Llenas de color y con sus tradicionales puertas adornadas con flores las calles de esta ciudad reciben al Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), que en los últimos años tiene como sede tres poblaciones de la entidad: comienza en León, continúa en San Miguel de Allende y finaliza en Irapuato.
Con exposiciones, experiencias de realidad virtual, talleres, proyecciones, conferencias, homenajes y hasta una alfombra roja, este año el encuentro se enfocó en el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la industria cinematográfica.
En este sentido, la directora ejecutiva del festival, Sarah Hoch, señaló que en esta edición se utiliza IA en distintas áreas, como en la publicidad, el diseño de vestuario y la imagen del propio festival, entre otras.
“Tomamos IA y la aplicamos en todas las áreas del festival, principalmente para vivir la experiencia, conocer su uso, capacidad y alcances, puesto que como en otros sectores es un tema que nos ocupa y nos preocupa; por ejemplo, en cuanto al desplazamiento de empleos”, señaló Hoch.
Por ello, añadió, “es necesario conocer esta tecnología para saber a lo que nos enfrentamos. En la inauguración del GIFF en León tuvimos un encuentro con expertos nacionales e internacionales para discutir esta situación; como era de esperarse, surgieron más preguntas, distintos enfoques a considerar. Ahora, en San Miguel de Allende, continúa respecto de este tema un debate que apenas comienza”.
Así, con diversas opiniones y datos expertos en el tema discutieron el uso de nuevas tecnologías en la realización de proyectos fílmicos, analizando ventajas y desventajas con el fin de definir el futuro más próximo de esta industria, que en fechas recientes alertó a su comunidad en todo el planeta.
En las charlas también se expusieron casos donde incluso se ha reemplazado el trabajo de algunas personas por un software con IA y otros donde esta tecnología se utiliza como método o herramienta en la realización de proyectos cinematográficos.
Por otro lado, el fotógrafo Abraham Esli mostró en una ponencia parte de su trabajo y, entre otras cosas, compartió su visión frente a las nuevas herramientas que revolucionan la manera de comunicar mediante la fotografía. Explicó que “la tecnología forma parte de esta profesión desde hace mucho tiempo, pero hasta ahora la creatividad sigue siendo una parte esencial. Por ejemplo, la fotografía cuenta historias y así como sucede con las palabras también existen muchas maneras de contarlas con imágenes, momentos que el observador se encarga de capturar con la mayor cantidad de elementos que aporten contexto a dicha historia”.
Actividades
El encuentro se llevó a cabo en distintos recintos de San Miguel de Allende, como el Centro Cultural Ignacio Ramírez, El Nigromante, donde además de actividades como exposiciones, talleres de artes plásticas y experiencias con realidad virtual, entre otras, los asistentes pudieron disfrutar de algunas de las películas, documentales, cortometrajes y proyectos de animación que participaron en este festival.
Esto incluyó el estreno de Goy, cinta con la que debuta como realizador el mexicano Santiago Salinas, con actuaciones de Rocío de la Mañana, Bryan Dal Pozzo, Enrique Singer, Fabiana Perzabal, Ricardo González, Stephanie Salas, Mario Escalante y Eugenio Bartilotti; y de otra ópera prima, la cinta “rulfiana” Antes que lleguen los zopilotes, que dirige Jonás Díaz con actuaciones de María del Carmen Félix, Tsayamhall Esquivel y Francisco Pita.
Homenajes
Por si fuera poco, en esta edición se llevó a cabo el homenaje Mujeres en el Cine y la Televisión, donde se reconoció la trayectoria de la primera actriz Arcelia Ramírez, conocida por su participación en cintas como La mujer de Benjamín(1991); Perfume de violetas (2001); y Verónica (2017); así como de la productora Tita Lombardo, quien en 38 años de carrera ha producido filmes como Novia que te vea (1994); Sin dejar huella (2000); y El Jeremías (2015). Ambas son sin duda figuras importantes en la historia del cine nacional.
Rumbo al cierre de actividades en San Miguel de Allende se llevó a cabo un encuentro en un lugar a las orillas de la ciudad conocido popularmente como La casa de Aguamiel, donde convivieron productores, actores y directores de cine en un sitio rodeado de naturaleza, arte, arquitectura, diseño y cinematografía. Una convivencia donde además se abrió el diálogo entre realizadores y público, creando una cercanía con los artistas que hacen posible la magia del cine.
Frente a los cambios que enfrentan esta y otras industrias, así como la sociedad misma, este festival que se lleva a cabo anualmente desde 1998 ha dejado clara su postura de seguir celebrando al séptimo arte como uno de los grandes inventos de la humanidad.