primera cascada tiene una altura de 30 metros y se desliza sobre una roca cóncava. Poco más adelante se puede contemplar una cascada más chica, de 15 metros de altura, que desemboca en una poza de color turquesa que en su correr forma otras cascadas pequeñas.
A su vez, la tercera cascada tiene unos cinco metros de altura y desemboca en una poza azul. A pesar de ser la menor, no decepciona, ya que está en medio de un imponente entorno natural.
Es preferible llegar temprano para poder tener tiempo suficiente de recorrer los senderos y apreciar las cascadas, pues debido a la espesa vegetación en la zona comienza a oscurecer durante la tarde.
Jalpan de Serra
El lugar se caracteriza por su historia y bellezas naturales. Situado justo en el corazón de la Sierra Gorda, este Pueblo Mágico regala recuerdos de la cultura pame (etnia indígena del centro norte del país) y sabores de una cocina huasteca que se niega a morir.
Jalpan aloja también maravillas naturales que florecen a su alrededor: cuevas, ríos, cascadas y lagos que harán regresar al viajero una y otra vez, ya sea para vivir aventuras con las diversas opciones que ofrece su ecoturismo o simplemente para sumirse en la contemplación.
Pinal de Amoles
Se incorporó a la lista de Pueblos Mágicos en 2023. Es un tesoro escondido en el corazón de Querétaro, que cautiva con su belleza natural y su encanto tradicional. Situado en la Sierra Gorda, este pintoresco municipio ofrece toda una experiencia para aquellos que buscan escapar de la rutina y disfrutar de la calma y relajación que ofrece la naturaleza.
Lo primero que impresiona al llegar al lugar es su entorno montañoso, rodeado de majestuosos cerros y valles.
Este rincón de Querétaro es un paraíso para los amantes del ecoturismo.
Tequisquiapan
Lugar favorito de muchos por su agradable clima, hermosas plazas y calles para recorrer a pie. Posee balnearios, mercados de artesanías, museos y, por si fuera poco, a la lista se añade la tradición en la gastronomía del queso y el vino.
Ofrece también festivales, vuelos en globo, catas con enólogos y conciertos de música en cavas que prometen al viajero un sinnúmero de experiencias inmemorables.
Tequisquiapan se fundó en 1551 y su nombre, de origen náhuatl, significa “Lugar sobre el río del tequesquite”, esto por los árboles que crecen junto al río Tequisquiapan, mismo que alimenta a la presa Zimapán.
Amealco
Se distingue por sus valles áridos de semidesierto, que ceden el paso a un paisaje de leves cerros, bosques y pastizales donde se asienta este pueblo lleno de color y tradición que invita a conocerse sin apuro.
Aquí nació uno de los símbolos artesanales de Querétaro: sus coloridas muñecas de tela, conocidas como Marías.
También es la tierra del pulque y el lugar donde se venera a Santa María Concepción.