La tala y el tráfico ilegal de especies son problemas vinculados a conductas delictivas graves que requieren una coordinación efectiva con otras instancias gubernamentales.
México enfrenta grandes pasivos ambientales que requieren de una intervención decidida y efectiva. La oportunidad histórica de transitar hacia una política ambiental que promueva un modelo ecológico y humanista llegó. Este desafío atraviesa inevitablemente por el fortalecimiento de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) con el objetivo de convertirla en una verdadera instancia de procuración de justicia ambiental.
“La misión para estos próximos años es convertirnos en una institución referente y confiable para los ciudadanos, para defender su derecho al medio ambiente sano”, señala en entrevista con Vértigo Mariana Boy Tamborrell, procuradora federal de Protección al Ambiente.
Justicia humanista
“La Profepa nació como una inspectoría, básicamente, que es una institución que vigila únicamente el cumplimiento de la ley, pero con diversas modificaciones también a distintos cuerpos legales; y hoy que en el centro de todo gobierno está el tema de los derechos humanos la Profepa también requiere transformarse para ser una defensora de derechos humanos. Ese es uno de los principales retos”, indica Boy.
En cuanto a la eficacia de las sanciones, la procuradora reconoce que los procedimientos administrativos aún son largos y en muchos casos el personal disponible es insuficiente. Con solo 475 inspectores a nivel nacional, la Profepa depende de la cooperación con gobiernos estatales y municipales para garantizar la implementación de las leyes ambientales.
“Son aproximadamente once o doce inspectores por entidad federativa para atender todas las materias: contaminación industrial, tala ilegal, tráfico ilegal de vida silvestre, auditoría ambiental, impacto ambiental, zona federal marítimo terrestre, todas las playas… O sea, en realidad somos muy pocos”, dice.
En este sentido, agrega, “siempre necesitamos más recursos para ser más eficientes, pero creo que ese es uno de los grandísimos retos que enfrentamos, además de la coordinación en temas específicos como son la tala y el tráfico ilegal de especies. Uno de los grandes desafíos es ser muy creativos para poder usar nuestros recursos de manera estratégica y que con lo que tenemos demos resultados, que llegue un mensaje muy claro: existe una Procuraduría, hay una autoridad ambiental, y hay consecuencias: no vamos a permitir impunidad”.
Puntos rojos
Uno de los desafíos más complejos que enfrenta la Profepa es la lucha contra la tala ilegal y el tráfico de especies. Ambos problemas están vinculados a conductas delictivas graves que requieren una coordinación efectiva con otras instancias gubernamentales, como la Secretaría de Seguridad y la Fiscalía General de la República, indica Boy Tamborrell.
“Como sabemos, son problemáticas en las que están involucradas otro tipo de conductas delictivas, así como distintos delitos. Se requiere de una coordinación muy estrecha con otras instancias de gobierno. En esto, ya en sí mismo, tenemos mucha demanda de la ciudadanía que debemos atender y obviamente se requiere esta coordinación permanente”, dice.
Por ejemplo, agrega, en el tema de tala ilegal “tenemos temas de inseguridad, de delincuencia organizada; entonces, requerimos nuevamente hacer intervenciones integrales en el territorio”.
En particular, Boy Tamborrell menciona que existen 13 zonas críticas en todo el país donde la tala ilegal es más frecuente. Entre ellas destacan regiones de alta biodiversidad como la zona de la Mariposa Monarca y la del Bosque de Agua, que abarcan varios estados como Michoacán, Veracruz, Puebla y la Península de Yucatán. En estas áreas la Profepa ha implementado intervenciones estratégicas para controlar y reducir estos delitos.
“Por ejemplo, para el tema del Bosque de Agua, Semarnat y Profepa acabamos de firmar un convenio el 7 de enero con las tres entidades federativas involucradas: Ciudad de México, Estado de México y Morelos, para poder sumar esfuerzos y atribuciones. Cada uno tiene atribuciones distintas, pero podemos sumar los recursos materiales, humanos, económicos que tengamos para resolver esta problemática de manera conjunta. Y, obviamente, un tema muy importante también es la coordinación que tenemos con las comunidades. No podemos trabajar sin ellas”, explica.
No obstante, reconoce que no hay autoridad suficiente que pueda de manera permanente vigilar en todos los rincones del país que la ley se cumpla en todo momento.
En este sentido, “toda esta coordinación que estamos construyendo con los estados es clave, pues entre más seamos vigilando el cumplimiento de la ley más efectivos vamos a ser”.
Tráfico de especies
En paralelo, el tráfico de especies de flora y fauna silvestre es también un reto para la Profepa. Aunque la institución realiza decomisos de animales y plantas, la clave está en desmantelar las redes de tráfico que operan en distintas partes del país.
