La diputada federal Socorro Jasso Nieto presentó a la Comisión Permanente una iniciativa que reforma los artículos 10, 23 y 116 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para que las autoridades penitenciarias, en coordinación con las instancias competentes, organicen salidas periódicas supervisadas para los infantes en situación de reclusión por ser hijas e hijos de mujeres privadas de la libertad, con la finalidad de reducir el impacto negativo del aislamiento penitenciario.
Para ello se plantea un programa para los menores que incluya visitas a parques, museos y espacios culturales, con el objetivo de fomentar su desarrollo integral.
En su exposición de motivos, la integrante del Grupo Parlamentario del PRI argumentó que también se busca la creación de protocolos para la separación gradual de los menores y sus madres, los cuales deben incluir el acompañamiento de profesionales en psicología y trabajo social que minimicen los impactos emocionales de la separación.
La legisladora priista señaló que es importante implementar programas de seguimiento para garantizar que los menores de hasta 12 años reciban el apoyo necesario una vez que dejan el entorno penitenciario y se integren en un entorno familiar o social que les ofrezca seguridad y estabilidad.
Con ello, aseguró se garantizará su futuro en un ambiente saludable y propicio para su crecimiento, conforme a lo establecido en el artículo 36 de la Ley Nacional de Ejecución Penal.
Jasso Nieto explicó que uno de los objetivos primordiales de su proyecto de ley, es que las autoridades competentes garanticen que la convivencia y los programas de reinserción social de las madres no afecten el desarrollo integral de los menores, cuidando su bienestar y la preservación de sus derechos.
La congresista recordó que de acuerdo con el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2024, en México hay 172 niñas y niños que viven en centros de reinserción social acompañando a sus madres privadas de la libertad, lo cual, indicó, exige que el Estado adopte medidas específicas para asegurar que estos menores reciban atención adecuada y puedan desarrollarse en un entorno digno.
Enfatizó que los centros penitenciarios en México carecen de espacios educativos y recreativos adecuados para el desarrollo infantil, lo que afecta su crecimiento físico, cognitivo y emocional. Además, los menores suelen tener un acceso limitado a programas de estimulación temprana y educación inicial, lo que impacta su desarrollo.
“Existen casos documentados donde los niños que salen de prisión desconocen conceptos básicos, lo que refleja las carencias educativas y sensoriales que viven dentro de los centros penitenciarios”, subrayó la representante del partido tricolor.