GAS NATURAL, COMBUSTIBLE CLAVE

“Genera menos emisiones de GEI respecto de carbón, combustóleo y diésel”.

Martha Mejía
Nacional
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El gas natural es un combustible clave para la transición energética al ser más eficiente, menos contaminante y más asequible que el resto de las fuentes fósiles. Características que a decir de Diego Díaz Pérez, investigador del área de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), permitieron que a lo largo de las últimas cinco décadas este hidrocarburo se convirtiera en un insumo fundamental para la actividad económica en el mundo.

Muy en especial, puntualiza el experto, para la generación de energía eléctrica y para distintas actividades industriales que lo emplean como combustible y como materia prima.

Sin embargo, diversos factores impiden a México incrementar el potencial de este recurso.

Producción y demanda

“El gas natural, a pesar de ser un combustible fósil y que por lo tanto emite Gases de Efecto Invernadero (GEI), es el que menos emisiones genera; sobre todo si se le compara con el carbón, el combustóleo o el diésel”, explica Díaz Pérez.

Agrega que en el caso de México en un principio nos debería permitir sustituir el carbón de las tres carboeléctricas que existen en el país hacia gas natural y reducir las emisiones, ya que emite 44% menos bióxido de carbono.

En cuanto a la demanda, de acuerdo con el reporte Gas natural para la transición energética y la competitividad de México que realizó el IMCO, entre 2005 y los primeros nueve meses de 2021 el consumo de este combustible creció 62.4% al pasar de un promedio de cinco mil 89 millones a ocho mil 265 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd).

“La mayor demanda viene del sector eléctrico, que lo utiliza para generar energía en centrales de ciclo combinados. Otro sector que ha incrementado su demanda es el de la industria no petrolera, que lo utiliza ya sea como combustible o como materia prima”, explica el especialista.

No obstante, Díaz Pérez remarca que mientras se incrementa esta demanda vemos que a partir de 2010 la producción de gas natural en el país empezó a decrecer. Se nota una caída sostenida de este combustible debido en parte a una menor inversión en la exploración-extracción del hidrocarburo, pero también a una declinación asociada a la madurez de los campos de gas natural que ya llegaron a su fase final y no se están remplazando a la tasa a la que se debería precisamente para evitar una caída.

“La producción nacional de gas natural se ha reducido de forma continua desde 2010. Entre ese año —en el que se registró un pico de producción— y los primeros nueve meses de 2021 la producción de gas natural se redujo -54.1%”, cita el estudio.

Importaciones

Entre 2000 y 2021 las importaciones de gas natural desde Estados Unidos crecieron a una tasa promedio anual de 15.5% y representaron una tercera parte (32.6%) de las exportaciones de ese país.

“La diferencia entre lo que demandamos y lo que producimos se compensa a través de importaciones de gas natural, que provienen principalmente de Estados Unidos vía gasoductos a lo largo de los distintos puntos de internación que existen en la frontera norte; es decir, 99.2% viene justamente de gasoductos y 0.8% viene a través de su forma de gas natural licuado, que es la forma líquida del gas natural, a través de buques y autotanques. Prácticamente tres cuartas partes del gas natural que consumimos vienen de importaciones desde EU”, explica Díaz Pérez.

Potencial

Pese a las cifras anteriores México tiene el potencial de incrementar la producción de gas natural al explotar sus reservas.

“El país todavía cuenta con reservas significativamente altas. Si se analizan las reservas 3P, que son las sumas de las reservas probadas, probables y posibles, vemos que México tiene un potencial para explotar gas natural equivalente a 17.8 años a los niveles de producción de 2021; es decir, sí hay un potencial importante para explotar”, señala.

Además, apunta, también hay recursos prospectivos, lo que significa potenciales yacimientos que no se descubren aún pero cuya existencia se infiere a partir de información geológica. En este caso, por ejemplo, México tiene recursos prospectivos de dos mil 25 billones de pies cúbicos en las reservas, que en su momento podrían ser sujetos de explotación.

De acuerdo con el análisis realizado por el IMCO se debe replantear la política de almacenamiento de gas natural, ya que la falta de este es el principal riesgo de seguridad energética que enfrenta el país.

“México solo cuenta con 2.4 días de inventario de gas natural. Esto es prácticamente nada si se le compara con lo que observamos en ciertos países europeos como Alemania, Francia, Italia o España. Por ejemplo, Francia tiene inventarios de casi 100 días. Entonces lo que se propone es abordar una agenda que nos permita incrementar este almacenamiento de manera significativa en los siguientes años”, dice.

Otra propuesta, añade Díaz Pérez, va en torno del transporte de gas natural. “Hay actualmente regiones del país que no tienen acceso a este combustible y por lo tanto no pueden o es difícil para ciertas industrias instalarse en esas áreas, sobre todo en las que se encuentran en el sureste.

Apunta que no se pretende sustituir las importaciones actuales en el corto plazo, sino elevar de forma gradual la plataforma de producción de tal forma que “el país se encuentre en una mejor posición para enfrentar contingencias como las heladas de Texas en febrero de 2021”.

Fuente: IMCO