EXPERIENCIAS INOLVIDABLES EN LOS PUEBLOS MÁGICOS DEL EDOMEX

“Caminatas nocturnas, vuelos en globo, paseos en lago: experiencias fascinantes en el Estado de México”.

Martha Mejía
Nacional
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Pueblos mágicos

En esta segunda entrega le invitamos a descubrir más destinos mexiquenses, que van desde la majestuosidad de antiguas civilizaciones hasta aventuras extremas entre montañas, lagos y bosques.

El Estado de México es un territorio vibrante que reúne historia, cultura y paisajes naturales espectaculares. A lo largo y ancho de sus caminos, sus Pueblos Mágicos invitan a descubrir experiencias únicas.

Aprovechamos esta segunda entrega para guiar al viajero por algunos de los destinos más encantadores del estado: Tepotzotlán, Tonatico, Valle de Bravo, Villa del Carbón, San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides.

¡No espere más y empiece a planificar su próxima aventura!

Tepotzotlán

Tepotzotlán brilla por su herencia virreinal y su ambiente colonial encantador. El corazón cultural de este Pueblo Mágico es el Museo Nacional del Virreinato, ubicado en el antiguo Colegio de San Francisco Javier, un conjunto arquitectónico del siglo XVII cuya belleza e historia lo convierten en una joya del arte novohispano.

En la Plaza de la Cruz encontrará portales llenos de vida, restaurantes típicos y tiendas de artesanías.

Además, uno de sus atractivos más impresionantes es el acueducto de los Arcos del Sitio, una obra del siglo XVIII que se alza entre montañas y cañadas, ideal para caminar, hacer ciclismo de montaña o simplemente disfrutar de la vista.

Muy cerca, el parque ecológico Xochitla ofrece un espectáculo natural único: las caminatas nocturnas entre luciérnagas, una experiencia mágica y sostenible que fascina tanto a locales como a visitantes.

Tepotzotlán es una mezcla perfecta de historia, naturaleza y tradición.

Tonatico

Si lo suyo es el descanso y la conexión con la naturaleza, Tonatico es el lugar ideal, pues se trata de un Pueblo Mágico famoso por sus relajantes aguas termales, que brotan en diferentes balnearios y centros de bienestar, ideales para liberar el estrés y revitalizar el cuerpo.

El lugar también ofrece paisajes boscosos y su entorno montañoso invitan a la aventura.

Una visita obligada es la Cueva de la Virgen, sitio de gran valor cultural y espiritual. Se llega a través de senderos rodeados de vegetación, lo que convierte la experiencia en un recorrido natural lleno de belleza. Las rutas de senderismo y ciclismo son perfectas para quienes disfrutan explorar a su ritmo.

También se pueden realizar paseos a caballo por los valles cercanos, donde el aire puro y las vistas panorámicas complementan el ambiente de tranquilidad.

Valle de Bravo

Valle de Bravo es sinónimo de paisajes espectaculares y actividades al aire libre. Su lago artificial, rodeado de montañas y bosques, es el alma del pueblo y un punto de encuentro para quienes disfrutan de los deportes acuáticos. Aquí se puede practicar esquí, velerismo o paddle board, o simplemente rentar una lancha y relajarse sobre el agua.

Desde las alturas, en el mirador del Parque Estatal Monte Alto, el visitante puede lanzarse en parapente o volar en ala delta y contemplar el pueblo desde el cielo. El contraste entre el azul del lago y el verde de los bosques es inolvidable.

Al caer la tarde Valle de Bravo no pierde su encanto: algunos restaurantes ofrecen cenas a bordo de embarcaciones o terrazas flotantes donde se puede disfrutar del atardecer mientras se degustan platillos regionales.

Para los amantes de la naturaleza, la Cascada Velo de Novia es un sitio perfecto para caminar entre árboles altos y dejarse llevar por el sonido del agua.

Además, su Centro Histórico ofrece calles empedradas de ensueño, mientras que la Parroquia de San Francisco de Asís y su mercado de artesanías reflejan la esencia cálida y cultural del pueblo.

Villa del Carbón

Rodeado de paisajes boscosos, ríos cristalinos y montañas, Villa del Carbón es ideal para los viajeros que buscan aventuras al aire libre y tranquilidad en medio de la naturaleza.

Actividades como campismo, senderismo, escalada y ciclismo de montaña son parte de la vida cotidiana en este Pueblo Mágico.

Una experiencia imperdible es el recorrido en cuatrimoto por sus caminos de terracería, los cuales llevan a miradores con vistas inigualables. También puede disfrutarse del kayak y la pesca en la Presa del Llano, un lugar muy frecuentado por familias y grupos de amigos.

Villa del Carbón también tiene una rica tradición artesanal. Aquí se elabora uno de los rompopes más deliciosos de la región y es común encontrar talleres donde los visitantes pueden probarlo y comprarlo directamente del productor.

La gastronomía es otro gran atractivo: la trucha preparada al gusto y las gorditas hechas al comal conquistan cualquier paladar.

Su arquitectura rústica, la hospitalidad de su gente y su ambiente apacible lo convierten en un lugar perfecto para una escapada que combine adrenalina y descanso.

Teotihuacán

Pocos lugares en el mundo tienen la energía y el misticismo de Teotihuacán. Compartido por los municipios de San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, este sitio arqueológico es uno de los más importantes del país y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1987.

En este lugar sagrado caminar por la Calzada de los Muertos es como retroceder en el tiempo. Las pirámides del Sol y de la Luna, imponentes y majestuosas, son testigos silenciosos del esplendor de una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica. También puede visitarse el Templo de Quetzalcóatl y explorar los museos y talleres artesanales que rodean la zona.

La experiencia se vuelve aún más mágica desde el cielo: un vuelo en globo aerostático al amanecer es la forma perfecta de admirar la grandeza de Teotihuacán. Desde lo alto se aprecia la simetría de sus estructuras y la inmensidad del valle que las rodea. Es una vivencia inolvidable que combina cultura, historia y asombro.