En el marco del Programa Nacional de Tecnificación, anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum y encabezado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cuyo titular es Efraín Morales López, se llevará a cabo la tecnificación de riego de 10 mil 200 hectáreas en Guanajuato, lo que permitirá recuperar hasta 120 millones de metros cúbicos de agua.
“Conagua, el gobierno del estado y usuarios agrícolas invertirán 6 mil 400 millones de pesos que beneficiarán a 25 mil productores de la región”, destacó Efraín Morales.
Entre las acciones previstas, se modernizarán más de 240 kilómetros de canales principales y se rehabilitarán 450 estructuras hidráulicas en canales primarios y secundarios. La tecnificación parcelaria se realizará en los módulos La Purísima y Acámbaro, a través de la implementación de sistemas de riego por goteo. La incorporación de este sistema traerá un uso más eficiente del agua y mayor producción.
Por otra parte, para fortalecer el abastecimiento de agua en Guanajuato, se construirá el acueducto Solís–León, una obra estratégica que atravesará los municipios de Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y León, permitiendo dotar de 3 mil 800 litros por segundo de agua potable a estas ciudades.
“Vamos a construir el acueducto Solís-León, que ayudará a que tengamos agua en cinco municipios: Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y León. Además, esta obra representará una inversión histórica de alrededor de 15 mil millones de pesos. La mitad será aportada por el gobierno del estado y los municipios, y la otra mitad por la federación. De ahí la importancia de trabajar en equipo”, señaló Efraín Morales, director de la Conagua.
El proyecto contempla tres componentes principales: una obra de toma, una planta de bombeo y una línea de conducción de aproximadamente 237 kilómetros. Con una inversión total de 15 mil millones de pesos, que serán aportados en partes iguales por los gobiernos federal y estatal.
Para 2025, de acuerdo con la Conagua, se ha destinado una inversión inicial de 800 millones de pesos para la primera fase del proyecto, que consiste en el tramo Solís-Celaya, marcando el inicio de una obra fundamental para garantizar el acceso al agua potable.