El estado de Hidalgo cuenta con cuatro minas, 84 municipios, nueve Pueblos Mágicos, siete Pueblos con Sabor, cuatro zonas arqueológicas y seis corredores turísticos.
Por ello la entidad es ideal tanto para quienes quieren descansar como para los que buscan diversión.
Además, en cada lugar encontrarán una variada gastronomía y artesanía única.
Aventura y sabores
Hidalgo cuenta con nueve Pueblos Mágicos: Huasca, Real del Monte, Mineral del Chico, Zempoala, Huichapan, Tecozautla, Zimapán, Acaxochitlán y Metztitlán.
Real del Monte, por ejemplo, es un pintoresco pueblo donde se respira auténtico aire y se fusiona con los vestigios de nuestra cultura mestiza e influencia inglesa. Ahí el visitante encontrará edificios antiguos y en los alrededores algunas minas.
Hoy en día se puede pasear por sus inclinadas calles adoquinadas y disfrutar la vista de las casas multicolores, algunas de las cuales han sido remodeladas en sus interiores para dejarlas como estaban hace más de un siglo y rescatar su esplendor.
Otro famoso lugar es Mineral del Chico, primera Área Natural Protegida de México, decretada como tal en 1899. Este hermoso bosque de oyameles y encinos se encuentra en territorio de los municipios de Mineral del Monte y Pachuca. Posee dos mil 754 hectáreas con una infinidad de atractivos naturales. En la región se han practicado desde hace décadas actividades deportivas y recreativas.
Actualmente se considera la meca del turismo de aventura: en sus montañas, valles y presas se practica ciclismo de montaña, pesca deportiva, senderismo, campamentos, descenso a rappel, tirolesas y especialmente la escalada en roca, ya que existen en el parque más de 200 formaciones rocosas con sitios maravillosos para atreverse a escalarlas.
Este Parque Nacional cuenta con un albergue alpino que proporciona alojamiento, estacionamiento para casas rodantes, zona para acampar e instalaciones deportivas.
Zempoala destaca también entre los Pueblos Mágicos de Hidalgo. Es conocido por sus abundantes haciendas pulqueras. Pocos lugares de México se pueden sentir tan orgullosos de contar en tan reducida extensión territorial con tantas haciendas hermosas.
Este municipio, además, tiene la distinción del nombramiento de Pueblo con Sabor, ganado a pulso por su excelente gastronomía típica: mixiotes, ximbotes, gusanos y escamoles.
Diversión y relajación
Espléndidos paisajes esperan al turista en Hidalgo, estado rodeado de una inmensa riqueza de flora y fauna, que ofrece espectaculares sitios donde la diversión está en sus parques acuáticos.
Algunos de ellos son Valle Paraíso, en Ixmiquilpan; Parque Acuático Ecológico Tlaco; Parque Acuático Dios Padre; Balneario Las Lumbreras; Parque Acuático Maguey Blanco; Parque Acuático el Tephé; El Geiser, en Tecozautla; Grutas de Tolantongo; Balneario Ecoturístico Las Cuevitas; y Santa María Amajac.
Las Lumbreras es un excelente lugar para disfrutar de un día relajado y divertido. Este balneario cuenta con albercas monumentales y chapoteaderos para los más pequeños. También podrán disfrutar de toboganes, trampolines, grutas y una gruta artificial con aguas termales.
El Geiser, ubicado en Tecozautla, es uno de los respiraderos de volcán más impresionantes de Latinoamérica. Sus aguas termales de 95° C alimentan pozas, chapoteaderos y piscinas, ofreciendo un ambiente perfecto para relajarse tanto de día como de noche.
Grutas de Tolantongo, en el Cardonal Hidalgo, es un sitio que permite al turista disfrutar de las cálidas aguas termales de sus pozas y otras formas de relajación.
Tanto si se viaja en pareja como en familia, las Grutas ofrecen una diversidad de actividades: explorar grutas, túneles, ríos, pozas, senderismo, albercas, puentes y cascadas.
Pasado prehispánico
Hidalgo es también un estado con importantes zonas arqueológicas, siendo una de las más conocidas la que se ubica en Tula de Allende.
El entorno de la zona arqueológica es también un Parque Nacional donde se preservan especies como maguey, mezquite, huizache y fauna como el cacomixtle, conejo o la tuza. Es también un elemento destacado del patrimonio natural el cerro del Xicuco, sitio sagrado para los toltecas y hoy una importante zona de conservación.
Sin lugar a dudas, su trascendencia ha durado por siglos debido a que fue centro de la cultura tolteca, lo cual queda evidenciado en los restos de la antigua Tollan-Xicocotitlan.
Hoy en día Tula es un gran conglomerado urbano pleno en servicios, industrias y redes de comunicación.
La zona arqueológica y Museo de Sitio Jorge R. Acosta ofrece a su vez un panorama amplio de la presencia tolteca, que con su cultura legó una rica filosofía y arte a Mesoamérica. Ahí es importante apreciar los Atlantes, colosales esculturas que sostenían la techumbre del templo de Quetzalcóatl; y también es obligado visitar el coatepantli o “muro de las serpientes”, el cual muestra símbolos y adornos esculpidos en piedra con gran maestría.
Tula también posee una joya colonial en su majestuosa catedral, la cual otrora fue un convento franciscano construido en el siglo XVI.
Pese a ser una compleja zona urbana, Tula aún produce artesanías de herencia tolteca, como el tallado en piedra, tanto para adornos arquitectónicos o esculturas como para molcajetes y la talla de obsidiana; existe también el trabajo de cestería, además de una atractiva cocina tradicional donde son evidentes los insectos comestibles o los antojitos de maíz, como las memelas y tlacoyos.