Al respecto, la titular de la Profepa subraya la importancia de la sensibilización pública sobre el impacto de comprar especies en peligro. “Tenemos ahí una cadena bastante amplia que va desde la extracción o captura de los ejemplares de vida silvestre hasta su venta; vamos a trabajar en los puntos estratégicos de esta cadena y, por supuesto, realizaremos campañas para la disminución de la demanda. Queremos concientizar a las personas de la importancia que tiene no comprar animales de vida silvestre, ejemplares de vida silvestre, y por supuesto plantas y otro tipo de ejemplares de flora”.
Al igual que la tala ilegal, añade, esta es una problemática compleja vinculada con la delincuencia organizada, que requiere enfocar los esfuerzos en estas redes que se conforman. “Eso lo hace otra instancia, no nosotros; pero justo lo que tenemos que hacer es un trabajo coordinado para poder desmantelar todas estas células. No obstante, es importante enfocar gran parte de nuestros esfuerzos en la demanda y concientizar que extraer un animal de su hábitat natural para llevarlo a nuestra casa para luego abandonarlo en una jaula o en una pecera tiene un impacto directo en los ecosistemas. Todas las especies tienen una función en específico”.
Explica que la mayoría de los casos llegan a través de denuncias ciudadanas, pero también se han desarrollado estrategias de inteligencia para identificar y desmantelar las redes de tráfico.
“La Profepa trabaja para asegurar que los animales decomisados sean reubicados en unidades de manejo autorizado o zoológicos que garanticen su bienestar, pero a pesar de los esfuerzos el tráfico ilegal de vida silvestre sigue siendo una problemática compleja”, insiste.
La otra parte, agrega, “tiene que ver con temas de maltrato animal, de las condiciones de sufrimiento en las que están los animales, entonces vamos a hacer campañas de sensibilización en ambos sentidos”.
Mariana Boy señala que a corto plazo la Profepa tiene planes concretos para combatir la tala ilegal en la zona de La Malinche, entre Tlaxcala y Puebla, y continuar con su lucha contra el tráfico ilegal de vida silvestre.
También se diseñan campañas de concientización para reducir la demanda de animales y plantas en el mercado negro, una estrategia clave para desmantelar las redes de tráfico.
Prevención
En el tema de la protección ambiental, la procuradora hace hincapié en la importancia de la prevención. “Tenemos muchas formas de defender los derechos humanos y el medio ambiente. Una es, por supuesto, la aplicación de la ley, que es lo que históricamente ha hecho la Procuraduría y es parte de sus funciones sustantivas, pero no solamente a través de la inspección y la vigilancia: tenemos muchas formas de hacer cumplir la ley y uno de los ejes que queremos fortalecer para estos próximos seis años es el de prevención”.
Puntualiza que “tenemos una Subprocuraduría de Auditoría Ambiental que busca reconocer a todas aquellas empresas de distintos sectores que hacen bien las cosas, tienen un buen desempeño ambiental y están en un proceso de constante mejora en su desempeño. Sin embargo, necesitamos fortalecer ese eje para realmente lograr que se cumpla con la ley sin la necesidad de llegar a sanciones y otro tipo de medidas, que por supuesto lo vamos a seguir haciendo, porque es parte del corazón de la Procuraduría; tenemos que utilizar todas las herramientas para hacer que se respete este derecho al medio ambiente sano de las personas”.
En este sentido menciona que la Profepa firmó recientemente un convenio con la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) para fortalecer la auditoría ambiental preventiva, una herramienta clave para garantizar que las empresas cumplan con los estándares ambientales sin necesidad de sanciones.
Para ello, explica, se emitirán diversos certificados, entre ellos de industria limpia, calidad ambiental y calidad ambiental turística.
“La ASEA también tiene un área de auditoría ambiental que busca reconocer a todos aquellos que hacen un esfuerzo adicional a lo que marca los estándares ambientales nacionales. Y lo que estamos buscando a través de este convenio es intercambio de experiencias, información, sistemas de información que nos permitan ser mucho más ágiles en fortalecer estos sistemas preventivos”, finaliza.
Mujeres al frente
Mariana Boy, quien cuenta con una amplia trayectoria en el sector ambiental, subraya la importancia del liderazgo femenino en la nueva administración.
La presencia de mujeres en puestos clave del gabinete, incluida la Presidencia de la República, es una muestra del cambio que ocurre en México.
Boy expresa su orgullo por ser parte de este proceso histórico y destaca que, en su experiencia, las mujeres están demostrando ser tan capaces como los hombres para dirigir y tomar decisiones en áreas tan cruciales como la protección ambiental.